Toni Collette, “La heredera de la mafia”
La actriz australiana protagoniza la comedia dirigida por Catherine Hardwicke interpretando a Kristin, una mujer que de la noche a la mañana debe convertirse en la jefa del imperio mafioso de su abuelo.
¿Por qué aceptó usted el papel en “La heredera de la mafia”?
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¿Por qué aceptó usted el papel en “La heredera de la mafia”?
Me sorprendió la originalidad del guion. Me hizo reír, era muy preciso y tenía una sutil carga feminista que no era para nada dogmática, sino más bien perfectamente equilibrada, pero con un tono inusual y emocionante. Me sentí, y me siento, halagada y agradecida de que Amanda [la productora] me invitara a hacer parte de este proyecto.
¿Desde siempre supo que iba a interpretar a Kristin?
Sí, me avisaron desde el principio y la verdad me encantó, me hizo feliz ayudar a que el personaje creciera y se convirtiera en la mujer fuerte que nadie la animó a ser. Fue muy divertido.
¿Cómo definiría a Kristin?
Al principio de la historia, Kristin es una mujer ignorada. Lo hace todo por los demás y piensa en sí misma en último lugar, ¡si es que piensa en algo! Se puede escuchar su voz: es aguda y dulce, como ella; está ahí para complacer, pero ligeramente desconectada. Cuando llega a Italia, se enfrenta a retos que nunca había soñado y se ve obligada a reunir el coraje que no sabía que tenía. Al conectar consigo misma, conecta con los demás, adquiere autoconocimiento y respeto por sí misma, lo que le ayuda a abrir su corazón, su mente... ¡y sus piernas! Kristin es una mujer que nunca pierde su bondad. Es más compleja de lo que parece. Me encantó todo su viaje.
¿Fue difícil construir el personaje? ¿Cómo fue ese proceso?
Creo que al principio Monica me intimidaba tanto como Kristin a Bianca... ¡es Monica Bellucci! Pero Monica es una mujer muy dulce, muy flexible y con grandes ideas. Siempre se reía de lo extravagantes que eran las escenas. Me encantaba hacerla reír. En la película, Bianca es el mayor apoyo de Kristin. Kristin no emprendería, ni podría emprender, este viaje de autodescubrimiento sin ella. Y yo quiero y aprecio a Monica de la misma manera. Me cogía por los hombros y me decía: “Sí, Italia es buena para ti”. Y lo era. Y lo sigue siendo.
Ya había trabajado antes con Catherine Hardwicke, directora de la película, ¿cómo fue trabajar con ella en esta producción?
Admiro a los artistas de cualquier tipo que tienen la flexibilidad y el talento suficientes para hacer cualquier cosa. Catherine es una de esas artistas. La heredera de la mafia requería a alguien que comprendiera de forma innata la difícil situación de Kristin como mujer, así como el humor, pero que también pudiera manejar la acción. Catherine era la única persona que podía hacer de esta película lo que es. Lo hace todo ágilmente porque es muy auténtica y no se parece a nadie. Fue un honor volver a trabajar con ella y conocerla más. La admiro de verdad.
La comedia juega un papel importante en esta película, ¿de qué forma aplicó esto en Kristin?
Generalmente, cuando se viaja, todo es nuevo y Kristin está como un pez fuera del agua, lo que da pie a una comedia excelente. Pero estaba claro que todo tenía que surrealista. Interpretarla de forma exagerada me sacaría de la historia; el público necesita creerle a ella y al mundo en el que se encuentra.
¿Cómo fue la relación con el elenco?
Todos los actores tienen mucho talento y aportan mucho a sus papeles. Giulio Corzo me dejó boquiabierta. Hizo una audición para muchos papeles, ¡y estuvo brillante en todos! Y aunque era obvio que tenía que ser Lorenzo, él podía hacer cualquier cosa. Y tanto Francesco Mastroianni como Alfonso Perugini asumieron sus papeles e inmediatamente se mostraron superprotectores conmigo. También fue genial trabajar con Eduardo Scarpetta: le encanta improvisar y mantener viva una escena.
Además de protagonizar la película, también es productora, ¿fue fácil desempeñar ambos roles?
Fue una experiencia bastante enriquecedora para mí a nivel profesional, el resultado me dejó completamente satisfecha y trabajar de la mano de Catherine siempre es un honor para mí. Nuestro equipo de rodaje fue estelar. Nos sentíamos como una gran familia feliz. Fue un rodaje muy positivo, un momento culminante no solo de mi carrera, sino de mi vida. Hacer la película me alimentó tanto el alma como el estómago. Sí, Dios mío, ¡la comida!