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La reina del flow, cuya segunda parte se estrenará dentro de poco en Colombia, cambió la percepción que se tenía del reguetón y en esa tarea ayudaron en buena medida la realización audiovisual pulcra y la participación de Carolina Ramírez en el rol principal de Yeimi Montoya, una mujer que escribía historias exhibiendo el lado femenino del género, el sentir de las mujeres, así la interpretación llegara al público en un empaque masculino.
La protagonista ayudó a evidenciar la transformación del imaginario de las mujeres en el género al basarse en muchas divas sobre el escenario, pero no se centró en una para lograr una propuesta más amplia en su interpretación. Lo que sí dejó claro es que quería resaltar el aporte femenino a un estilo de sonoridad que con su ritmo se tomó el planeta y conquistó unos públicos insospechados.
“Lo primero que hice para empezar a construir a Yeimi Montoya, La reina del flow, fue establecer referentes reales y aparecieron ante mí algunos muy claro. La primera en surgir fue Jenifer Lopez, J.Lo, y tan pronto la vi supe que ese era el estilo que quería darle al personaje, aunque después investigué comportamientos maravillosos de Ivy Queen”, aseguró Carolina Ramírez tan pronto se vinculó a un proyecto audiovisual ambicioso como la primera temporada de esta serie.
Para aceptar a Yeimi Montoya en su vida, el primer obstáculo lo encontró en ella misma. Carolina Ramírez fue su principal rival para integrar la serie porque no disfrutaba especialmente de la escucha del reguetón, no se sentía cobijada por sus dinámicas y, mucho menos, quería seguir enfatizando en la utilización sin medida de la sexualidad femenina dentro de sus discursos letrísticos y audiovisuales del género urbano.
“En verdad les costó un montón convencerme para que yo aceptara participar en La reina de flow. Llevaba varios años sin hacer nada en televisión y estaba muy feliz montando obras de teatro, aunque también participé en una película a comienzos de 2017. En un momento apareció Lucho Jiménez, el productor, y me habló sobre una propuesta basada en el reguetón. De inmediato dije que no, que no estaba interesada, pero después me dejé convencer por las características de Yeimi Montoya. Uno de los hechos determinantes fue que el personaje tenía la edad de Carolina Ramírez. Por fin dejé de hacer veinteañeras ante las cámaras y me deslumbró por su personalidad”.
Luego de la lucha con ella misma debía emprender el combate con cientos de imaginarios, lugares comunes, algunos de ellos justificados desde que sonó el primer acorde de reguetón en el mundo y también tuvo que esmerarse para proporcionarle a Yeimi Montoya una historia propia y una razón de ser.
“Por ejemplo, durante el casting que nos hicieron para la novela, yo tenía que hacer un performance y cantar un reguetón. Desde el comienzo aclaré que yo no tenía la menor intención de cantar. Sin embargo, para acompañar mi audición escogí a Ivy Queen por lo que significa como pionera en el estilo y porque, además, su nombre implica ir en contra de ese estilo del reguetón sexual que pordebajea a la mujer. Luego, el proceso de creación lo complementé con el estudio de dos de los referentes colombianos mayores en el género urbano: Farina y Karol G.
La inspiración vino de cuatro matronas del reguetón. Cada una aportó aristas importantes para determinar la personalidad de Yeimi, pero en lo que JLo, Ivy Queen, Karol G y Farina siempre han estado sintonizadas es en la urgencia de escribir el nombre de las mujeres en mayúsculas y blindar al género con respeto, equidad y empoderamiento.
“Tal vez pensaron en mí por el hecho de ser bailarina, pero de verdad había tenido muy poco contacto con el urbano como manifestación artística. Para mí, el género urbano tiene un estilo muy marcado en la danza porque sus ancestros son el break dance y el hip hop, que son disciplinas muy complejas de interpretar. Por ejemplo, hay un paso que se hace con la cabeza que durante la novela nunca lo pude hacer, a pesar de haber recibido algunas clases. Lo que pasa es que descubrimos que Yeimy Montoya ya había quemado esa etapa del baile porque ella cuando sale de la cárcel tiene 35 años. Ese momento, para ella, es de venganza y de ahí sus líricas tan marcadas”.
Antes de empezar las grabaciones de la primera temporada de La reina del flow, Carolina Ramírez pensó que los nuevos talentos y los renovados estereotipos de belleza se encargarían de interpretar aquellos roles diáfanos que ella en un momento personificó y que son las protagonistas de las historias que se consumen en la televisión tradicional. Por fortuna, los libretistas la sorprendieron una vez más y escribieron un relato en el que se exhibe a una mujer real que supera los 30 años.
“Desde mi participación en este proyecto pude confirmar que cada personaje que me ha llegado se me ha ajustado a lo que yo quería y necesitaba en un momento determinado. Seguro el rol de Yeimy Montoya se acomodaba a mi momento actual y de ahí que yo me haya sentido tan bien con esta compositora de reguetón y que la gente se haya sintonizado de esta manera tan especial con la primera entrega de la serie. Es muy diferente mi visión del mundo hoy, si lo comparo cuando tuve 22 años y estaba en la piel de La hija del mariachi, por ejemplo”.
Con su primera temporada, La reina del flow demostró que no hay que seguir los estereotipos para lograr una propuesta audiovisual exitosa, que se pueden transformar las historias, los sonidos y las canciones para mirar más allá de un género que tiene moviendo las caderas al mundo entero.
El reguetón es protagonista de esta serie en la que Carolina Ramírez se quitó de encima sus propias creencias para interpretar con altura a una compositora del género urbano, a una mujer digna, que está segura de sus creencias y que aptó por darles voz a quienes no la tenían.
La primera parte de la serie exhibió la fortaleza de Yeimi Montoya y la seguridad de Carolina Ramírez. Ambas, muy pronto, serán la misma persona en La reina del flow 2 y desde la pantalla demostrarán que a través del reguetón también se pueden transformar las historias.