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Céline Dion se ha mantenido prácticamente alejada de la vida pública desde que le diagnosticaron el síndrome de persona rígida, que provoca una rigidez muscular progresiva y espasmos que quienes lo padecen no pueden controlar. La cantante acaba de conceder una entrevista a la edición francesa de la revista Vogue, donde habla con total franqueza de su estado de salud para explicar que se encuentra bien, pero que estarlo implica mucho trabajo y le obliga a vivir día a día.
Eso no significa que haya tirado la toalla, por mucho que en un principio se preguntara por qué tenía que ocurrirle algo así a ella. Su perspectiva ha cambiado desde esos primeros días; ahora se siente afortunada porque cuenta con los medios para recibir el mejor tratamiento posible, y de hecho no pierde la esperanza de que se encuentre una cura.
“Así que esta soy yo ahora, con el síndrome de persona rígida. Cinco días a la semana me someto a terapia atlética, física y vocal. Trabajo los dedos de los pies, las rodillas, las pantorrillas, los dedos, el canto, la voz... Ahora tengo que aprender a vivir con ello y dejar de cuestionarme”, reconoce.
El cariño de su familia, sus hijos y sus fans, junto con el apoyo de su equipo, le empuja a seguir adelante y a creer realmente que no hay nada que pueda pararla porque, si algo sabe de sí misma, es que tiene una fuerza en su interior inagotable.
“Tal y como yo lo veo, tengo dos opciones. O entreno como un atleta y trabajo muy duro, o desconecto y se acabó. Me quedo en casa, escucho mis canciones, me pongo delante de mi espejo y canto para mí misma. He elegido trabajar con todo mi cuerpo y toda mi alma, de la cabeza a los pies, con un equipo médico. Quiero estar lo mejor posible. Mi objetivo es volver a ver la Torre Eiffel”.
Para lo que no tiene una respuesta es para las preguntas acerca de su futuro profesional. Céline no puede marcarse objetivos porque correría el riesgo de llevarse una decepción, así que prefiere escuchar a su cuerpo y adaptarse a lo que le diga.