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                                                                                                                                “Apenas estaba floreciendo”

                                                                                                                                A 20 años del asesinato de Sylvia Duzán. El 26 de febrero de 1990, en Cimitarra (Santander), murió junto a los líderes de la Cooperativa Campesina del Carare.

                                                                                                                                Salomón Kalmanovitz

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Uno siempre se siente culpable de la muerte de los más allegados y en el caso de mi Sylvia tanta culpa me hizo mucho daño; me decía entonces que si le hubiera exigido hijos enseguida, no la hubieran matado, pero después corregía y agregaba que también me hubiera dejado de querer. Y durante los siete años que compartimos se hizo muy amiga de mis hijos, a veces induciéndolos a que me desafiaran, y les dio lecciones de rock, de cine y de literatura, en especial de aventurarse en la vida, que los marcarían profundamente.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Compramos lienzo y cuerdas para envolver el cadáver, lo cargamos con cuidado en la avioneta y volamos directo a Bogotá.

                                                                                                                                Durante el vuelo miraba su cara pálida, muy bella y apacible, el pequeño orificio en la mejilla que se iba amoratando, y me preguntaba qué iba a ser de mí sin ella, ella que había sido mi amante, mi colega, mi socia, un poco mi hija (le llevaba 17 años y la molestaba diciéndole que la iba a dejar viuda, pero el destino político de Colombia había reversado las probabilidades de expectativa de vida de ambos).

                                                                                                                                No podía dormir ni llorar y eso magnificaba mi angustia. Pude llorar, al fin, cuando la estábamos enterrando y la tierra negra caía sobre el féretro, ahogándola definitivamente, pensaba, suprimiendo toda posibilidad de resurrección.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Masacre de Cimitarra, a la CIDH

                                                                                                                                El asesinato de la periodista Silvia Duzán, Josué Vargas Mateus, Saúl Castañeda y Miguel Ángel Barajas Collazos, éstos últimos dirigentes de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC), ocurrido el 26 de febrero de 1990 en una cafetería frente al parque principal del municipio de Cimitarra (Santander), será puesto a consideración de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Si el caso es admitido, este organismo entrará a revisar si el Estado colombiano tuvo responsabilidad en la violenta muerte de Duzán y los tres hombres. Desde que ocurrió el crimen, éste ha sido atribuido a ‘Los Macetos’, un grupo de autodefensa que operaba bajo las órdenes del jefe paramilitar Henry de Jesús Pérez. No obstante, ninguna persona ha sido sentenciada y el episodio permanece en la impunidad. Cuando el ex comandante paramilitar Ramón Isaza fue cuestionado al respecto, sólo atinó a decir que había perdido la memoria.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Uno siempre se siente culpable de la muerte de los más allegados y en el caso de mi Sylvia tanta culpa me hizo mucho daño; me decía entonces que si le hubiera exigido hijos enseguida, no la hubieran matado, pero después corregía y agregaba que también me hubiera dejado de querer. Y durante los siete años que compartimos se hizo muy amiga de mis hijos, a veces induciéndolos a que me desafiaran, y les dio lecciones de rock, de cine y de literatura, en especial de aventurarse en la vida, que los marcarían profundamente.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Compramos lienzo y cuerdas para envolver el cadáver, lo cargamos con cuidado en la avioneta y volamos directo a Bogotá.

                                                                                                                                Durante el vuelo miraba su cara pálida, muy bella y apacible, el pequeño orificio en la mejilla que se iba amoratando, y me preguntaba qué iba a ser de mí sin ella, ella que había sido mi amante, mi colega, mi socia, un poco mi hija (le llevaba 17 años y la molestaba diciéndole que la iba a dejar viuda, pero el destino político de Colombia había reversado las probabilidades de expectativa de vida de ambos).

                                                                                                                                No podía dormir ni llorar y eso magnificaba mi angustia. Pude llorar, al fin, cuando la estábamos enterrando y la tierra negra caía sobre el féretro, ahogándola definitivamente, pensaba, suprimiendo toda posibilidad de resurrección.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El asesinato de la periodista Silvia Duzán, Josué Vargas Mateus, Saúl Castañeda y Miguel Ángel Barajas Collazos, éstos últimos dirigentes de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC), ocurrido el 26 de febrero de 1990 en una cafetería frente al parque principal del municipio de Cimitarra (Santander), será puesto a consideración de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Por Salomón Kalmanovitz

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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