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Al igual que el perro, el libro también se ha convertido en el mejor amigo del hombre. Con la llegada de la pandemia, muchas personas han encontrado en las hojas, el relato y las historias una buena alternativa para entretenerse en casa y escapar de la realidad del mundo de hoy.
¿Cuál es la razón? “Porque los libros son buena compañía y transforman la mente”, cuenta Esteban Restrepo, un joven ingeniero industrial que encontró junto a su socio Alejandro Rubiano, una oportunidad para llevar la experiencia de la lectura en Colombia a otro nivel.
Luego de incursionar de manera individual en diferentes emprendimientos, estos ‘millennials’ apasionados crearon Bukz, una librería omnicanal que, entendiendo las nuevas formas de consumo y los perfiles de los amantes de la lectura, promete convertirse en una de las apuestas independientes favoritas de las nuevas generaciones.
“Las librerías en Colombia no están de cara a los lectores. Leer es una chimba y eso es lo que tenemos que demostrar. Por eso, hemos creado un concepto irreverente y disruptivo que conecta a la gente con un espacio y una experiencia online fresca, armoniosa y diferente al común denominador de las tiendas de libros tradicionales”, relata Restrepo.
Gracias a este concepto, en medio de la pandemia, lograron consolidar en el último año las ventas de un mes en un día, registrando un histórico de más de 30 mil libros entregados y un crecimiento del 1800 % en las ventas provenientes de su plataforma online.
Así mismo, han conquistado por medio de recomendaciones, libros, charlas con artistas o escritores, poemas de Octavio Paz, una comunidad de nativos digitales que los siguen en Instagram, en donde Bukz ya cuenta con más de 79.000 followers.
Sin embargo, más allá del boom que tuvieron las ventas electrónicas, no fue una razón suficiente para que estos emprendedores dejaran de construir un espacio físico en el sector del Poblado de Medellín, rodeado de reconocidos restaurantes como El Cielo y algunos de los más populares hoteles de la ciudad. Por esa misma razón, ya abrieron una segunda sucursal a unas cuantas cuadras y le están poniendo fecha a una sede en Bogotá.
Al entrar, la mezcla entre un buen ritmo musical, el olor amaderado de un libro nuevo y una serie de objetos únicos como camisetas, libretas para escritores, pocillos, atrapan a una variedad de lectores que ya ven en este lugar un espacio innovador para hablar de literatura.
“Nosotros pensábamos como lectores que hay una relación muy romántica con la librería. Este es un espacio mágico en donde entras y te expones a un montón de cosas y termina convirtiéndose en un punto de encuentro de una comunidad lectora”, señaló el fundador de Bukz.