Vea lo que Hárold Trompetero hizo en “El baño”
La película 22 en la historia cinematográfica de este director se grabó en pleno confinamiento. Para él, este proceso fue una verdadera emancipación de talentos.
Ya está próxima a llegar a las salas de cine la película “El baño”, ¿qué pueden esperar los colombianos de esta cinta?
Los colombianos podrán reírse un poco con El baño de todo lo que nos ha pasado en esta bendita pandemia. Es una reflexión, una sátira y una forma de tomar con humor esta situación tan complicada que nos ha tocado vivir.
¿De qué trata “El baño”?
Es la historia de unos amigos que diez años después de haber terminado la universidad siguen manteniendo una relación cercana y tienen que guardar sus secretos, pero el único lugar que encuentran para mantener sus intimidades a salvo es el baño. En este lugar gritan, lloran y hasta trabajan, como nos ha tocado durante el teletrabajo. El baño es un espacio para reírnos de lo que nos ha pasado durante esta pandemia.
¿Cómo fue su experiencia al dirigir vía digital a estos talentos de la actuación en Colombia?
La experiencia de dirigir a distancia fue maravillosa. Se trató de un experimento muy gratificante. Nosotros incluimos en la película que es una creación colectiva bajo mi dirección, porque así fue. En cada casa, en cada hogar en donde se escenificaron las secuencias, se armó un pequeño equipo de producción y desde allí surgieron muchas propuestas que revisé. Cuando algo no me convencía, simplemente lo cambiaba, pero fue mucha creatividad. Los actores terminaron trabajando con sus hijos, con sus padres, con sus esposas y hasta con las suegras. Fue muy gratificante.
¿Le gustó dirigir vía virtual y explorar nuevos cambios en su rol dentro del cine?
Me encantó dirigir a la distancia y de manera virtual porque surgieron cosas que, si hubiera estado en el set, probablemente no hubieran sucedido. El baño es la creatividad de 15 o 16 equipos de producción trabajando en simultánea para gestar un producto maravilloso. Por supuesto, 15 centros de pensamiento logran mucho más que uno. Creo que la capacidad técnica se ve reflejada en la calidad del humor presente en la película. Fue una emancipación de talentos.
¿Cuáles fueron las enseñanzas más importantes durante este proceso?
La principal enseñanza es que no importan las circunstancias cuando uno quiere seguir adelante y hacer su sueño realidad. Esta película se rodó entre el 15 de abril y el 1° de mayo, en pleno con finamiento, y se supone que no se podía hacer una película así, y nosotros lo logramos.
¿Qué le deja “El baño” a la vida de Hárold Trompetero?
Es mi película 22, si no estoy mal, y puedo decir que me preparé durante toda mi vida para hacer esta cinta. Si no hubiera tenido el entrenamiento, seguramente no hubiera podido rodar este filme. Incluso en un momento pensé: todo lo que he aprendido lo he puesto en práctica en El baño. Sin embargo, lo más importante fue haber contado con el respaldo de un equipo maravilloso con el que nos tomamos de la mano a distancia para sacar adelante un proyecto.
¿Qué les diría a sus colegas directores que aún no han podido grabar en estas condiciones?
A los colegas les diría que, ahora más que nunca, hay miles de posibilidades, que no es el momento de detenerse y que tenemos muchas herramientas para difundir nuestro trabajo. El mundo no va a ser el mismo después de la pandemia y hay que estar adelante para que no quedemos en la mitad del camino. La revolución audiovisual será total y no podemos quedarnos quietos ahora.
Ya está próxima a llegar a las salas de cine la película “El baño”, ¿qué pueden esperar los colombianos de esta cinta?
Los colombianos podrán reírse un poco con El baño de todo lo que nos ha pasado en esta bendita pandemia. Es una reflexión, una sátira y una forma de tomar con humor esta situación tan complicada que nos ha tocado vivir.
¿De qué trata “El baño”?
Es la historia de unos amigos que diez años después de haber terminado la universidad siguen manteniendo una relación cercana y tienen que guardar sus secretos, pero el único lugar que encuentran para mantener sus intimidades a salvo es el baño. En este lugar gritan, lloran y hasta trabajan, como nos ha tocado durante el teletrabajo. El baño es un espacio para reírnos de lo que nos ha pasado durante esta pandemia.
¿Cómo fue su experiencia al dirigir vía digital a estos talentos de la actuación en Colombia?
La experiencia de dirigir a distancia fue maravillosa. Se trató de un experimento muy gratificante. Nosotros incluimos en la película que es una creación colectiva bajo mi dirección, porque así fue. En cada casa, en cada hogar en donde se escenificaron las secuencias, se armó un pequeño equipo de producción y desde allí surgieron muchas propuestas que revisé. Cuando algo no me convencía, simplemente lo cambiaba, pero fue mucha creatividad. Los actores terminaron trabajando con sus hijos, con sus padres, con sus esposas y hasta con las suegras. Fue muy gratificante.
¿Le gustó dirigir vía virtual y explorar nuevos cambios en su rol dentro del cine?
Me encantó dirigir a la distancia y de manera virtual porque surgieron cosas que, si hubiera estado en el set, probablemente no hubieran sucedido. El baño es la creatividad de 15 o 16 equipos de producción trabajando en simultánea para gestar un producto maravilloso. Por supuesto, 15 centros de pensamiento logran mucho más que uno. Creo que la capacidad técnica se ve reflejada en la calidad del humor presente en la película. Fue una emancipación de talentos.
¿Cuáles fueron las enseñanzas más importantes durante este proceso?
La principal enseñanza es que no importan las circunstancias cuando uno quiere seguir adelante y hacer su sueño realidad. Esta película se rodó entre el 15 de abril y el 1° de mayo, en pleno con finamiento, y se supone que no se podía hacer una película así, y nosotros lo logramos.
¿Qué le deja “El baño” a la vida de Hárold Trompetero?
Es mi película 22, si no estoy mal, y puedo decir que me preparé durante toda mi vida para hacer esta cinta. Si no hubiera tenido el entrenamiento, seguramente no hubiera podido rodar este filme. Incluso en un momento pensé: todo lo que he aprendido lo he puesto en práctica en El baño. Sin embargo, lo más importante fue haber contado con el respaldo de un equipo maravilloso con el que nos tomamos de la mano a distancia para sacar adelante un proyecto.
¿Qué les diría a sus colegas directores que aún no han podido grabar en estas condiciones?
A los colegas les diría que, ahora más que nunca, hay miles de posibilidades, que no es el momento de detenerse y que tenemos muchas herramientas para difundir nuestro trabajo. El mundo no va a ser el mismo después de la pandemia y hay que estar adelante para que no quedemos en la mitad del camino. La revolución audiovisual será total y no podemos quedarnos quietos ahora.