“The Last of Us”, ¿cómo fue la historia de amor de Bill y Frank?
Durante el tercer episodio de la serie emitida por HBO el foco está en el romance de los personajes interpretados por Nick Offerman y Murray Bartlett.
Con la presentación de Bill y Frank y su trágica historia de amor en tiempos del apocalipsis, el tercer episodio de “The Last of Us” ha sido aclamado por los fans como uno de los mejores de la serie.
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Es un capítulo en el que la ficción de HBO se arriesgó realizando cambios significativos con respecto al videojuego original en la historia de estos dos personajes.
La nueva entrega de la serie vuelve a contar con una duración más extensa de lo habitual, con cerca de 75 minutos. A través de ellos, “The Last of Us” presenta la historia de Bill (Nick Offerman) y Frank (Murray Bartlett), dos viejos aliados de Joel y supervivientes del apocalipsis del hongo Cordyceps. Sin embargo, el episodio no se centra en la relación de ambos con el personaje de Pedro Pascal, sino en la construcción de su bella y desgarradora historia de amor.
Todo comienza el 30 de septiembre de 2003, cuando el hongo acaba de sumir al planeta en el caos. El ejército está evacuando zonas rurales, entre ellas el poblado de Lincoln. Allí vive Bill, un conspiranoico ermitaño que ya vivía preparado para una situación extrema como la desatada por el hongo y que consigue librarse del desalojo para hacer del vacío pueblo una auténtica fortaleza. Con esfuerzo logra reunir todos los recursos necesarios para ser autosuficiente y mantener al límite a los infectados.
Años después recibe una alerta de una de sus trampas. Al ir a inspeccionarla encuentra en ella a otro hombre, Frank, que le pide algo de comida. Con recelo, el personaje interpretado por Offerman, finalmente decide dejarlo pasar a su casa a ducharse, darle algo de ropa limpia y prepararle comida.
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A medida que pasan las horas, ambos van conectando hasta compartir una emotiva escena con un viejo piano. Tras el torpe intento de Frank de interpretar la balada “Long, Long Time” de Linda Ronstadt, Bill se sienta y canta la melancólica canción de amor. “¿Quién es la chica?”, pregunta con los ojos llorosos Frank. “No es una chica”, replica Bill. “Lo sé”, le indica entonces el invitado, que se acerca y lo besa.
Así pasan los años y los dos protagonistas construyen una vida juntos. Ambos superan las dificultades como ataques de saqueadores, conocen a Joel y Tess, con quienes, a pesar de la desconfianza de Bill, se alían para hacer intercambios de contrabando, y poco a poco van envejeciendo sin contraer el hongo.
¿Qué enfermedad tiene Frank?
Al final, Frank contrae parkinson, una enfermedad degenerativa que afecta el sistema nervioso y que, al igual que el hongo del Cordyceps, no tiene cura. Cuando llega a su límite tras años postrado en una silla de ruedas, decide suicidarse.
“Este será mi último día”, manifiesta abatido. Es entonces cuando le cuenta su plan. Durante las próximas horas quiere casarse con Bill y vivir una última velada romántica juntos. El último acto se da en la cena, donde Bill disuelve pastillas en el vino y lleva a Frank a su cuarto, donde, el plan, es que él se quedará dormido y fallecería en brazos de su amado Bill.
Llegado el momento, su esposo hace lo que le pide, pero en un inesperado giro él también se toma el vino. “Esto no es el típico suicido trágico al final de la obra. Soy viejo y he vivido bien. Tú eras mi razón de ser”, explica Bill.
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De esta forma, ambos se dirigen al dormitorio, donde mueren juntos. Cuando Joel y Ellie llegan a la casa, encuentran una nota de despedida en la que Bill les pide que no pasen a su dormitorio e instrucciones para tomar todo lo que necesiten de la casa, incluyendo armas, comida y una camioneta.
Con la presentación de Bill y Frank y su trágica historia de amor en tiempos del apocalipsis, el tercer episodio de “The Last of Us” ha sido aclamado por los fans como uno de los mejores de la serie.
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Es un capítulo en el que la ficción de HBO se arriesgó realizando cambios significativos con respecto al videojuego original en la historia de estos dos personajes.
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Todo comienza el 30 de septiembre de 2003, cuando el hongo acaba de sumir al planeta en el caos. El ejército está evacuando zonas rurales, entre ellas el poblado de Lincoln. Allí vive Bill, un conspiranoico ermitaño que ya vivía preparado para una situación extrema como la desatada por el hongo y que consigue librarse del desalojo para hacer del vacío pueblo una auténtica fortaleza. Con esfuerzo logra reunir todos los recursos necesarios para ser autosuficiente y mantener al límite a los infectados.
Años después recibe una alerta de una de sus trampas. Al ir a inspeccionarla encuentra en ella a otro hombre, Frank, que le pide algo de comida. Con recelo, el personaje interpretado por Offerman, finalmente decide dejarlo pasar a su casa a ducharse, darle algo de ropa limpia y prepararle comida.
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A medida que pasan las horas, ambos van conectando hasta compartir una emotiva escena con un viejo piano. Tras el torpe intento de Frank de interpretar la balada “Long, Long Time” de Linda Ronstadt, Bill se sienta y canta la melancólica canción de amor. “¿Quién es la chica?”, pregunta con los ojos llorosos Frank. “No es una chica”, replica Bill. “Lo sé”, le indica entonces el invitado, que se acerca y lo besa.
Así pasan los años y los dos protagonistas construyen una vida juntos. Ambos superan las dificultades como ataques de saqueadores, conocen a Joel y Tess, con quienes, a pesar de la desconfianza de Bill, se alían para hacer intercambios de contrabando, y poco a poco van envejeciendo sin contraer el hongo.
¿Qué enfermedad tiene Frank?
Al final, Frank contrae parkinson, una enfermedad degenerativa que afecta el sistema nervioso y que, al igual que el hongo del Cordyceps, no tiene cura. Cuando llega a su límite tras años postrado en una silla de ruedas, decide suicidarse.
“Este será mi último día”, manifiesta abatido. Es entonces cuando le cuenta su plan. Durante las próximas horas quiere casarse con Bill y vivir una última velada romántica juntos. El último acto se da en la cena, donde Bill disuelve pastillas en el vino y lleva a Frank a su cuarto, donde, el plan, es que él se quedará dormido y fallecería en brazos de su amado Bill.
Llegado el momento, su esposo hace lo que le pide, pero en un inesperado giro él también se toma el vino. “Esto no es el típico suicido trágico al final de la obra. Soy viejo y he vivido bien. Tú eras mi razón de ser”, explica Bill.
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