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En las noches oscuras en las que quitaban la electricidad en la vereda de Robles, en Jamundí, Valle del Cauca, los jóvenes salían a cantar y bailar. Había una joven que con su voz traía luz, era Leonor González Mina, quien más adelante sería conocida como “La Negra Grande de Colombia”.
La artista nació, creció y continuó cerca de su natal Robles, a pesar de que a los 16 años huyó de su casa para perseguir el arte al que añoraba dedicarse. “Mi familia no quería que yo fuera cantante, pero desde pequeña siempre supe que eso era lo que yo quería. Mis papás y hermanos se opusieron y fueron enemigos de que lo fuera”, recordó González Mina en una entrevista para El Espectador publicada en enero de 2013. Su padre quería que fuera sicóloga o enfermera.
“Leonor jugaba fútbol y cantaba. Cantaba durante las fiestas del pueblo, con sus siete hermanos y sus amigos, con su mamá, mientras esta cosía, y con el coro de sus tíos religiosos, dirigidos por su abuelo, que tenía una preciosa voz de bajo. Él, que había sido esclavo, había logrado comprar su libertad con oro sacado del río”, se lee en Historias de identidad y orgullo, una iniciativa del Programa Inclusión para la Paz (IPA) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que se publicó en julio de 2020.
Hubo una primera mirada. Cuando no quiso continuar en el colegio de monjas en el que estudiaba, llegó por su propia cuenta a la Escuela Santa Rita. Allí cantó para su directora, el pasodoble Granada, compuesto por el mexicano Agustín Lara, muy bello y muy difícil de entonar. La directora, fascinada con su voz, llevó a la joven cantora al Conservatorio de Música de Cali.
El pasado 16 de junio la Negra grande cumplió 90 años, y su primer disco, Cantos de mi tierra y de mi raza, cumplió 60. Recordamos la vida y obra de la afrocolombiana que cantó en un escenario por primera vez en el Teatro Olympia de París (Francia), cuando hacía parte del Ballet Folclórico de Delia y Manuel Zapata Olivella. Aunque la música fue la gran protagonista de su vida, el baile, la actuación e incluso la política, ocuparon lugares en su trayectoria.
La música de la Negra Grande
Tanto su nombre de pila, como su nombre artístico, fueron impuestos. “Yo quería figurar como Leonor Mina, pero mi mamá, llena de prejuicios, me decía que, si yo me quitaba mi primer apellido, la gente iba a pensar que era hija natural. Qué inocencia la de ella, así que me tocó ponerme Leonor González Mina, y quien me llamó por primera vez la Negra Grande de Colombia fue el locutor y periodista Hernán Restrepo Duque. Ese nombre artístico me ha sacado canas”, dijo en una entrevista para este medio en mayo de 2016.
Restrepo Duque fue el director artístico del primer disco de la cantante, grabado con el sello discográfico Sonolux. Ya con el nombre que llevaría el resto de su vida y un trabajo grande publicado, la artista recorrió el exterior llevando la misma música que cantaba a oscuras en su municipio. Durante su carrera pasó por varios géneros musicales como pasillos, bambucos, guabinas, cumbias y hasta música llanera.
“Ocupó un primer puesto entre las vocalistas colombianas que más han obtenido popularidad en el exterior mediante sus giras por Venezuela, Chile, Costa Rica, México, Estados Unidos y varios países de Europa”, recordó el investigador José I. Pinilla en una nota publicada por Radio Nacional.
“Fue la que le abrió la puerta a la cultura afrocolombiana en el mundo. Puso a Colombia en el mapa en unos años en los que no se hablaba del país por fuera. Una mujer virtuosa y con carácter. Nació para el arte, pese a que su familia no lo quería”, le dice a El Espectador Luisa Piñeros, investigadora musical de la Radio Nacional de Colombia.
La versión de la Negra Grande de Yo me llamo Cumbia, creada por el cantante y compositor barranquillero Jesús Arturo García Peña, mejor conocido como Mario Gareña, fue la primera que se popularizó y que le otorgó la importancia que tiene el tema. La artista también hizo sus propias versiones de canciones como Mi Buenaventura, El alegre pescador, A la mina, entre muchas otras.
“Fue una mujer que rompió esquemas. Supo pararse muy bien desde su arte para, desde lo afro, contar, cantar y decir en voz alta, muchas injusticias y maltratos”, agrega Piñeros.
Leonor González Mina, la actriz
Su misma voz fue la que la impulsó a encontrar un lugar en la actuación, participó en producciones icónicas de la televisión colombiana como Bolívar, el hombre de las dificultades (1980-1981) y Azúcar (1989), en las que interpretó a Hipólita, la nana del libertador, y Zenobia, respectivamente.
“Aprendí mucho de Carlos Mayolo y de Jorge Alí Triana, pero no olvido que actué para Bernardo Bertolucci. Estábamos haciendo una escena en la que yo tenía que bailar un mapalé. No tenía muchas escenas habladas, entonces Bertolucci no tuvo mucho contacto conmigo, pero me dijo que le había gustado mucho mi trabajo. Él me explicó con toda la paciencia lo que yo debía hacer en escena y me enseñó que para actuar primero es indispensable creerse el personaje”.
Gonzáles Mina apareció en otras producciones para televisión como La potra zaina (1993), La viuda de Blanco (1996) y Un ángel llamado Azul (2003-2004). En 2017 hizo parte de la película animada El libro de Lila, escrita y dirigida por Marcela Rincón, y que se produjo con ayuda del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC).
En 1998, la artista tuvo su paso por la política cuando quedó elegida como representante a la Cámara y de la que recuerda como la peor experiencia de su vida. “No sé por qué me metí en eso. A mí me convenció Piedad Córdoba, pero me di cuenta de que la política es muy corrupta y entendí por qué el país está como está”.
Entre las distinciones a la cantante se encuentran las de Mejor Artista de Colombia en 1975, la condecoración Andrés Bello de Venezuela en 1978 y la Orden Simón Bolívar en 1980, por mencionar algunas. El 25 de mayo, la Negra Grande recibió la Medalla de Oro en las Artes 2024 del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas.
La vida de la artista fue llevada al audiovisual con la serie Leonor, dirigida por el cineasta Óscar Ruíz Navia y lanzada por Telepacífico en 2021. La producción narró la infancia y adolescencia de la cantante.
“Leonor es una mujer que trabajó mucho por nuestro folclor. Ella salió de nuestro país con muchas ganas de aprender y además de hacerlo, aprovechó para mostrar muchas de las expresiones culturales que hacen parte de nuestra identidad afropacífica, por eso regresó convertida en la Negra Grande de Colombia. Desde pequeña yo he escuchado su nombre resonar, entonces se podrán imaginar la alegría que significa para mí interpretar este papel”, aseguró Nina Caicedo en una entrevista para El Heraldo. La actriz interpretó a la madre de la cantante en su serie biográfica.
La Negra Grande de Colombia se despertó hoy como cualquier otro día. “Se levantó, se bañó, charló con sus cuidadores y se volvió a acostar”, explicó María del Socorro Vallejo, la mánager de la cantante, a El Tiempo. Leonor González Mina falleció sobre las 11:00 a. m. en un hogar geriátrico de Pance (Valle del Cauca), donde residía desde hacía dos años.