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En marzo pasado, Theresa Hoppe ya tenía planeada la edición número 26 del Festival Eurocine. Justo cuando Bogotá hacía el simulacro de aislamiento, recibió en formato físico la mitad de las películas que eran parte de la programación del evento cinematográfico.
En principio, Eurocine 2020 iba a inaugurarse el 21 de abril y tenía como invitados de honor a Noruega, a Sara Johnsen, directora de la película Rosmari, y a la trompetista Maité Hontelé, quien refleja en el documental Ademtocht (Sin aire) el cambio que tuvo en su vida. (Lea: Eurocine 2020 se alía con Cinemateca de Bogotá para presentar edición virtual)
Sin embargo, la pandemia generada por el coronavirus cambió todos los planes estratégicos y a Hoppe, directora del evento, le tocó buscar alternativas para realizar un festival.
Investigó y decidió seguir el ejemplo de festivales internacionales que se adaptaron al formato digital, pero se enteró de que en Colombia no era tan fácil esa alternativa.
Pero, un par de meses después, encontró en la Cinemateca de Bogotá un aliado que, como Eurocine, quería aprovechar las nuevas tecnologías y los nuevos medios para proyectar películas y no perder el contacto con la gente.
“Con quién no hablé. Era difícil, nadie se definía, pero cuando me enteré de que la Cinemateca abrió su sala virtual me pareció una gran alternativa, porque siempre fue la casa del Festival”, dice la gestora cultural que deja claro que, a pesar de ser una sala que funciona con la modalidad VOD (video bajo demanda, porque el público escoge qué ver), para ella sigue siendo una sala de cine, porque la Cinemateca tiene su propio público.
Del catálogo inicial de Eurocine 2020, nueve películas fueron seleccionadas para ser presentadas en streaming. Una vez superadas las pruebas técnicas, la Cinemateca le pidió a Hoppe organizar un conversatorio inaugural con un cineasta que hablara español.
Fue así como el pasado jueves la directora española Almudena Carracedo habló con su colega colombiana Patricia Ayala (Don Ca) sobre El silencio de los otros, que retrata la lucha silenciada de las víctimas del régimen de Francisco Franco.
“Uno ve esa película y piensa que están hablando de Colombia, porque da voz a las víctimas de Franco que cayeron bajo la Ley de Amnistía en España, que prohibió escarbar en el pasado y dar justicia a los crímenes de lesa humanidad”, comenta Hoppe.
Hasta el año pasado el Festival Eurocine hacía su evento principal en Bogotá y organizaba ediciones itinerantes en diferentes municipios. Así que lo que en principio fue un problema, no poder organizar un evento presencial, se transformó en una oportunidad, porque desde que inauguró su sala virtual la Cinemateca de Bogotá ha conquistado nuevos públicos.
La nota triste para Hoppe es que de las 50 películas que seleccionó inicialmente, solo nueve están disponibles para ver hasta el próximo 31 de julio.
Para no perder el trabajo logrado al conseguir los derechos de exhibición de estas producciones europeas, la directora piensa organizar un evento presencial cuando sea posible o exhibirlas en autocines. (Además: Eurocine 2019 presenta películas que llaman al perdón y la resiliencia)
Por ahora, con “paciencia, esperanza y fe”, comienza la edición virtual de este festival cinematográfico bajo el lema Integrando orígenes, el cual continúa la conversación generada el año pasado con Coordenadas: imagina un nuevo camino, enfocado en la inclusión y la tolerancia.
Buscó películas que se adaptaran a la propuesta de descubrir el origen, generar empatía o ponerse en los zapatos del otro; y escogió producciones como Rosemari, que narra la historia de una joven que cuando bebé fue encontrada en un hotel por una mujer .
El costo de la sala virtual de la Cinemateca de Bogotá es de $5.000, un precio económico comparado con el valor de la boleta física o el de otras salas virtuales.
Sin embargo, como es poco probable que el público pueda ver las nueve películas de Eurocine 2020, Theresa Hoppe recomienda, para los amantes de las historias familiares, la francesa Petit paysan (Un héroe singular), de Hubert Charuel.
A quienes prefieren los temas históricos y los guiones que promuevan el pensamiento, sostiene que la ideal es la española El silencio de los otros; mientras que la comedia portuguesa de Gabriel Abrantes, Diamantino, es la perfecta para quienes quieran ver algo más suave o ligero, sin que el tema no sea pertinente.
Con esta edición virtual de Eurocine, Theresa Hoppe espera contribuir al bienestar de las personas, pues como europea sabe que es necesario para el ser humano tener acceso a las diversas expresiones artísticas, sobre todo cuando se viven momentos dramáticos.