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El histórico vestido de Marilyn Monroe que Kim Kardashian lució el pasado mayo en la Met Gala ha sufrido “daños significativos” y “permanentes”, según ha denunciado un experto y coleccionista de objetos de la actriz.
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Scott Forner, que dice tener la mayor colección privada de archivos y artículos personales de Monroe, ha compartido en su sitio web y en redes sociales fotografías comparando el estado del vestido “antes y después” de que Kardashian lo usara para asistir al exclusivo evento que se celebra cada año en Nueva York.
Marilyn Monroe’s iconic dress has reportedly been damaged after being worn by Kim Kardashian at the Met Gala.
— Pop Crave (@PopCrave) June 13, 2022
The dress now shows signs of tearing, and several crystals are either missing or hanging off of it. pic.twitter.com/cFu1lUBmzS
Su veredicto es que la pieza presenta daños “permanentes”, con varios desgarrones en la parte posterior, cristales que han desaparecido y otros que penden de un hilo.
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“¿Mereció la pena?”, pregunta Forner en su artículo al dueño del icónico vestido, propiedad de la franquicia estadounidense Ripley’s Believe It or Not!, que actualmente lo tiene expuesto en una de sus sedes en Los Ángeles.
La compañía prestó el vestido a Kardashian para que lo luciera a su llegada a la Met Gala, donde fue una de las celebridades que más atención atrajo por su atuendo.
El vestido es prácticamente historia de Estados Unidos y de la cultura pop, pues era el que Monroe lució cuando le cantó el “feliz cumpleaños” al entonces presidente estadounidense John F. Kennedy en 1962, apenas unos meses antes del fallecimiento de la actriz.
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Para poder usar el atuendo, Kardashian tuvo que someterse a una dieta con la que dice que perdió más de 7 kilos en tres semanas. La celebridad de 41 años apenas tuvo puesto el vestido durante unos minutos, a su llegada a la gala, pues luego se lo cambió por una réplica para proteger el original.
Sin embargo, según Forner, ello no impidió que la pieza sufriera daños “significativos” a pesar de las repetidas garantías dadas por los propietarios.
El Consejo Internacional de Museos ya había subrayado que este tipo de “prendas históricas no deben ser vestidas por nadie”, pues aunque sean propiedad privada deben verse como un patrimonio a preservar “para las generaciones futuras”.