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La actriz francesa Emmanuelle Seigner descartó incorporarse a la Academia de los Óscar, en protesta por la exclusión de su marido, el director Roman Polanski, por parte de esa organización, en una carta abierta publicada por el diario Journal du Dimanche.
"La Academia estadounidense de las artes y de las ciencias del cine me propone que me una a ella, en compañía de otras actrices, en nombre de una feminización, por otra parte, necesaria. ¿Quién puede pensar que yo no me pueda preocupar por la igualdad entre hombres y mujeres?", escribió.
"He sido feminista desde siempre, pero cómo voy a hacer como si no supiera que la Academia, hace unas semanas, echó a mi marido, Roman Polanski, para quedar bien con los tiempos que corren. La misma academia que lo premió con un Óscar al Mejor Director por 'El Pianista' en 2003. ¡Curiosa amnesia!", añadió.
"Esta Academia probablemente piense que soy una actriz lo bastante arribista, sin carácter, como para olvidar que estoy casada desde hace 29 años con uno de los más grandes directores. Lo amo, es mi esposo, el padre de mis hijos. ¿Lo rechazan como a un paria y unos académicos invisibles piensan que yo podría 'subir los escalones de la gloria' a sus espaldas? ¡Insoportable hipocresía!", denunció.
Tildando la propuesta de "injuriosa", la actriz afirma ser "la única que puede dar cuenta de hasta qué punto él [Polanski] lamenta lo que pasó hace cuarenta años".
En 1977, el cineasta reconoció que había mantenido relaciones sexuales ilegales con Samantha Geimer, de 13 años, en la casa de Jack Nicholson en Los Ángeles, en ausencia de ese actor, que estaba de viaje. (Contexto: Roman Polanski, dispuesto a volver a EE.UU. para cerrar caso de violación sexual).
A cambio de la admisión de los hechos, un juez aceptó descartar otras acusaciones más graves, incluyendo la de violación de una menor bajo el consumo de estupefacientes.
El Consejo de Gobernadores de la Academia anunció el pasado 3 de mayo la expulsión de Polanski y del actor venido a menos Bill Cosby, condenado por agresión sexual.
La decisión se tomó en virtud del nuevo código de conducta adoptado por la prestigiosa institución a raíz de que el escándalo de Harvey Weinstein saliera a la luz.
"Roman no se corresponde para nada con esa caricatura machista, síntoma del mal que devasta el cine", concluye la actriz, de 52 años.