Diana Pérez se prepara para debutar en el país

Su carrera profesional la ha desarrollado en el exterior. ¿Por qué?

Quería tener un título universitario, así que decidí estudiar en la New York Film Academy, en Los Ángeles, California. Cuando terminé mis estudios empecé a conocer la industria en ese país y decidí quedarme un tiempo más para poder explorar, aprender y sobre todo comenzar a trabajar.

¿Cuál es el proyecto que la traerá a Colombia?

Un documental sobre la otra cara de la moneda de los habitantes de calle en nuestro país. Hemos llegado a un punto de desprecio increíble hacia estas personas y quiero mostrarle al país que hay otra forma de ver esta situación que juzgamos tanto.

¿Qué la motivó a hacer este proyecto?

Me gusta contar historias muy del día a día, de la calle. Hemos creado una forma de ver a estas personas con desprecio, sin respeto y con desagrado. Lo que muchos no entendemos es por qué muchos terminan ahí, lo difícil que es salir sin importar lo mucho que lo intenten o la falta de apoyo por parte de sus familias y la sociedad.

Es productora y actriz. ¿Se siente cómoda ejerciendo estos roles?

Estoy convencida de que es una de las mejores combinaciones en esta industria. La actuación siempre ha sido mi pasión, pero me gusta mucho la producción y creo que puedo llegar muy lejos por ese rumbo también.

Los cortos en los que ha trabajado han ganado varios premios internacionales. ¿Qué significan para usted estos reconocimientos?

Es la validación de que estoy haciendo las cosas bien y que voy por el rumbo que es. Recuerdo cuando me llegó mi primer premio; fueron lágrimas de felicidad porque los sacrificios fueron muy duros, pero valieron la pena.

El cortometraje es, generalmente, difícil de exhibir. ¿Por qué el gusto por el género?

Más que un gusto es una forma de aprender y empezar. Los cortometrajes son una forma de aprender y entrenar para los proyectos más grandes y es ese realmente mi propósito. Este año quiero enfocarme en proyectos un poco más grandes.

Ante tanto auge del streaming, ¿cómo está el panorama para el corto?

Hay muchos lugares donde puedes compartir tu trabajo o personas a quienes se lo puedes vender. Se ha puesto muy de moda mostrar un cortometraje antes de una película en el cine, y plataformas como Netflix o Hulu están comprando muchos cortometrajes.

La producción es un trabajo que muchas veces no deja el reconocimiento de la dirección o la actuación. ¿Por qué le gusta ese rol?

Siempre se me ha facilitado el manejo de la economía y la organización de proyectos. Producir es muy gratificante, ya que es estar involucrado en el 100 % de un proyecto, desde la idea, hasta la posproducción y la distribución. Es gracias a los productores que uno ve lo que ve en cine.

Su carrera profesional la ha desarrollado en el exterior. ¿Por qué?

Quería tener un título universitario, así que decidí estudiar en la New York Film Academy, en Los Ángeles, California. Cuando terminé mis estudios empecé a conocer la industria en ese país y decidí quedarme un tiempo más para poder explorar, aprender y sobre todo comenzar a trabajar.

¿Cuál es el proyecto que la traerá a Colombia?

Un documental sobre la otra cara de la moneda de los habitantes de calle en nuestro país. Hemos llegado a un punto de desprecio increíble hacia estas personas y quiero mostrarle al país que hay otra forma de ver esta situación que juzgamos tanto.

¿Qué la motivó a hacer este proyecto?

Me gusta contar historias muy del día a día, de la calle. Hemos creado una forma de ver a estas personas con desprecio, sin respeto y con desagrado. Lo que muchos no entendemos es por qué muchos terminan ahí, lo difícil que es salir sin importar lo mucho que lo intenten o la falta de apoyo por parte de sus familias y la sociedad.

Es productora y actriz. ¿Se siente cómoda ejerciendo estos roles?

Estoy convencida de que es una de las mejores combinaciones en esta industria. La actuación siempre ha sido mi pasión, pero me gusta mucho la producción y creo que puedo llegar muy lejos por ese rumbo también.

Los cortos en los que ha trabajado han ganado varios premios internacionales. ¿Qué significan para usted estos reconocimientos?

Es la validación de que estoy haciendo las cosas bien y que voy por el rumbo que es. Recuerdo cuando me llegó mi primer premio; fueron lágrimas de felicidad porque los sacrificios fueron muy duros, pero valieron la pena.

El cortometraje es, generalmente, difícil de exhibir. ¿Por qué el gusto por el género?

Más que un gusto es una forma de aprender y empezar. Los cortometrajes son una forma de aprender y entrenar para los proyectos más grandes y es ese realmente mi propósito. Este año quiero enfocarme en proyectos un poco más grandes.

Ante tanto auge del streaming, ¿cómo está el panorama para el corto?

Hay muchos lugares donde puedes compartir tu trabajo o personas a quienes se lo puedes vender. Se ha puesto muy de moda mostrar un cortometraje antes de una película en el cine, y plataformas como Netflix o Hulu están comprando muchos cortometrajes.

La producción es un trabajo que muchas veces no deja el reconocimiento de la dirección o la actuación. ¿Por qué le gusta ese rol?

Siempre se me ha facilitado el manejo de la economía y la organización de proyectos. Producir es muy gratificante, ya que es estar involucrado en el 100 % de un proyecto, desde la idea, hasta la posproducción y la distribución. Es gracias a los productores que uno ve lo que ve en cine.