Betto Arcos: “Colombia posee la mayor diversidad musical del continente”
El miembro fundador de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica, Redpem, acaba de editar el libro “Music Stories from The Cosmic Barrio”, que reúne más de 150 reportajes y perfiles de grandes personajes de la “world music”, incluyendo algunos artistas colombianos.
¿Cómo llegó de México a Los Ángeles?
Desde 1985 viví en Boulder, Colorado. Allí estuve trabajando unos cuatro años, sin papeles, en todo tipo de empleos. En 1988 obtuve la residencia legal y un año después ingresé a la Facultad de Periodismo en la Universidad de Colorado. En 1995 me mudé a Los Ángeles.
¿Cómo se interesó en el periodismo musical?
En 1986 un amigo brasileño me presentó a Javier Garcés, locutor colombiano encargado del programa Latin Jam en la radio pública KGNU, de Boulder. Garcés me invitó y tras escucharme me ofreció conducir el programa. Ahí empezó mi interés. Luego cursé dos talleres de producción de radio organizados por NPR (la radio pública de Estados Unidos). En junio de 1993, una semana antes de mi graduación, salió al aire mi primer reportaje en un programa nacional de NPR.
¿Qué es “The Cosmic Barrio”?
Es un lugar mítico e imaginario donde la gente escucha todo tipo de música, en un ambiente de armonía y paz. Inicialmente fue el nombre de un programa que conducía en la radio KPFK de Los Ángeles, y trasladé el concepto al libro (Music Stories from The Cosmic Barrio) porque en mis viajes por el mundo me he dado cuenta de que el Barrio Cósmico existe en todas partes.
¿Cómo surgió el libro?
Las entrevistas e historias del libro salieron al aire en NPR, en la BBC de Inglaterra y en la radio pública KPCC, de Los Ángeles. La idea del libro surgió en agosto pasado, cuando me di cuenta de que había acumulado más de 150 reportajes, perfiles, crónicas y reseñas. Pensé que sería ideal publicar una especie de antología de mi trabajo para un público diferente, que no escuchó ningún reportaje en radio, o que tal vez escuchó algunos, pero desconoce los demás.
¿Cómo llegó a familiarizarse con la música colombiana?
Aprendí a bailar la cumbia en mi niñez en mi tierra, Xalapa, Veracruz. A través de la radio escuché por primera vez a Los Corraleros de Majagual y toda la música bailable colombiana que contagió a México y gran parte de Latinoamérica. Años después, ya como programador de radio, empecé a tener más interés en la música colombiana tradicional y el disco que me abrió las puertas fue La candela viva, de Totó La Momposina, publicado por Real World Records.
¿Cuándo vino por primera vez a Colombia?
Hace cinco años, cuando se formó Redpem, estuve en el festival Medellín Vive la Música y ahí empecé a establecer un contacto directo con colegas periodistas que me ayudaron a saber más de la enorme riqueza de la música de Colombia. Desde entonces he sido invitado a festivales, talleres, mercados y conferencias. Después de visitar Colombia doce veces, estoy convencido de que es el país poseedor de la mayor diversidad musical del continente.
¿Cómo aparecieron las líneas temáticas mediante las cuales agrupó los perfiles del libro (migración, identidad, poder, adversidad, etc.)?
Cuando escribo sobre música también escribo sobre temas de interés social: identidad, migración, la mujer en la música, la educación musical, etc. De manera que no fue difícil buscar similitud entre una historia y otra. Desde un principio tuve claro que había una cantidad de historias que giraban en torno al concepto de identidad, no solamente una identidad nacional sino aquella que la música puede ayudar a crear.
¿Qué personajes de los muchos aquí retratados recuerda especialmente?
Creo que los más sobresalientes, no necesariamente por la dificultad en conseguir las entrevistas sino porque en los tres casos pude platicar con ellos de manera inesperadas, fueron Leo Brouwer, Rosalía y Silvio Rodríguez.
¿Qué músicos colombianos incluyó en su libro?
A algunos de los mejores: Carlos Vives, Noel Petro, Los Gaiteros de San Jacinto, ChocQuibTown, La Chiva Gantiva... Varios más están nombrados en semblanzas sobre el vallenato, la champeta y la labor de la música en la paz de Colombia.
¿A qué fenómeno musical del mundo deberíamos prestarle atención por estos días?
Es cuestión de gustos. A mí me interesa lo que está pasando en África, continente que nos ha dado una enorme cantidad de música muy potente. Tengo mucho interés en lo que llega de Mali, Nigeria, Senegal, Zanzíbar y Madagascar.
¿Qué recomendación le haría a quien quiera iniciarse en el periodismo musical?
Tener los oídos abiertos a todo tipo de música. Hay que leer constantemente, y no solo sobre música. Y hay que salir de las fronteras de YouTube, porque ahí solo hay una parte de la música del mundo.
¿Cómo llegó de México a Los Ángeles?
Desde 1985 viví en Boulder, Colorado. Allí estuve trabajando unos cuatro años, sin papeles, en todo tipo de empleos. En 1988 obtuve la residencia legal y un año después ingresé a la Facultad de Periodismo en la Universidad de Colorado. En 1995 me mudé a Los Ángeles.
¿Cómo se interesó en el periodismo musical?
En 1986 un amigo brasileño me presentó a Javier Garcés, locutor colombiano encargado del programa Latin Jam en la radio pública KGNU, de Boulder. Garcés me invitó y tras escucharme me ofreció conducir el programa. Ahí empezó mi interés. Luego cursé dos talleres de producción de radio organizados por NPR (la radio pública de Estados Unidos). En junio de 1993, una semana antes de mi graduación, salió al aire mi primer reportaje en un programa nacional de NPR.
¿Qué es “The Cosmic Barrio”?
Es un lugar mítico e imaginario donde la gente escucha todo tipo de música, en un ambiente de armonía y paz. Inicialmente fue el nombre de un programa que conducía en la radio KPFK de Los Ángeles, y trasladé el concepto al libro (Music Stories from The Cosmic Barrio) porque en mis viajes por el mundo me he dado cuenta de que el Barrio Cósmico existe en todas partes.
¿Cómo surgió el libro?
Las entrevistas e historias del libro salieron al aire en NPR, en la BBC de Inglaterra y en la radio pública KPCC, de Los Ángeles. La idea del libro surgió en agosto pasado, cuando me di cuenta de que había acumulado más de 150 reportajes, perfiles, crónicas y reseñas. Pensé que sería ideal publicar una especie de antología de mi trabajo para un público diferente, que no escuchó ningún reportaje en radio, o que tal vez escuchó algunos, pero desconoce los demás.
¿Cómo llegó a familiarizarse con la música colombiana?
Aprendí a bailar la cumbia en mi niñez en mi tierra, Xalapa, Veracruz. A través de la radio escuché por primera vez a Los Corraleros de Majagual y toda la música bailable colombiana que contagió a México y gran parte de Latinoamérica. Años después, ya como programador de radio, empecé a tener más interés en la música colombiana tradicional y el disco que me abrió las puertas fue La candela viva, de Totó La Momposina, publicado por Real World Records.
¿Cuándo vino por primera vez a Colombia?
Hace cinco años, cuando se formó Redpem, estuve en el festival Medellín Vive la Música y ahí empecé a establecer un contacto directo con colegas periodistas que me ayudaron a saber más de la enorme riqueza de la música de Colombia. Desde entonces he sido invitado a festivales, talleres, mercados y conferencias. Después de visitar Colombia doce veces, estoy convencido de que es el país poseedor de la mayor diversidad musical del continente.
¿Cómo aparecieron las líneas temáticas mediante las cuales agrupó los perfiles del libro (migración, identidad, poder, adversidad, etc.)?
Cuando escribo sobre música también escribo sobre temas de interés social: identidad, migración, la mujer en la música, la educación musical, etc. De manera que no fue difícil buscar similitud entre una historia y otra. Desde un principio tuve claro que había una cantidad de historias que giraban en torno al concepto de identidad, no solamente una identidad nacional sino aquella que la música puede ayudar a crear.
¿Qué personajes de los muchos aquí retratados recuerda especialmente?
Creo que los más sobresalientes, no necesariamente por la dificultad en conseguir las entrevistas sino porque en los tres casos pude platicar con ellos de manera inesperadas, fueron Leo Brouwer, Rosalía y Silvio Rodríguez.
¿Qué músicos colombianos incluyó en su libro?
A algunos de los mejores: Carlos Vives, Noel Petro, Los Gaiteros de San Jacinto, ChocQuibTown, La Chiva Gantiva... Varios más están nombrados en semblanzas sobre el vallenato, la champeta y la labor de la música en la paz de Colombia.
¿A qué fenómeno musical del mundo deberíamos prestarle atención por estos días?
Es cuestión de gustos. A mí me interesa lo que está pasando en África, continente que nos ha dado una enorme cantidad de música muy potente. Tengo mucho interés en lo que llega de Mali, Nigeria, Senegal, Zanzíbar y Madagascar.
¿Qué recomendación le haría a quien quiera iniciarse en el periodismo musical?
Tener los oídos abiertos a todo tipo de música. Hay que leer constantemente, y no solo sobre música. Y hay que salir de las fronteras de YouTube, porque ahí solo hay una parte de la música del mundo.