Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Esta semana el exsacerdote, Alberto José Linero Gómez , contó detalles de su relación con María Alcira Matallana. Entre otras cosas, dijo que ya se habían casado y que, contrario a lo que afirman algunos medios, su relación se inició meses después de renunciar al sacerdocio y no antes.
“La gente jode mucho con eso porque a la gente le fascina encontrar culpables y como esta es una sociedad machista, terminan culpándola a ella. El responsable de mis decisiones soy yo. Ella no me sonsacó. Fui yo quien tomó la decisión (de renunciar al sacerdocio) y seis meses después inicié una relación con ella (...) María Alcira ha sido na bendición para mí. Ha sido la confirmación de Dios de que tomé una buena decisión”, dijo en entrevista con el programa “Lo Sé Todo”.
A propósito de las revelaciones de Linero, hacemos un repaso por la vida de algunos religiosos y religiosas que, como él, asumieron otro estilo de vida.
Le invitamos a leer: Esposa de Alberto Linero: ella es la mujer con la que se casó el exsacerdote
más artículos sobre sacerdotes
El cura Hoyos
Aunque ya no sea sacerdote, en Barranquilla a Bernardo Hoyos Montoya, aún lo conocen como “el cura Hoyos”. A principios de los noventa, el pereirano decidió renunciar al sacerdocio porque los salesianos no le permitieron asumir la Secretaría Departamental de Educación del Atlántico.
“Hoyos, luego de permanecer por cerca de 20 años en el Brasil, llegó a Barranquilla en 1984, enviado por la Comunidad Católica de los Salesianos a reforzar el trabajo social que lideraba en las comunidades alrededor de la emblemática Iglesia de San Roque, cerca al centro de la ciudad, el reconocido sacerdote Stanley María Matutis.
Su misión principal fue la de dirigir la Universidad Abierta del Sur, Unisur, capítulo Barranquilla, con sede en el Centro Social Don Bosco. Hoy, ese centro de educación superior es la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad)”, se lee en una nota de El Heraldo de Barranquilla. Hoyos fue elegido alcalde por primera vez en 1992.
La foto de arriba cuenta una historia insólita. El exsacerdote Bernardo Hoyos Montoya, exalcalde de Barranquilla en los periodos 1992-1994 y 1998-2000, fue capturado en febrero de 2021 el barrio La Chinita, en el suroriente de la capital del Atlántico, tras ser requisado, al parecer, por miembros de la Policía que lo llevaron a una Unidad de Reacción Inmediata (URI). Hoyos fue detenido nuevamente justo por el mismo proceso por el que paga una pena de siete años en prisión domiciliaria, que le acarreó una orden de captura en abril de 2017.
Aunque las primeras versiones indicaban que fue arrestado para que cumpla su condena por el delito de peculado por apropiación, sentenciada por el Juzgado Tercero Penal de Circuito de Bucaramanga el 21 de junio de 2020, lo cierto es que desde hace más de seis meses Bernardo Hoyos Montoya cumple su pena en prisión domiciliaria. La captura durante aquella tarde se debe a un error administrativo, confirmaron a este diario fuentes de la Policía y la Fiscalía.
El amor es amor, venga de dios o no
“El amor es lo que mueve el mundo. Es la única cosa que permite a hombres y mujeres seguir en pie en un mundo donde la gravedad siempre parece estar queriendo derribarlos, llevarlos hacia abajo, hacerles arrastrarse”, se puede leer en la novela de terror post apocaliptico, The Stand, de Stephen King en 1978.
A pesar de lo rara que puede parecer la frase en este tema, es la definición precisa de esta historia, la de un cura y una monja que por el amor que sentían, dejaron el clero católico y decidieron formar una vida juntos.
Mercedes Tarragona y Daniel Genovesi, él cura y ella monja, se conocieron en Argentina, cuando tenían 22 y 26 años, respectivamente. En febrero del 2022 el diario La Nación los entrevistó y contaron detalles de su relación.
“Lo que pasó fue que yo vivía en una cajita y estaba bien en esa cajita, pero cuando conocí a Daniel, él me fue abriendo ventanas”, comentó Mercedes al medio argentino. Por su parte, el exsacerdote dijo que ni siquiera se dio cuenta cuando empezó a enamorarse de ella.
Fue cuando la monja decidió renunciar al convento que el cura, decidió tomar la misma decisión un año después, para poder estar con su amada, renunciaron a sus votos, correspondieron a su amor y formaron una nueva vida juntos en Buenos Aires, Argentina. Actualmente viven en Uruguay con dos hijas.
(Puede leer: Madre vegana, indignada porque a su hija la hicieron disfrazar de pescadora)
Renunciaron a los hábitos y se casaron
Isabel y Federica dedicaron su vida al servicio religioso, ayudaban a las personas más necesitadas y sobre todo a personas inmersas en problemas de adicción. Fue en un viaje de peregrinación en donde se conocieron y posteriormente decidieron casarse a los 44 años.
Un portavoz dice que el Papa está triste tras conocer que dos monjas lesbianas se casaron en una ceremonia civil https://t.co/Rmqxnyr2Lt pic.twitter.com/f7zT2L7gHr
— LGBTIQ+ (@LGTBNews) October 11, 2016
No solo tuvieron una boda civil, sino que fueron casadas bajo una ceremonia encabezada por Franco Barbero, un exsacerdote que fue excomulgado por el papa Juan Pablo II en 2003. En la boda, Barbero dijo, “Se enamoraron como todas las personas del mundo. Poco a poco. Conociéndose, comprendiéndose, probando un sentimiento profundo”.
Cabe resaltar que su boda fue a escondidas, incluso lo hicieron un día antes de la fecha acordada para evitar que medios llegaran, pues no estaban dispuestas a ser la atención de todo el mundo. A pesar de eso, para el medio italiano La Stampa, Federica afirmó que, “pedimos a nuestra iglesia que acoja a todas las personas que se aman han sido criticadas, pero también apoyadas por algunas hermanas”.
“Se enamoraron como todas las personas en el mundo. Conociéndose lentamente y descubriendo un sentimiento profundo. Las novias -dice Barbero- han pedido el anonimato. No queremos convertirnos en famosas, solo vivir serenamente juntas y encontrar un trabajo”, se lee en una reseña de Tele Cinco en España.
“¡Cuánta tristeza en el rostro del papa (Francisco) cuando le he leído la noticia de las dos ‘monjas’ esposas!”, afirmó escribió en un tuit el entonces sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, Angelo Becciu.
(Puede leer: Una entrevista a ChatGPT: ¿Qué nos dice sobre las “Dinoprofesiones”?)
“Nuestro amor es un regalo de Dios: nadie puede impedirlo. No fue fácil. Nos sentimos solas, más, abandonadas. Pero unas hermanas nos animaron. Nos conocimos cuando éramos misioneras durante un viaje a Guinea Bissau. Juntas nos encontramos trabajando al lado de los más pobres, como siempre ha sucedido desde que, a los veinte años, tomó el velo. Allí comprendimos que se añadía una nueva pieza al mosaico de nuestra vocación”, le dijeron diario La Repubblica de Italia.