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La primera temporada de Family Law fue muy bien recibida, ¿a qué le atribuye este éxito?
Esa es una gran pregunta. Nunca sabes cuál va a ser la magia de un proyecto, a veces puedes pensar que tienes el elenco correcto, el director correcto, el papel perfecto y aun así puede no funcionar. Creo que para nosotros, una de las razones por las que la serie ha tenido tanto éxito es, en primer lugar, que la escritura es realmente inteligente, divertida, compleja y los personajes son interesantes para este tipo de trama, que se trata de abogados.
¿Por qué cree que Family Law es diferente a otras series similares?
Hay muchos programas sobre leyes y abogados por ahí, y por lo general están bastante inclinados a ser muy serios, muy dramáticos y duros, pero nuestro programa es capaz de ir a esos mismos lugares de una forma mucho más amena y divertida, llegando hasta el fondo de los casos más caóticos, pero siempre con humor; eso hace que el público se emocione con nuestra percepción del derecho.
¿Qué pensó la primera vez que leyó el guion?
Recuerdo que cuando lo leí por primera vez dije “¿qué es esto?”, porque esperaba algo al estilo Matthew McConaughey, más serio, pero mi personaje es bastante tonto, es genial.
¿Qué tan difícil es hacer que un drama familiar sea divertido? ¿Cómo se logra esa química en el set?
Ese es el desafío de esta serie, porque nos movemos en ambos mundos, tanto en el drama como en la comedia. El contexto es difícil y emocional, porque alguien puede estar pasando por un divorcio o tratando de obtener una custodia, pero la forma correcta de mostrar esa seriedad sin que parezca que nos estamos burlando de este tipo de situaciones, que les pasan a millones de personas en la vida real, es teniendo en cuenta que todos estamos hechos de carne y hueso, todos sentimos. Tú eres periodista, mi madre es enfermera y mi padre maestro, e independientemente de la dinámica del lugar de trabajo, todos tenemos una vida y cosas que debemos solucionar.
¿Cuáles fueron los retos más grandes de interpretar a Daniel?
Uno de los retos más duros fue asimilar que mi jefe también era mi padre, eran dos vínculos opuestos sucediendo al mismo tiempo y no fue fácil. A menudo, mi personaje ni siquiera es consciente de si está siendo empleado o hijo, es como si viviera en dos realidades al mismo tiempo. Navegar por ese tipo de relaciones donde somos susceptibles a cualquier cosa es difícil, porque Daniel puede tratar de ser serio con su padre y demostrarle que es un buen abogado, pero a la vez él lo subestima y lo trata como a un niño pequeño solo porque es su hijo.
¿Cuál es la importancia del humor en “Family Law”?
La risa es el acceso a la empatía, y poder reírnos de nosotros mismos y de los otros es tan humano que eso hace que la audiencia se conecte, porque los personajes no son solo abogados haciendo cosas de derecho que la gente no entiende, somos personas con vidas propias y problemas que debemos solucionar a diario. Yo no soy abogado en la vida real, no sé lo que se necesita para serlo, pero sí sé lo que se necesita para ser un hermano menor, un hijo, un amigo. Esa es la clave de las buenas historias.
¿Cómo ha evolucionado Daniel en estas dos temporadas?
Desde la primera temporada ha sido competitivo, serio y centrado. Quiere impresionar a la gente y tiene una fachada pera demostrarle al mundo que él tiene el control. A medida que avanza la serie, los espectadores se dan cuenta de que tanto en lo personal como en lo profesional también es una persona vulnerable, en la relación con su padre y sus hermanas. Es fascinante para mí ver a Daniel en un entorno profesional, luego verlo pasar el rato con su hermana y ver ese lado sensible; creo que eso es lo que hace que sea un personaje atractivo.