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“Con profunda tristeza anunciamos el fallecimiento de Andy Rourke tras una larga enfermedad de cáncer de páncreas”, escribió en Twitter Johnny Marr. “Quienes lo conocieron recordarán a Andy como un alma amable y hermosa, los fans lo recordarán como un músico extremadamente talentoso”, añadió en Instagram, junto a una foto de ambos cuando eran jóvenes.
Nacido el 17 de enero de 1964, Rourke era el tercero de cuatro hermanos, todos varones. Sus padres le regalaron una guitarra cuando tenía 7 años y pocos después empezó a tocar también el bajo. Junto a su gran amigo de infancia Marr, al que conoció en la escuela, entró en la banda funk Freak Party.
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No fue el primer bajista de The Smiths, pero se unió a ellos el mismo año en que se formaron, 1982. El grupo de Mánchester, en el norte de Inglaterra, saltó a la fama cuatro años después con el álbum “The Queen is Dead” (la reina ha muerto).
Se separaron en 1987 y Rourke tocó a partir de entonces con músicos como Sinead O’Connor, The Pretenders, Aziz Ibrahim o Dolores O’Riordan, de los Cranberries, fallecida en 2018. Era “no sólo el bajista con más talento con el que he tenido el privilegio de tocar, sino el tipo más encantador y divertido que he conocido”, afirmó Mike Joyce, exbatería de The Smiths.
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Mat Osman, bajista de Suede, rindió homenaje a un “bajista poco común” cuyo “sonido era reconocible al instante”. Tras la separación de la mítica banda, Rourke, implicado en una batalla contra su adicción a la heroína, se unió a Joyce para demandar a sus dos excompañeros, Marr y el cantante Morrissey, en un litigio sobre el reparto de los derechos de autor.
Finalmente llegaron a un acuerdo y la amistad de infancia entre el bajista y el guitarrista sobrevivió. Morrissey, por su parte, fue adoptando un discurso cada vez más reaccionario. En 2019 apareció en un programa de televisión estadounidense con una insignia de un partido británico de ultraderecha. Fue virulento con sus excompañeros, antes de adoptar un tono más conciliador en su autobiografía publicada en 2013.