Yo estuve en un encuentro con los actores de "Game of Thrones"
Pocas semanas antes del estreno de la octava y última temporada de la exitosa serie de HBO, asistí a un encuentro con parte de su talento actoral. Gwendoline Christie (Brienne of Tarth), Conleth Hill (Varys), Carice van Houten (Melisandre), Liam Cunningham (Ser Davos Seaworth) y Richard Dormer (Beric Dondarrion) estuvieron de acuerdo en que extrañan las grabaciones.
Natasha Pentin
El 19 de febrero de 2019 llegué a la 1:00 p.m. a mi encuentro con parte del elenco de la serie Game of Thrones (Juego de Tronos). La cita era en el hotel Corinthia, en Londres (Inglaterra) y yo debía compartir esta actividad con periodistas de todas partes del mundo, menos de Estados Unidos. Nos llevaron a una sala de conferencias y nos dijeron que cada actor nos concedería veinte minutos de entrevista y que la temática sería, por supuesto, la última temporada de esta exitosa producción de HBO.
La primera en llegar a la conversación con los periodistas fue Gwendoline Christie (Brienne of Tarth). Ella, con pelo rubio y vestida de negro, fue la única actriz que nos estrechó la mano a todos los asistentes. Es mucho más atractiva en persona que en la pantalla, su altura es abrumadora, así como su actitud desparpajada, porque apareció de la nada haciendo que su risa se escuchara por todos los rincones del recinto.
Christie habló con modestia, pero acentuando los derechos de las mujeres y su empoderamiento. Demostró inteligencia y durante la entrevista habló sobre los retos físicos de su papel, su dedicación al haber interpretado un personaje que tuvo que luchar contra las restricciones patriarcales y también expresó su decepción por la falta de oportunidades para las mujeres en el ámbito de la televisión y del cine. Para sorpresa de muchos, destacó su deseo de convertirse en productora en un futuro.
Al preguntarle sobre el doblaje su opinión fue contundente: dijo que prefería ver la serie en su lenguaje original, porque sentía que el cambio de voces afectaba el sentido del personaje y le quitaba la emoción genuina de la puesta en escena. Comentó también que Game of Thrones aumentó su conciencia sobre las estructuras de poder, piensa que la situación actual del brexit ha humanizado a los gobernantes y que el mundo de la política se está modificando.
La atmósfera cambió repentinamente cuando el lado cómico de Conleth Hill (Varys) apareció en el lugar. En la entrevista, habló sobre el momento más difícil de la serie para él y lo resumió en una frase: “Cuando me afeitaron la cabeza y, de hecho, lloré”, dijo entre risas.
Muchas de las escenas fueron grabadas en Belfast, en el norte de Irlanda, donde creció, así que la memoria emotiva surgió en varias oportunidades.
En la actividad también participó Carice van Houten (Melisandre), quien, con su espíritu sereno, admitió que muchas veces se sintió intimidada por el número de personas que la miraban durante las audiciones, sobre todo en la segunda temporada. La actriz, radiante como siempre, escogió para su encuentro con la prensa un lápiz labial rojo y un delineador negro.
Tanto Conleth Hill como Carice van Houten confesaron que después de terminar la serie se quedaron con algunos elementos de la escenografía. Él se apropió de anillos y vidrio de dragones, mientras que ella optó por los calcetines e interiores térmicos, una elección bastante extraña, según la opinión de sus compañeros de reparto.
El turno fue para Liam Cunningham (Ser Davos Seaworth) y Richard Dormer (Beric Dondarrion). Ambos coincidieron en que la popularidad de Game of Thrones en todo el mundo se debe a los temas que se abordan en la serie: sexo, violencia y poder. Además dijeron que el hecho de ser todos los protagonistas mortales, llama la atención de la audiencia porque no se repiten esquemas preestablecidos.
Liam Cunningham manifestó que haber trabajado en esta serie fue un honor y que le encantó jugar a ser la brújula moral en la propuesta. Añadió que siempre quiso que Jon Snow subiera al trono, y que sus lealtades, dentro y fuera del escenario, siempre estarán con él.
Para Richard Dormer, la caracterización de Beric Dondarrion fue dirigida primero por Alex Graves, quien alineó su personaje a partir de las actuaciones del británico Alec Guinness durante sus años de juventud. En ese punto Cunningham comentó entre risas: “Claro. Por eso eres el punto medio en el que se cruzan Game of Thrones y Star Wars”.
Más adelante se unieron a la conversación Kristofer Hivju (Tormund) y Rory McCann (The Hound). El primero dijo que tardó varios años en conocer a todos los integrantes del elenco; mientras que el segundo lamentó el hecho de no haber podido grabar en un prostíbulo. “¡Yo solo quería una escena de sexo. Nada más!”.
Los dos actores desarrollaron una fuerte amistad, porque tuvieron que realizar unas de las escenas más difíciles y agotadoras en un lago congelado. Para ese registro crearon un alfabeto de movimientos para conseguir que la lucha tuviera tintes de realidad sin arriesgar sus fisionomías.
Al final de sus intervenciones, Rory McCann contó que rompió algunas de las puntas del célebre Trono de Hierro para regalárselas a sus seres queridos y concluyó: “Siento decepcionarlos, pero ese trono es de plástico”.
Las últimas en aparecer en la actividad con los periodistas fueron Maisie Williams (Arya Stark) y Sophie Turner (Sansa Stark). La primera llegó con el pelo tinturado de rosado brillante, mientras que la segunda se destacó por el blanco impecable de su abrigo.
Coincidieron en que el set de Game of Thrones fue un lugar muy favorable para el desarrollo actoral de las mujeres y por eso extrañarán las jornadas. Las dos quieren tomar un descanso después de una interpretación tan larga y a ambas les gustaría descubrir cuál es el estilo de vida de una persona del común a los 21 años.
Y con este par de divas en plena etapa de consolidación concluyó mi encuentro con el talento de Game of Thrones, una de las series más exitosas del planeta.
El 19 de febrero de 2019 llegué a la 1:00 p.m. a mi encuentro con parte del elenco de la serie Game of Thrones (Juego de Tronos). La cita era en el hotel Corinthia, en Londres (Inglaterra) y yo debía compartir esta actividad con periodistas de todas partes del mundo, menos de Estados Unidos. Nos llevaron a una sala de conferencias y nos dijeron que cada actor nos concedería veinte minutos de entrevista y que la temática sería, por supuesto, la última temporada de esta exitosa producción de HBO.
La primera en llegar a la conversación con los periodistas fue Gwendoline Christie (Brienne of Tarth). Ella, con pelo rubio y vestida de negro, fue la única actriz que nos estrechó la mano a todos los asistentes. Es mucho más atractiva en persona que en la pantalla, su altura es abrumadora, así como su actitud desparpajada, porque apareció de la nada haciendo que su risa se escuchara por todos los rincones del recinto.
Christie habló con modestia, pero acentuando los derechos de las mujeres y su empoderamiento. Demostró inteligencia y durante la entrevista habló sobre los retos físicos de su papel, su dedicación al haber interpretado un personaje que tuvo que luchar contra las restricciones patriarcales y también expresó su decepción por la falta de oportunidades para las mujeres en el ámbito de la televisión y del cine. Para sorpresa de muchos, destacó su deseo de convertirse en productora en un futuro.
Al preguntarle sobre el doblaje su opinión fue contundente: dijo que prefería ver la serie en su lenguaje original, porque sentía que el cambio de voces afectaba el sentido del personaje y le quitaba la emoción genuina de la puesta en escena. Comentó también que Game of Thrones aumentó su conciencia sobre las estructuras de poder, piensa que la situación actual del brexit ha humanizado a los gobernantes y que el mundo de la política se está modificando.
La atmósfera cambió repentinamente cuando el lado cómico de Conleth Hill (Varys) apareció en el lugar. En la entrevista, habló sobre el momento más difícil de la serie para él y lo resumió en una frase: “Cuando me afeitaron la cabeza y, de hecho, lloré”, dijo entre risas.
Muchas de las escenas fueron grabadas en Belfast, en el norte de Irlanda, donde creció, así que la memoria emotiva surgió en varias oportunidades.
En la actividad también participó Carice van Houten (Melisandre), quien, con su espíritu sereno, admitió que muchas veces se sintió intimidada por el número de personas que la miraban durante las audiciones, sobre todo en la segunda temporada. La actriz, radiante como siempre, escogió para su encuentro con la prensa un lápiz labial rojo y un delineador negro.
Tanto Conleth Hill como Carice van Houten confesaron que después de terminar la serie se quedaron con algunos elementos de la escenografía. Él se apropió de anillos y vidrio de dragones, mientras que ella optó por los calcetines e interiores térmicos, una elección bastante extraña, según la opinión de sus compañeros de reparto.
El turno fue para Liam Cunningham (Ser Davos Seaworth) y Richard Dormer (Beric Dondarrion). Ambos coincidieron en que la popularidad de Game of Thrones en todo el mundo se debe a los temas que se abordan en la serie: sexo, violencia y poder. Además dijeron que el hecho de ser todos los protagonistas mortales, llama la atención de la audiencia porque no se repiten esquemas preestablecidos.
Liam Cunningham manifestó que haber trabajado en esta serie fue un honor y que le encantó jugar a ser la brújula moral en la propuesta. Añadió que siempre quiso que Jon Snow subiera al trono, y que sus lealtades, dentro y fuera del escenario, siempre estarán con él.
Para Richard Dormer, la caracterización de Beric Dondarrion fue dirigida primero por Alex Graves, quien alineó su personaje a partir de las actuaciones del británico Alec Guinness durante sus años de juventud. En ese punto Cunningham comentó entre risas: “Claro. Por eso eres el punto medio en el que se cruzan Game of Thrones y Star Wars”.
Más adelante se unieron a la conversación Kristofer Hivju (Tormund) y Rory McCann (The Hound). El primero dijo que tardó varios años en conocer a todos los integrantes del elenco; mientras que el segundo lamentó el hecho de no haber podido grabar en un prostíbulo. “¡Yo solo quería una escena de sexo. Nada más!”.
Los dos actores desarrollaron una fuerte amistad, porque tuvieron que realizar unas de las escenas más difíciles y agotadoras en un lago congelado. Para ese registro crearon un alfabeto de movimientos para conseguir que la lucha tuviera tintes de realidad sin arriesgar sus fisionomías.
Al final de sus intervenciones, Rory McCann contó que rompió algunas de las puntas del célebre Trono de Hierro para regalárselas a sus seres queridos y concluyó: “Siento decepcionarlos, pero ese trono es de plástico”.
Las últimas en aparecer en la actividad con los periodistas fueron Maisie Williams (Arya Stark) y Sophie Turner (Sansa Stark). La primera llegó con el pelo tinturado de rosado brillante, mientras que la segunda se destacó por el blanco impecable de su abrigo.
Coincidieron en que el set de Game of Thrones fue un lugar muy favorable para el desarrollo actoral de las mujeres y por eso extrañarán las jornadas. Las dos quieren tomar un descanso después de una interpretación tan larga y a ambas les gustaría descubrir cuál es el estilo de vida de una persona del común a los 21 años.
Y con este par de divas en plena etapa de consolidación concluyó mi encuentro con el talento de Game of Thrones, una de las series más exitosas del planeta.