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Al padre de la realizadora colombiana Laura Mora, abogado y profesor universitario, lo asesinaron en Medellín en 2002, una pérdida tan dolorosa que despertó en ella el deseo de venganza. De la resistencia a caer en esa "oscuridad" nació "Matar a Jesús", su ópera prima. (Leer Mujeres cineastas en Iberoamérica solo representan el 18 %).
En esta película, que compite por el premio Nuevos Directores en el Festival de San Sebastián tras su paso por Toronto (Canadá), desarrolla unos hechos que no coinciden exactamente con lo ocurrido, pero que sí reflejan lo que vivió en su interior, explica en una entrevista con Efe.
"Todo el dolor es absolutamente autobiográfico", dice Mora, una joven educada en una familia progresista donde le habían dado "todo el amor", pero que tras el crimen de su padre, cuando ella tenía 22 años, sintió por primera vez que podía matar.
"La venganza es muy impresionante. Y a mí me impresionaba mucho verme capaz de matar y me preguntaba qué haría si me pusieran enfrente a la persona que había asesinado a mi papá", señaló. (Leer "Tengo casi 53 años y sigo trabajando, creo que no es por mi belleza": Monica Bellucci).
Mora, que ha rodado varios cortos y trabajos para televisión, agradece el "poder transformador" del cine, que a ella le ha servido para canalizar esos sentimientos y resistirse a la violencia.
Relata que, tras el asesinato, muchas personas de su entorno le animaron a escribir sobre lo sucedido, pero "nunca" pudo. Hace diez años, cuando se encontraba estudiando cine en Australia, país que eligió para alejarse del suyo, tuvo un sueño, que acabó siendo el germen de su película.
"Estaba en un mirador de Medellín y un joven se acerca, se sienta junto a mí y me dice: 'Me llamo Jesús y yo maté a tu padre'. Cuando me levanté escribí de un tirón 70 páginas en las que mantenía una conversación larga con ese chico", explica.
En esos folios "perfiló" ya al protagonista de su largometraje, pero la historia la escribió junto a un amigo guionista, Alonso Torres, cuyo hermano también murió asesinado. "Él ya había hecho el duelo. Me ayudó mucho a 'ficcionar' los hechos, sin él no habría podido", asegura.
Paula es el nombre de la joven en este filme, que es testigo del crimen de su padre y que un día cree reconocer al chico que le disparó, con el que trata de establecer una relación para poder vengarse.
Natasha Jaramillo, una estudiante de Artes Plásticas que en la película cursa la misma carrera, y Giovanni Rodríguez, que tiene tras él "una historia muy difícil, de cárcel y un contexto de violencia impresionante", son los protagonistas de "Matar a Jesús".
Los encontró de forma casual en lugares distintos de Medellín y los convenció para participar en el proyecto porque supo que eran perfectos para esos papeles.
Con la cámara al hombro, sin utilizar nunca un trípode, esta realizadora traza la evolución de este acercamiento hasta su impactante final, y una relación de dos chicos que, "de haber pertenecido a una sociedad sin violencia, podrían haber sido amigos".
"La historia de Colombia se reduce a una gran venganza en los últimos 50 años", destaca esta directora, que dice que su país se encuentra en un momento "muy coyuntural" y le "preocupa".
"Debemos reconocer las diferencias o seguir en lo mismo, que es lo que mucha gente quiere. La película es actual, para mí es importante que se sepa lo que ocurre ahora, que ya no es la sociedad de la época del cártel, pero que sigue siendo violenta e indolente", añade la realizadora, que recuerda que nunca se encontró al asesino de su padre.
Laura Mora, que admira los filmes del neorrealismo italiano, tiene a su compatriota Víctor Gaviria entre sus principales referentes, pero para abordar este proyecto ha estudiado sobre todo el trabajo de fotógrafos estadounidenses como Bruce Davidson, Larry Clark y Nan Goldin, que han tratado contextos violentos y de bandas callejeras.
"Matar a Jesús" encabeza las votaciones del Premio de la Juventud -con 8,07 puntos sobre una media de 6,4-, a falta de calificar tres de las veintiuna películas que concursan por este galardón.