“Vértigo”: crudeza y realidad desde las alturas

Con la idea del miedo a caer y la fobia a las alturas, el director inglés Scott Mann, conocido por estar a la cabeza de múltiples películas de acción (Heist, 2015; Final score, 2018, y The tournament, 2009, entre otras), y el guionista Jonathan Frank, llega esta semana a cines del país Vértigo, la aterradora historia de dos escaladoras que tendrán que sobrevivir en la punta de una torre de televisión abandonada en medio de un desierto, a más de medio kilómetro de altura.

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Becky (Grace Caroline Currey), una escaladora aficionada que pierde a su esposo en un accidente de escalada, no ha logrado superar su pérdida. Entre tanto, su amiga Hunter (Virginia Gardner), quien estaba presente el fatídico día, reaparece en su vida y le propone una nueva hazaña, para lanzarse al ruedo de nuevo y perder el miedo. Becky decide mitigar su dolor realizando lo que antes solía hacer: enfrentarse a descomunales alturas.

Las amigas llegan hasta la cima de una antena de televisión abandonada en medio del desierto, pero el retorno se hace imposible a cada segundo. Resultan atrapadas en una plataforma en la punta, en un espacio verdaderamente pequeño, mientras el vértigo y la desesperanza se apoderan de ellas con cada minuto de espera para ser rescatadas. Entonces, deben calcular cada movimiento, mientras luchan por sobrevivir con lo poco que tienen.

La película con esta historia sencilla de las dos mujeres fue grabada en un 70 por ciento en una misma locación, una plataforma de seis metros de diámetro en una torre descomunalmente alta según el argumento, que está inspirado en la antigua torre de televisión B67, que existe en la vida real, tiene una altura de 625 metros y ocupa la posición número 4 en el top de las torres más altas de Estados Unidos.

Aunque la cinta no podía ser grabada en el mismo lugar por temas de seguridad, el equipo de producción recreó una torre de 13 metros de altura, para generar planos verosímiles cercanos a lo que realmente ocurriría a más de medio kilómetro del suelo. Una de las locaciones usadas fue la cima de Shadow Mountain en el desierto de Mojave, California, para lograr la impresionante vista panorámica de 360 grados que requería el ambiente.

Vértigo comenzó como una idea de cortometraje urdida por su escritor y director Scott Mann en respuesta al llamado de una compañía productora de cortometrajes experimentales.

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“Estaban buscando cortometrajes experienciales, thrillers de acción, y presentamos este”, recuerda Scott Mann.

“Nos entusiasmó tanto la idea del miedo a caer y el horror a las alturas, que casi se escribió solo en 25 o 30 páginas. Querían hacerlo, pero cancelaron el proyecto finalmente”, aseguró el consagrado director.

Con la serie de cortometrajes cancelada, Mann y Frank decidieron transformar su idea en un largometraje y ver si podían distribuirlo de otra manera. “Hemos escrito especificaciones antes, pero esta fue la más divertida de escribir, porque los dos lo vivimos y lo actuamos mientras avanzábamos en la escritura, tratando de pensar qué haríamos en la situación en la que se encontraban las protagonistas de esta historia”, continúa Mann, quien construyó una versión en papel de la plataforma en la parte superior de la torre para que él y Frank pudieran sentarse sobre ella, simular la acción y jugar con el horror y la tensión.

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“Hay un miedo psicológico que creo que todos atravesamos en la altura. Queríamos que el espectador pudiera ver a través de los ojos de los personajes, apreciar la altura desde el suelo y luego subir con ellos. Era importante para nosotros obtener una sensación de crudeza y realidad en lo alto, y ser muy humanos. Así que la torre fue la columna vertebral de todo esto”, afirma el director Scott Mann sobre lo que significó esta producción.

Además, anota, “cuando estás en la parte inferior mirando hacia arriba, las torres parecen no tener punta, sino seguir al infinito, a las nubes. Son maravillas de la arquitectura”. Una maravilla que debe verse en la gran pantalla para sentir el vértigo y el terror de esta ficción.

Con la idea del miedo a caer y la fobia a las alturas, el director inglés Scott Mann, conocido por estar a la cabeza de múltiples películas de acción (Heist, 2015; Final score, 2018, y The tournament, 2009, entre otras), y el guionista Jonathan Frank, llega esta semana a cines del país Vértigo, la aterradora historia de dos escaladoras que tendrán que sobrevivir en la punta de una torre de televisión abandonada en medio de un desierto, a más de medio kilómetro de altura.

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Becky (Grace Caroline Currey), una escaladora aficionada que pierde a su esposo en un accidente de escalada, no ha logrado superar su pérdida. Entre tanto, su amiga Hunter (Virginia Gardner), quien estaba presente el fatídico día, reaparece en su vida y le propone una nueva hazaña, para lanzarse al ruedo de nuevo y perder el miedo. Becky decide mitigar su dolor realizando lo que antes solía hacer: enfrentarse a descomunales alturas.

Las amigas llegan hasta la cima de una antena de televisión abandonada en medio del desierto, pero el retorno se hace imposible a cada segundo. Resultan atrapadas en una plataforma en la punta, en un espacio verdaderamente pequeño, mientras el vértigo y la desesperanza se apoderan de ellas con cada minuto de espera para ser rescatadas. Entonces, deben calcular cada movimiento, mientras luchan por sobrevivir con lo poco que tienen.

La película con esta historia sencilla de las dos mujeres fue grabada en un 70 por ciento en una misma locación, una plataforma de seis metros de diámetro en una torre descomunalmente alta según el argumento, que está inspirado en la antigua torre de televisión B67, que existe en la vida real, tiene una altura de 625 metros y ocupa la posición número 4 en el top de las torres más altas de Estados Unidos.

Aunque la cinta no podía ser grabada en el mismo lugar por temas de seguridad, el equipo de producción recreó una torre de 13 metros de altura, para generar planos verosímiles cercanos a lo que realmente ocurriría a más de medio kilómetro del suelo. Una de las locaciones usadas fue la cima de Shadow Mountain en el desierto de Mojave, California, para lograr la impresionante vista panorámica de 360 grados que requería el ambiente.

Vértigo comenzó como una idea de cortometraje urdida por su escritor y director Scott Mann en respuesta al llamado de una compañía productora de cortometrajes experimentales.

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“Estaban buscando cortometrajes experienciales, thrillers de acción, y presentamos este”, recuerda Scott Mann.

“Nos entusiasmó tanto la idea del miedo a caer y el horror a las alturas, que casi se escribió solo en 25 o 30 páginas. Querían hacerlo, pero cancelaron el proyecto finalmente”, aseguró el consagrado director.

Con la serie de cortometrajes cancelada, Mann y Frank decidieron transformar su idea en un largometraje y ver si podían distribuirlo de otra manera. “Hemos escrito especificaciones antes, pero esta fue la más divertida de escribir, porque los dos lo vivimos y lo actuamos mientras avanzábamos en la escritura, tratando de pensar qué haríamos en la situación en la que se encontraban las protagonistas de esta historia”, continúa Mann, quien construyó una versión en papel de la plataforma en la parte superior de la torre para que él y Frank pudieran sentarse sobre ella, simular la acción y jugar con el horror y la tensión.

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“Hay un miedo psicológico que creo que todos atravesamos en la altura. Queríamos que el espectador pudiera ver a través de los ojos de los personajes, apreciar la altura desde el suelo y luego subir con ellos. Era importante para nosotros obtener una sensación de crudeza y realidad en lo alto, y ser muy humanos. Así que la torre fue la columna vertebral de todo esto”, afirma el director Scott Mann sobre lo que significó esta producción.

Además, anota, “cuando estás en la parte inferior mirando hacia arriba, las torres parecen no tener punta, sino seguir al infinito, a las nubes. Son maravillas de la arquitectura”. Una maravilla que debe verse en la gran pantalla para sentir el vértigo y el terror de esta ficción.