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Si hay un actor de Hollywood que se ha atrevido a llevar al límite su físico por un buen papel ese es sin duda Christian Bale.
El ganador del Óscar se ha sometido a transformaciones impresionantes a lo largo de su carrera: desde la brutal pérdida de peso que protagonizó para El Maquinista al riguroso entrenamiento que siguió para ganar masa muscular y convertirse en Batman, sin olvidar las barrigas considerables que lució en La gran estafa americana o Vice.
En un principio, su nueva película Le Mans 66: Ford v Ferrari -la historia sobre los dos hombres contratados en 1996 por Ford para acabar con el dominio de Ferrari en las 24 horas de Le Mans- no le iba a obligar a alterar una vez más su apariencia. Sin embargo, cuando llegó el momento de meterse en la piel del piloto de carreras Ken Miles y, sobre todo, en los automóviles que este conducía, Bale se dio cuenta de que necesitaba perder peso. Y rápido. (Le puede interesar: Christian Bale ofrece consejo a Robert Pattinson para usar el traje de Batman)
"No cabía en el habitáculo y no me quedaba más remedio que conseguirlo... Esos carros no están pensados para ser cómodos, son muy estrechos, y yo no entraba de ninguna manera", comentó el actor. (Lea también: Christian Bale, el camaleón humano)
El principal problema era que él aún estaba perdiendo los 18 kilos que había ganado para interpretar al exvicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney en la gran pantalla y no le quedó más remedio que romper la promesa que se había hecho a sí mismo y recurrir de nuevo a una de las dietas radicales que ha seguido en el pasado. (Además: Las transformaciones de Christian Bale)
A principios de año Christian Bale, o más bien su metabolismo, dijo 'hasta aquí llegamos', y él se vio obligado a admitir que había llegado el momento de despedirse para siempre de su faceta camaleónica.
"No puedo seguir haciéndolo, de verdad que no. Mi propia mortalidad me está mirando a la cara", confesaba en ese momento en una extensa entrevista.