“Tomás, Alba y Édison”, un programa para pequeños científicos
Esta es una serie de animación y ciencia muy particular. Los protagonistas, que son animados, quieren despertar la curiosidad de los televidentes a la vez que dan solución a sus interrogantes sobre cómo funcionan las cosas de su entorno más cercano.
A partir del 19 de noviembre a las 9:30 a. m., llega a Mi Señal, la franja infantil de Señal Colombia, la tercera temporada de Tomás, Alba y Édison, que tiene como propósito incentivar a los niños y a las niñas a hacerse preguntas acerca de su entorno, activar el pensamiento científico y despertar la capacidad de asombro.
Esta es una serie de animación y ciencia muy particular. Los protagonistas, que son animados, quieren despertar la curiosidad de los televidentes a la vez que dan solución a sus interrogantes sobre cómo funcionan las cosas de su entorno más cercano.
Cada capítulo surge de un cuestionamiento que responde a un deseo o una necesidad de los niños y niñas participantes de los TAE Labs. Hay que destacar que quienes participan en este laboratorio donde se desarrollan los inventos, son menores de carne y hueso, y en esta temporada son ellos los que narran con su propia voz el proceso creativo de sus proyectos.
“Tomás, Alba y Édison es una serie educativa porque se aprende haciendo y se fomenta la imaginación y la creación de los niños y las niñas. Además, como deben explicar sus proyectos, eso les ayuda a fortalecer el discurso. Es entretenida porque en parte es un juego, es buscar y crear soluciones a problemas de su cotidianidad. Es recomendada para los niños y las niñas porque son ellos y ellas los que apenas están iniciando su vida educativa y no tienen muchas reglas, todo es posible todavía y la imaginación está en todo su furor”, comenta Andrew Smith, asesor científico de la serie.
En esta producción los niños y niñas son vistos como actores activos en la sociedad y sus ideas son las protagonistas de la serie. En esta nueva entrega, los talleres del laboratorio se realizaron en municipios como Santa fe de Antioquia y Fredonia, y los participantes tuvieron la posibilidad de experimentar y descubrir su poder de crear.
“Lo que más me gustó de participar en Tomás Alba y Édison fue poder estar con mi mejor amigo y ver los inventos que los otros niños y niñas construían. Creo que mi invento (agrandador y reductor de objetos) puede cambiar el mundo porque por ejemplo podría disminuir la cantidad de basura, haciéndola tan pequeña que desapareciera del planeta. Me gustaría seguir creando inventos que cambien la Tierra, para ayudar a que pueda seguir con vida y continúe siendo nuestra casa por mucho más tiempo. Lo que más me gusta de la serie es que se formó a partir de la imaginación y las ideas de niños y niñas como yo”, dice Agustín Sierra, inventor de Medellín con siete años de edad.
Una sombrilla voladora, un reparador de objetos, un artículo que limpia los océanos, una máquina teletransportadora o una camisa para el clima son algunos de los inventos que se presentan en esta tercera temporada. Para ayudar a entender el fenómeno de cada invento, Tomás, Alba y Édison cuenta con acompañamiento científico.
A partir del 19 de noviembre a las 9:30 a. m., llega a Mi Señal, la franja infantil de Señal Colombia, la tercera temporada de Tomás, Alba y Édison, que tiene como propósito incentivar a los niños y a las niñas a hacerse preguntas acerca de su entorno, activar el pensamiento científico y despertar la capacidad de asombro.
Esta es una serie de animación y ciencia muy particular. Los protagonistas, que son animados, quieren despertar la curiosidad de los televidentes a la vez que dan solución a sus interrogantes sobre cómo funcionan las cosas de su entorno más cercano.
Cada capítulo surge de un cuestionamiento que responde a un deseo o una necesidad de los niños y niñas participantes de los TAE Labs. Hay que destacar que quienes participan en este laboratorio donde se desarrollan los inventos, son menores de carne y hueso, y en esta temporada son ellos los que narran con su propia voz el proceso creativo de sus proyectos.
“Tomás, Alba y Édison es una serie educativa porque se aprende haciendo y se fomenta la imaginación y la creación de los niños y las niñas. Además, como deben explicar sus proyectos, eso les ayuda a fortalecer el discurso. Es entretenida porque en parte es un juego, es buscar y crear soluciones a problemas de su cotidianidad. Es recomendada para los niños y las niñas porque son ellos y ellas los que apenas están iniciando su vida educativa y no tienen muchas reglas, todo es posible todavía y la imaginación está en todo su furor”, comenta Andrew Smith, asesor científico de la serie.
En esta producción los niños y niñas son vistos como actores activos en la sociedad y sus ideas son las protagonistas de la serie. En esta nueva entrega, los talleres del laboratorio se realizaron en municipios como Santa fe de Antioquia y Fredonia, y los participantes tuvieron la posibilidad de experimentar y descubrir su poder de crear.
“Lo que más me gustó de participar en Tomás Alba y Édison fue poder estar con mi mejor amigo y ver los inventos que los otros niños y niñas construían. Creo que mi invento (agrandador y reductor de objetos) puede cambiar el mundo porque por ejemplo podría disminuir la cantidad de basura, haciéndola tan pequeña que desapareciera del planeta. Me gustaría seguir creando inventos que cambien la Tierra, para ayudar a que pueda seguir con vida y continúe siendo nuestra casa por mucho más tiempo. Lo que más me gusta de la serie es que se formó a partir de la imaginación y las ideas de niños y niñas como yo”, dice Agustín Sierra, inventor de Medellín con siete años de edad.
Una sombrilla voladora, un reparador de objetos, un artículo que limpia los océanos, una máquina teletransportadora o una camisa para el clima son algunos de los inventos que se presentan en esta tercera temporada. Para ayudar a entender el fenómeno de cada invento, Tomás, Alba y Édison cuenta con acompañamiento científico.