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La conmoción no para. A pesar de que las noticias no dan tregua, aún a la gente les cuesta interiorizar el dolor. “Era una mujer auténtica, de un humor impresionante, de un muy buen corazón, que nuca se calló lo que pensaba”, asegura Silvana Rovida, su amiga y profesora de yoga, unos minutos antes de ingresar a la sala de velación de la Funeraria Gaviria. “A pesar de saber que Lina atravesaba por momentos difíciles económica y sentimentalmente, siempre vi en ella una mujer muy segura, con los pies en la tierra y que nunca dejó intuir el destino trágico que eligió”, añade acongojada Rovida.
Más de 24 horas pasaron para que el director de la seccional del CTI, Alberto Acevedo, entregara el informe de Medicina Legal sobre la repentina muerte de la presentadora y modelo paisa Lina Marulanda, quien falleció el jueves a las 11:30 de la mañana al caer de su apartamento en un sexto piso.
Desde el principio los rumores de un posible suicidio rondaban la terrible escena, luego los rumores fueron confirmados. “Está confirmado que es un sucidio y es terrible saberlo”, añade Rovida. El reporte médico de medicina legal fue entregado directamente a los familiares y a la fiscalía que investiga el caso.
A las 12 del día, el cuerpo de la modelo fue trasladado de Medicina Legal hacia la Funeraria Gaviria del norte de Bogotá, en donde fue velada a puerta cerrada. La solidaridad y el cariño con su familia se evidenciaron con la multitudinaria asistencia a la ceremonia religiosa que se celebró en su honor a las 4:30 p.m. en la iglesia del Gimnasio Moderno a la que asistieron sus amigos Alejandra Azcárate, Iván Lalinde, Catalina Aristizábal, Félix de Bedout, Jorge Alfredo Vargas, y otros colegas.
La tremenda sacudida por la noticia continuó haciéndose sentir en todas las plataformas digitales en donde actores, amigos y periodistas hicieron públicas sus condolencias. Todos le dicen adiós a esta mujer, que con su compromiso por el trabajo y su pasión por lograr la perfección de las cosas logró abonarse un camino de éxito.
Lina Marulanda nació el 15 de mayo de 1980. Estudió primero en el colegio Santa María del Rosario de Medellín, pero luego de múltiples encontrones con las directivas y monjas de la institución, terminó su bachillerato en el colegio Parra París, un colegio mixto en el que logró sentirse más cómoda. Su vida en el modelaje se inició, según recuerda la presentadora Viena Ruiz, a los doce años, cuando caminaba con su padre por Unicentro.
En una entrevista que le concedió a un periodista de la revista Cromos en 2004, Lina confesó que no le gustaría revivir la presión que tuvo que sobrellevar en su adolescencia siendo una niña aplicada en el colegio y teniendo que responder a una ajetreada vida de fotografías y pasarelas. Su mayor lamento fue haber sacrificada la vida normal de una adolescente con amigos y fiestas.
Luego estudió publicidad en la Universidad Tadeo Lozano, en 2002 ingresó al noticiero CM& y luego al Canal Caracol, donde se desempeñó durante seis años. En sus múltiples trabajos en medios también estuvieron el Canal Capital y la W Radio.
El año 2007 fue de torbellinos para ella. Después de un tiempo en Medellín, regresó a Bogotá y arrasó con muchas situaciones que había construido durante años. “Sabía que representaba una imagen para muchas niñas y que dejándolo todo acababa con mis propios esfuerzos. Pero había que hacerlo”, confesó entonces la modelo. Después de tres años de matrimonio terminó su primera relación, porque no era feliz. Esa misma semana renunció a Caracol, con la certeza de que sus capacidades profesionales daban para más. Además, dejó la pasarela porque no estaba dispuesta a seguir aceptando rechazos por no cumplir con los requerimientos físicos de talla y medidas.
Así era Lina Marulanda, una mujer de armas tomar que luchó incesantemente por sacar los elementos que la perturbaban. Recientemente se había retirado de los medios y emprendido un negocio de joyería. Sin embargo, las finanzas no iban muy bien, tampoco sus relaciones personales. Su segundo matrimonio se desbarató en menos de cuatro meses.
Colombia se despide de una mujer bella, inteligente y que demostró compromiso y pasión en todos los retos que asumió. Y aunque el país entero llora una decisión inesperada, no vale la pena seguir preguntándose el porqué de su adiós.