Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
¡Qué orgulloso me siento de ser amante de los superhéroes! Fue asombroso poder compartir con amigos y vivir con fervor lo que sucedió, pues pasó lo increíble, lo inesperado, lo emocionante, lo inimaginable, lo que todos queríamos ver en la pantalla gigante por fin llegaba para romper todos los récords, una maravillosa e histórica película del cine de superhéroes estaba por sorprendernos en el día más feliz de mi vida geek.
Todo se inició con Avengers: Infinity War, la película de 2019, en donde por primera vez veíamos a nuestros héroes derrotados, en silencio, sin fuerza y sin esperanza dejando a los fans conmocionados y perturbados.
Cuando salió el tráiler de Avengers Endgame (cuyo nombre fue todo un misterio por algún tiempo), segunda parte de esta batalla, fue alucinante, algo tan corto y confuso, pero emotivo y eficaz, además se confirmaba que lo que veíamos en ese tráiler era parte de los diez primeros minutos de la película que iba a durar poco más de tres horas y que se convertiría en el cierre de La saga del infinito, el cierre de los primeros once años del universo cinematográfico de Marvel y el final de más de una década llena de héroes y éxitos.
Recuerdo que, junto con unos amigos, hicimos convocatoria en redes sociales para hacer maratón del universo cinematográfico de Marvel. Nunca imaginé que toda Colombia se sumaría a esta iniciativa. Era tanta la ansiedad y la emoción por ver el desenlace de esta saga, que la actividad se hizo en Bogotá, Medellín, Cali, Manizales, Montería y Pereira.
Miles de personas se unieron y empezó un movimiento de fans nunca visto ante la llegada de un filme.
¿Acaso no lo viste venir? Eso nos diría Quicksilver ante lo que iba a suceder: la preventa de la boletería sería apocalíptica, prometimos comprar cien entradas para ir con cien amigos fanáticos a ver este suceso y, al mejor estilo de agentes de Shield, investigamos, preguntamos, indagamos, nos preparamos con tarjetas, con contactos, con influencias y amigos que trabajaban en el medio, dispuestos a madrugar o trasnochar, planeamos muchas estrategias y fue toda una odisea, pero, ¡lo conseguimos: compramos cien entradas en la sala de cine más grande del país!
Pero lo más increíble no fue eso, lo increíble fue saber que en Estados Unidos, Colombia y otros países los sistemas de compra en línea colapsaron y cayeron por varias horas. Fue algo impensable, no podía creer que una película llegara a generar tanta expectativa y afectara de esa manera la red mundial. Avengers: Endgame había logrado el récord de preventa a escala mundial y el caos digital mostraba a miles de personas luchando por ver a Los Vengadores venciendo al titán loco, el poderoso Thanos.
¡Llegó el día! Tuve el privilegio de ir al estreno gracias al trabajo que se ha hecho con Universo Marvel Colombia, Club de Fans, en los últimos cuatro años, una linda labor con toda la familia Marvel colombiana. Por primera vez en mi vida usé un cosplay, y no cualquier cosplay: me tocó el de Thanos, el villano detrás de todos estos años en Marvel y el causante de tanta incertidumbre, caos y zozobra. Compartimos con la gente y entramos a la sala de cine. La expectativa era total, se sentía en los pasillos el nerviosismo y la impaciencia de ver cómo nuestros héroes iban a superar esta batalla.
Se inició la película y no entendíamos lo que pasaba; fue alucinante, increíblemente inesperado lo que veíamos. Escena tras escena reaccionábamos en coro, como fans de corazón que somos y veíamos ese hermoso homenaje a estos once años de trabajo de Marvel Studios, nuestros sueños se hacían realidad, las páginas de los cómics recobraban vida en la pantalla grande y decían: “Aquí estamos, somos reales, vamos a luchar, vamos a ganar, por todos, ¡unidos!”.
Nunca imagine llorar en una película, y mucho menos más de tres veces; pensé que era solo yo y me daba un poco de pena mostrar el llanto, pero cuando volteo a mirar a los demás, todos estaban igual, con las mejillas llenas de lágrimas, de tristeza, de felicidad, de valentía, de amor por este hobby, de orgullo por ser como somos porque solo así podíamos sentir eso tan hermoso que sentimos viendo Avengers: Endgame.
Estábamos como en un estadio de fútbol lleno y delirante, pero esta vez, todos haciéndole fuerza al mismo equipo, al equipo Marvel, gritando y sintiendo cada batalla como propia. Cuando terminó, esta vez sin las acostumbradas escenas poscréditos, todos nos mirábamos alucinados, incrédulos de lo que habíamos visto, agradecidos con la vida por estar presenciando este momento, esta época dorada del cine de superhéroes.
Al salir nos abrazamos y después de hablar por horas, concluimos que los hermanos Russo tenían razón: toda una obra maestra, que loca y atrevida la forma en que nos mostraron todo un universo hecho de fans para fans y nos regalaron esas horas de placer geek, teníamos que verla de nuevo para poder procesar toda la información que hubo. La película más hermosa y sublime que he visto en mi vida, fue emotiva, excitante, dramática, espeluznante, intrépida y vibrante; emociones que ponen esta película en lo más alto de mi podio geek.
Quince veces después de verla en cine, solo me queda decir que la película más taquillera de la historia, la que ha roto todos los récords en todo el mundo, es una película de Marvel, hecha por aquellos niños rechazados en el colegio por el simple hecho de vivir en su mundo de historietas; esos niños que soñaron en grande y nunca dejaron de creer en sus héroes, siguiendo el legado del gran Stan Lee, demostrando así que cualquiera puede ser un héroe. Ellos creyeron en un sueño y trabajaron con amor sin esperar el éxito, demostrando que cuando se quieren hacer las cosas se pueden crear proyectos exitosos, que puedes cambiar el mundo: ¡excelsior!