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La Justicia estadounidense desestimó este viernes 12 de julio el caso contra Alec Baldwin por homicidio involuntario en el rodaje de la película Rust después de que la defensa del actor alegara que durante el proceso se habían ocultado pruebas decisivas para su causa.
La defensa del actor había introducido una moción para solicitar la anulación argumentando que las autoridades “enterraron” evidencias del caso, a lo que la jueza Mary Marlowe Sommer accedió considerando que la supresión de evidencia potencialmente clave empañó el proceso.
El martes 9 de julio se inició el juicio luego de casi tres años tras varios intentos fallidos del equipo legal de Baldwin de cerrar el caso que se abrió luego de que en octubre de 2021, en el set de Nuevo México, donde rodaban Rust, un revólver que el actor apuntaba descargó una bala real que mató a la directora de fotografía, Halyna Hutchins, e hirió a su director, Joel Souza.
Con la fama de Baldwin y lo poco común que son las muertes en el set en una industria con tantos niveles de control como lo es la producción cinematográfica en Estados Unidos, la historia se volvió de inmediato un asunto global.
Ante las acusaciones, el actor aseguró que no jaló el gatillo y que le dijeron que el revólver estaba “frío”, que en la jerga del cine significa sin munición y seguro de usar. Las balas reales están prohibidas en los sets de rodaje, y Baldwin argumentó que no era su responsabilidad, como actor, chequear si el parámetro fue respetado.
La primera señalada como responsable de lo ocurrido fue la armera de la cinta, Hanaah Gutiérrez, quien fue hallada y sentenciada por la misma corte este año. El juicio de Gutiérrez reveló varios de los argumentos que la fiscalía usará contra Baldwin, quien también era uno de los productores de la película.
En su momento, los abogados de Gutiérrez dijeron que Baldwin “violó algunas de las reglas de manipulación de armas más básicas que hay”, como nunca apuntar un arma a una persona a menos que la vaya a accionar.
“La conducta de Alec Baldwin y su falta de seguridad en el manejo de armas dentro de la iglesia ese día es algo por lo que deberá responder”, dijo la fiscal especial Kari Morrissey, en un momento en el que ambas partes de aquel juicio estuvieron de acuerdo.
La defensa del actor estadounidense, de 66 años, argumentó que el FBI dañó al arma mientras realizaba pruebas de laboratorio, lo que impediría tener un juicio justo. Por su parte, el FBI concluyó que el arma no podría haber sido accionada sin que el gatillo fuese presionado, una posición que la defensa dice haber perdido la oportunidad de refutar debido a lo ocurrido.