Diversidad, información y humor
El locutor radial William Vinasco Ch. es el fundador y director de la cadena Radiópolis, a la que pertenece la emisora más escuchada de la ciudad, con un millón de oyentes, según el Estudio Continuo de Audiencia Radial.
Redacción Un chat con...
¿Qué representa para usted que Candela sea la emisora número uno en Bogotá?
Satisfacción y orgullo. En Colombia tenemos una radio muy avanzada y estamos enfrentados a cadenas muy poderosas en recursos e ideas. Conseguir un primer lugar durante ocho años seguidos es consecuencia de dedicación, esfuerzo, iniciativa y creatividad.
¿Qué responsabilidad le representa este hecho?
Día a día tratamos de formar compromiso social. Generamos conciencia ciudadana, divertimos a los oyentes con humor sano, los mantenemos informados y les entregamos la música colombiana.
¿Cómo define el crecimiento que ha tenido la cadena Radiópolis?
Ha sido un trabajo gradual. Comenzamos investigando, copiando algunos formatos y finalmente decidimos romper esquemas y especializarnos. Decidimos mezclar los éxitos de diferentes géneros musicales y le adicionamos la información y el humor.
¿Qué diferencia a Radiópolis de otras cadenas radiales colombianas?
La creatividad y originalidad que busca llegar a los núcleos familiares. Somos muy ingeniosos y en eso está nuestro éxito.
¿A qué le apunta Radiópolis en un futuro?
Estamos trabajando en el BTL, que es el posicionamiento de la marca en diferentes barrios. Nos estamos desplazando a internet y a corto plazo queremos combinar la señal radial con imagen de televisión.
¿Por qué unir la radio con la televisión?
A la gente le gusta ver lo que hacemos. En los nuevos estudios de Candela pusimos cámaras para que las personas puedan interactuar con nosotros.
¿Esta unión rompería con la magia de la radio que hace que el oyente imagine las historia que escucha?
Eso ha sido un riesgo. Pero a los oyentes les gusta identificar a quien está hablando para familiarizarse con su imagen. Es una idea internacional que ha llegado a Colombia y se está implementando.
¿Cómo fue su primera alocución radial?
El padre del colegio me llevó a una emisora de jesuitas, en donde transmitíamos los anuncios parroquiales. Allí conocí el oficio y después entré a Radio Tequendama de Todelar, en donde fui escalando hasta llegar al campo gerencial.
¿Qué es lo mejor de hacer radio?
Es satisfactorio que uno puede ser compañía para las personas y darles diversión. Así implique sacrificios, yo me siento feliz cada vez que tengo un micrófono enfrente.
Y lo que menos le gusta de la radio.
Las noticias tristes que hay que transmitir.
¿Qué le falta a la radio colombiana?
Tal vez le haría falta un poco de originalidad.
¿De dónde nace su pasión por ser locutor de fútbol?
Fue casualidad. Era locutor comercial de Todelar y en una oportunidad Hernán Peláez me dijo que debía estar preparado, porque el narrador del partido no podía estar; desde ahí me quedó gustando.
¿Qué es lo más difícil de narrar fútbol?
Creo que es lo más exigente en la locución, porque implica memorizar los jugadores y tener un vocabulario completo. Requiere ser exacto, emotivo, mesurado, justo y cuidar la voz. Es un ejercicio que madura con el paso de los años.
¿Cómo cuida su voz?
No fumo ni tomo. Descanso bien y voy adonde un profesor de canto. Todo lo que uno hace fuera del micrófono, lo paga en el micrófono.
Un partido que haya narrado y que sea inolvidable
El 1-1 de Colombia-Alemania, en el Mundial de Italia. Porque fue un gol de Rincón en el minuto 47 del segundo tiempo con el que pudimos pasar a la siguiente ronda. Además, Alemania fue el campeón en esa ocasión y sobre todo porque tuve la suerte de transmitirles ese momento a los colombianos.
¿Se volvería a lanzar a la Alcaldía de Bogotá?
Me seduce la política porque conozco muchas ciudades y considero que nos hace falta mucho por construir en Bogotá. Por eso lo intenté. En este momento mis emisoras aparecen bien ranqueadas y siento que es necesaria mi presencia aquí. Sin embargo, no lo descartaría para más adelante.
¿Qué emisora escuchaba cuando niño?
Todelar. Me gustaban las novelas y las transmisiones deportivas. En un radio viejo de mi papá también escuchaba emisoras del exterior.
Aparte de la radio, ¿qué más le apasiona?
El deporte y viajar en familia.
Un destino que recomienda.
Barcelona y Buenos Aires, en donde estudié y me casé.
¿Qué representa para usted que Candela sea la emisora número uno en Bogotá?
Satisfacción y orgullo. En Colombia tenemos una radio muy avanzada y estamos enfrentados a cadenas muy poderosas en recursos e ideas. Conseguir un primer lugar durante ocho años seguidos es consecuencia de dedicación, esfuerzo, iniciativa y creatividad.
¿Qué responsabilidad le representa este hecho?
Día a día tratamos de formar compromiso social. Generamos conciencia ciudadana, divertimos a los oyentes con humor sano, los mantenemos informados y les entregamos la música colombiana.
¿Cómo define el crecimiento que ha tenido la cadena Radiópolis?
Ha sido un trabajo gradual. Comenzamos investigando, copiando algunos formatos y finalmente decidimos romper esquemas y especializarnos. Decidimos mezclar los éxitos de diferentes géneros musicales y le adicionamos la información y el humor.
¿Qué diferencia a Radiópolis de otras cadenas radiales colombianas?
La creatividad y originalidad que busca llegar a los núcleos familiares. Somos muy ingeniosos y en eso está nuestro éxito.
¿A qué le apunta Radiópolis en un futuro?
Estamos trabajando en el BTL, que es el posicionamiento de la marca en diferentes barrios. Nos estamos desplazando a internet y a corto plazo queremos combinar la señal radial con imagen de televisión.
¿Por qué unir la radio con la televisión?
A la gente le gusta ver lo que hacemos. En los nuevos estudios de Candela pusimos cámaras para que las personas puedan interactuar con nosotros.
¿Esta unión rompería con la magia de la radio que hace que el oyente imagine las historia que escucha?
Eso ha sido un riesgo. Pero a los oyentes les gusta identificar a quien está hablando para familiarizarse con su imagen. Es una idea internacional que ha llegado a Colombia y se está implementando.
¿Cómo fue su primera alocución radial?
El padre del colegio me llevó a una emisora de jesuitas, en donde transmitíamos los anuncios parroquiales. Allí conocí el oficio y después entré a Radio Tequendama de Todelar, en donde fui escalando hasta llegar al campo gerencial.
¿Qué es lo mejor de hacer radio?
Es satisfactorio que uno puede ser compañía para las personas y darles diversión. Así implique sacrificios, yo me siento feliz cada vez que tengo un micrófono enfrente.
Y lo que menos le gusta de la radio.
Las noticias tristes que hay que transmitir.
¿Qué le falta a la radio colombiana?
Tal vez le haría falta un poco de originalidad.
¿De dónde nace su pasión por ser locutor de fútbol?
Fue casualidad. Era locutor comercial de Todelar y en una oportunidad Hernán Peláez me dijo que debía estar preparado, porque el narrador del partido no podía estar; desde ahí me quedó gustando.
¿Qué es lo más difícil de narrar fútbol?
Creo que es lo más exigente en la locución, porque implica memorizar los jugadores y tener un vocabulario completo. Requiere ser exacto, emotivo, mesurado, justo y cuidar la voz. Es un ejercicio que madura con el paso de los años.
¿Cómo cuida su voz?
No fumo ni tomo. Descanso bien y voy adonde un profesor de canto. Todo lo que uno hace fuera del micrófono, lo paga en el micrófono.
Un partido que haya narrado y que sea inolvidable
El 1-1 de Colombia-Alemania, en el Mundial de Italia. Porque fue un gol de Rincón en el minuto 47 del segundo tiempo con el que pudimos pasar a la siguiente ronda. Además, Alemania fue el campeón en esa ocasión y sobre todo porque tuve la suerte de transmitirles ese momento a los colombianos.
¿Se volvería a lanzar a la Alcaldía de Bogotá?
Me seduce la política porque conozco muchas ciudades y considero que nos hace falta mucho por construir en Bogotá. Por eso lo intenté. En este momento mis emisoras aparecen bien ranqueadas y siento que es necesaria mi presencia aquí. Sin embargo, no lo descartaría para más adelante.
¿Qué emisora escuchaba cuando niño?
Todelar. Me gustaban las novelas y las transmisiones deportivas. En un radio viejo de mi papá también escuchaba emisoras del exterior.
Aparte de la radio, ¿qué más le apasiona?
El deporte y viajar en familia.
Un destino que recomienda.
Barcelona y Buenos Aires, en donde estudié y me casé.