Arte en los cerros de Bogotá
La arquitecta y paisajista urbana pretende con está iniciativa afianzar la relación del hombre con la naturaleza, así que cada dos meses convocarán a los artistas para que intervengan el terreno.
Un chat con...
¿Cómo surgió la idea de hacer una galería a cielo abierto en los cerros de Bogotá?
Queremos empezar a implementar actividades que fomenten la apropiación de los cerros porque, normalmente, en los mecanismos tradicionales de educación ambiental no se percibe fácilmente. Así que generamos un espacio en donde la gente tuviera una alternativa distinta de ver exposiciones de arte y así crear ese contacto con los cerros en donde se reflexione sobre la relación del hombre y la naturaleza.
¿Qué proceso realizaron para elegir a los artistas que forman parte de esta galería?
Por medio de una convocatoria en las redes sociales en todo Bogotá. Se presentaron varios colectivos de artistas jóvenes, de éstos fueron seleccionados seis artistas de acuerdo con las propuestas que presentaban. Estas citas se seguirán haciendo cada dos meses para realizar actividades allí el próximo año.
La temática de la galería es landscape = landart, ¿cómo expresaron estas nociones de arquitectura del paisaje y arte?
Lo que nosotros buscamos es que con los medios que se encuentran en la montaña, como troncos, los artistas generen sus intervenciones de arte para lograr hacer reflexionar a las personas sobre la relación con la naturaleza.
El predio en el que está es Umbral cultural horizontes, ¿cómo va el proceso de convertirse en reserva de la sociedad civil?
Estamos esperando la respuesta por parte de las autoridades, y sería la primera reserva de la sociedad civil en el casco urbano de Bogotá. Está localizada en un sitio de fácil acceso desde la ciudad y conecta con el camino a las Moyas, que es un lugar privilegiado en los cerros. Esperamos tener el apoyo de la Policía para que la gente pueda visitarlo libremente.
¿Cuál ha sido la mayor dificultad de este proyecto?
Que la gente entienda que es en los cerros orientales y la dificultad que conlleva es que es al aire libre, así que si uno quiere visitarla se puede mojar o tiene que caminar en una montaña, y no se tienen las comodidades que hay en las galerías tradicionales.
¿Qué otras actividades hacen en el corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales?
El otro es el ‘Venado del oro’, un proyecto piloto de habitabilidad institucional que hacemos con el Instituto Humboldt. Ahí se hacen acciones que reflejan lo que sería el corredor ecológico de los cerros en un aula ambiental a cielo abierto para la ciudadanía.
De esa primera intervención artística a los cerros, ¿cuál fue la obra que más le gustó?
Todas han tenido visiones distintas, algunas ya no están porque son hechas con elementos de la naturaleza o por los efectos del clima. Pero de las que permanecen hay tres muy importantes: la del colectivo Eva Meraki, bastante impactante porque está hecha sobre el área de un incendio. La de Frieri Salazar se llama ‘Fecunda’, que busca el significado de la montaña para potenciar su valor fecundador. Y la intervención que Andrés Peña hizo se llama ‘Secuencia binaria’. Él recicló la madera que estaba caída en el cerro.
En 2007 creó la Fundación Cerros de Bogotá. ¿Cuáles son los resultados tras siete años de trabajo en este sector?
Lo más reconfortante ha sido que se ha contagiado la conciencia y el afecto por los cerros en la gente joven y en los niños. Es emocionante ver cómo cada vez más personas quieren ser voluntarias y sumarse a trabajar con nosotros.
¿En qué momento nació su interés por la arquitectura?
Lo quise estudiar porque tenía mucha relación con temas creativos, me gustaba el arte y trabajar con la gente, así que esos dos temas fueron los que me llamaron la atención.
¿Y por qué decidió dedicarse al paisajismo y a la ecología urbana?
Mi familia me fomentó muchísimo la relación con la naturaleza y poder transformar los desequilibrios poco a poco a muy largo plazo, es lo que mayor satisfacción me da.
También trabajó en el diseño del parque de la biblioteca Julio Mario Santo Domingo y en el parque Tercer Milenio. ¿Cuál ha sido un proyecto inolvidable para usted?
El planteamiento del corredor ecológico de los cerros, porque podemos generar una transformación a largo plazo de uno de los símbolos más importantes de la ciudad.
Un colega al que admire.
El trabajo de Simón Hosie y a Roberto Burle Marx, por su paisajismo.
¿Cómo surgió la idea de hacer una galería a cielo abierto en los cerros de Bogotá?
Queremos empezar a implementar actividades que fomenten la apropiación de los cerros porque, normalmente, en los mecanismos tradicionales de educación ambiental no se percibe fácilmente. Así que generamos un espacio en donde la gente tuviera una alternativa distinta de ver exposiciones de arte y así crear ese contacto con los cerros en donde se reflexione sobre la relación del hombre y la naturaleza.
¿Qué proceso realizaron para elegir a los artistas que forman parte de esta galería?
Por medio de una convocatoria en las redes sociales en todo Bogotá. Se presentaron varios colectivos de artistas jóvenes, de éstos fueron seleccionados seis artistas de acuerdo con las propuestas que presentaban. Estas citas se seguirán haciendo cada dos meses para realizar actividades allí el próximo año.
La temática de la galería es landscape = landart, ¿cómo expresaron estas nociones de arquitectura del paisaje y arte?
Lo que nosotros buscamos es que con los medios que se encuentran en la montaña, como troncos, los artistas generen sus intervenciones de arte para lograr hacer reflexionar a las personas sobre la relación con la naturaleza.
El predio en el que está es Umbral cultural horizontes, ¿cómo va el proceso de convertirse en reserva de la sociedad civil?
Estamos esperando la respuesta por parte de las autoridades, y sería la primera reserva de la sociedad civil en el casco urbano de Bogotá. Está localizada en un sitio de fácil acceso desde la ciudad y conecta con el camino a las Moyas, que es un lugar privilegiado en los cerros. Esperamos tener el apoyo de la Policía para que la gente pueda visitarlo libremente.
¿Cuál ha sido la mayor dificultad de este proyecto?
Que la gente entienda que es en los cerros orientales y la dificultad que conlleva es que es al aire libre, así que si uno quiere visitarla se puede mojar o tiene que caminar en una montaña, y no se tienen las comodidades que hay en las galerías tradicionales.
¿Qué otras actividades hacen en el corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales?
El otro es el ‘Venado del oro’, un proyecto piloto de habitabilidad institucional que hacemos con el Instituto Humboldt. Ahí se hacen acciones que reflejan lo que sería el corredor ecológico de los cerros en un aula ambiental a cielo abierto para la ciudadanía.
De esa primera intervención artística a los cerros, ¿cuál fue la obra que más le gustó?
Todas han tenido visiones distintas, algunas ya no están porque son hechas con elementos de la naturaleza o por los efectos del clima. Pero de las que permanecen hay tres muy importantes: la del colectivo Eva Meraki, bastante impactante porque está hecha sobre el área de un incendio. La de Frieri Salazar se llama ‘Fecunda’, que busca el significado de la montaña para potenciar su valor fecundador. Y la intervención que Andrés Peña hizo se llama ‘Secuencia binaria’. Él recicló la madera que estaba caída en el cerro.
En 2007 creó la Fundación Cerros de Bogotá. ¿Cuáles son los resultados tras siete años de trabajo en este sector?
Lo más reconfortante ha sido que se ha contagiado la conciencia y el afecto por los cerros en la gente joven y en los niños. Es emocionante ver cómo cada vez más personas quieren ser voluntarias y sumarse a trabajar con nosotros.
¿En qué momento nació su interés por la arquitectura?
Lo quise estudiar porque tenía mucha relación con temas creativos, me gustaba el arte y trabajar con la gente, así que esos dos temas fueron los que me llamaron la atención.
¿Y por qué decidió dedicarse al paisajismo y a la ecología urbana?
Mi familia me fomentó muchísimo la relación con la naturaleza y poder transformar los desequilibrios poco a poco a muy largo plazo, es lo que mayor satisfacción me da.
También trabajó en el diseño del parque de la biblioteca Julio Mario Santo Domingo y en el parque Tercer Milenio. ¿Cuál ha sido un proyecto inolvidable para usted?
El planteamiento del corredor ecológico de los cerros, porque podemos generar una transformación a largo plazo de uno de los símbolos más importantes de la ciudad.
Un colega al que admire.
El trabajo de Simón Hosie y a Roberto Burle Marx, por su paisajismo.