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La que fue conocida como la “princesa del pop” subió a Instagram una imagen en la que hizo un largo alegato con el que, al parecer, respondía a las críticas de algunos vídeos en los que aparecía bailando. “A aquellos que critican los videos en los que salgo bailando, no voy a actuar en ningún escenario en un futuro cercano, mientras mi papá siga decidiendo lo que me pongo, digo, hago o pienso. Ya lo he hecho durante los últimos 13 años”, afirmó la artista. Spears, además, aseguró que prefiere bailar en el salón de su casa que subirse a un escenario de Las Vegas, donde la gente está tan “ida” que no puede ni estrecharle la mano. ”Y no me voy a poner un montón de maquillaje y ensayar, ensayar y ensayar otra vez, y no poder hacer algo real, con mezclas antiguas de mis canciones, mientras estoy rogando que pongan mi nueva música en un espectáculo para mis seguidores, así que lo dejo”.
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La cantante también arremetió contra su padre, James Spears, y su hermana, Jamie Lynn Spears. “No me gusta que mi hermana aparezca en entregas de premios y cante mis canciones remezcladas. Mi supuesta red de apoyo me hizo un daño profundo. Esta tutela legal mató mis sueños, así que todo lo que tengo es esperanza, y la esperanza es justo lo que es más difícil de matar por este mundo, y aún así la gente lo intenta”.
La artista, que tiene más de 31 millones de seguidores en Instagram, ha usado esta red social en las últimas semanas para romper el silencio que había dominado su vida durante los últimos años y compartir algunos de sus sentimientos. Spears acudió a la justicia para acabar con la tutela legal que limita su vida, que es un mecanismo reservado para personas gravemente incapacitadas y que se supone que no pueden hacerse cargo de sí mismas.
El padre de Britney Spears se hizo cargo de su vida personal y de sus finanzas, tras una etapa de comportamiento errático que ocupó titulares en 2008. Aunque la medida fue de carácter temporal en su inicio, se ha mantenido a lo largo de 13 años en los que la artista ha actuado, publicado discos y protagonizado un espectáculo millonario en Las Vegas, entre 2013 y 2017, a veces en contra de su voluntad. El conflicto abierto entre la cantante y su padre ha generado un movimiento en las redes sociales en apoyo a la que fue una de las más populares artistas estadounidenses de finales del siglo pasado. El lema #FreeBritney (Libertad para Britney) ha tomado impulso este año tras el estreno del documental Framing Britney, una cinta elaborada por The New York Times que repasa los aspectos más controvertidos y ásperos de la carrera de la artista.