El show de las elecciones presidenciales en EE. UU.: famosos, medios y poder
El próximo 5 de noviembre se elige presidente en Estados Unidos. La vicepresidenta Kamala Harris se medirá en las urnas con el expresidente Donald Trump. Una contienda profundamente influenciada por la industria del entretenimiento.
Mateo Medina Escobar
“Freedom” de Beyoncé y “God Bless the USA” de Lee Greenwood han sido algunas de las canciones usadas por las campañas de la candidata demócrata y actual vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y del expresidente Donald Trump, quienes compiten por ocupar el cargo más poderoso de ese país. Ambos candidatos apelan a la cultura popular usando este tipo de canciones para sus estrategias. No es una táctica nueva. Históricamente, la relación de la política con el arte y el entretenimiento ha desempeñado un rol protagónico.
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“Freedom” de Beyoncé y “God Bless the USA” de Lee Greenwood han sido algunas de las canciones usadas por las campañas de la candidata demócrata y actual vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y del expresidente Donald Trump, quienes compiten por ocupar el cargo más poderoso de ese país. Ambos candidatos apelan a la cultura popular usando este tipo de canciones para sus estrategias. No es una táctica nueva. Históricamente, la relación de la política con el arte y el entretenimiento ha desempeñado un rol protagónico.
“Hay que entender que la sociedad estadounidense, desde su inicio, ha sido tremendamente mediática”, explica el profesor Alejandro Bohórquez Keeney, experto en geopolítica, en entrevista para El Espectador. El docente relata que, desde la independencia de Estados Unidos, el país tiene a los medios como una pieza fundamental dentro de su cultura y eso sale a relucir en momentos de coyuntura como las elecciones presidenciales de este año.
No solo desde la música, del rompecabezas mediático han formado parte figuras de Hollywood, escritores, comediantes, presentadores, deportistas y creadores de contenido. Desde el uso de canciones, hasta el respaldo de figuras conocidas, se usa como estrategia para movilizar votantes hacia un lado u otro. “Nadie es tan mediático como Estados Unidos. Es tan curioso que hasta los partidos políticos tienen mascotas. Las elecciones allá son un show. El primer debate televisado fue el de John F. Kennedy y Richard Nixon en 1960. Esto es la cultura estadounidense”.
En la sociedad de ese país, según explica Bohórquez, todo el mundo opina y las figuras del entretenimiento que participan en la conversación nacional son a menudo activistas en sus creencias e ideologías. Ese es el caso del actor y productor George Clooney, quien hizo parte de la recaudación de fondos del Partido Demócrata en favor de Joe Biden. El intérprete también alzó su voz y le quitó su apoyo después del pobre desempeño del presidente en el primer debate contra Trump el 27 de junio. Las presiones desde distintos frentes resultaron en la renuncia de Biden para la reelección.
Un día después de la salida de Biden de la contienda, la vicepresidenta Kamala Harris se convirtió virtual nominada de su partido. De inmediato, la industria del entretenimiento más cercana a los demócratas se volcó hacia la candidata. Incluso personas que no son estadounidenses han sido activas en la campaña y podrían significar un impulso importante en la búsqueda de votos, como la inglesa Charli XCX, que con la publicación “Kamala es brat”, referenciando su más reciente álbum y acercando a la candidata a los votantes más jóvenes, se convirtió en tema principal del momento.
De acuerdo con Bohórquez, los demócratas son quienes más han apuntado a los votos de las generaciones jóvenes. “En las elecciones de 1972, el demócrata George McGovern fue quien más se acercó a la generación Baby Boomer. Se hizo amigo de las bandas de rock y toda esta cultura del ‘flower power’. Clinton, en el 92, estuvo muy cercano a las bandas y artistas del Lollapalooza. Le atinó a la generación X. Obama fue el de la generación millennial y ya vemos Harris a qué le está apuntando”.
Aunque las elecciones terminan, la audiencia recuerda los apoyos que dieron las figuras del entretenimiento. La mayoría sale ilesa y continúa con su carrera, pero hay algunos que por su valor cultural deben hacer cambios sustanciales en su imagen y discurso. Bohórquez pone el ejemplo de las Dixie Chicks, ahora solo llamadas The Chicks. “Es una banda de country y mucha gente supone que si a uno le gusta el country ya es republicano o de derechas”.
Las artistas de la agrupación tomaron una posición más demócrata durante las elecciones de 2016 y cambiaron su nombre debido al significado de Dixie, que hace alusión al viejo sur de ese país y a los estados confederados. “Podrán apoyar mucho a los candidatos demócratas y criticar mucho a la derecha estadounidense e incluso mucho a ese aspecto cultural del sur de Estados Unidos, pero tocan country. Casi fue un suicidio artístico y ya no tienen el mismo impacto mediático”.
En estas elecciones, le piden a la cantante pop Taylor Swift, una artista que viene creciendo y siendo un fenómeno cultural, que haga público su voto. “Está entre la espada y la pared porque hace parte de la industria del entretenimiento, pero tiene su origen en el country y el góspel, y eso es la base de votantes de Trump”, explica Bohórquez, que indica que la artista podría temer a una baja en sus seguidores.
En septiembre de 2023, la artista le pidió a sus seguidores estadounidenses registrarse para votar. El sitio web al que dirigió a los usuarios, vote.org, una organización no partidista y sin fines de lucro, registró más de 35.000 registros, según la organización. El pasado 18 de agosto, la campaña de Donald Trump utilizó imágenes generadas con inteligencia artificial para decir que la cantante había apoyado su campaña, una estrategia para confundir votantes a su favor.
Según Bohórquez, los apoyos de la industria del entretenimiento no son una fuerza que pueda virar una elección. “Tengamos en cuenta que el voto presidencial es indirecto por el tema del colegio electoral, eso hace que sea mucho más competitivo”. Aunque la industria del entretenimiento no es definitiva en lograr la victoria, las campañas continúan buscando estrategias y apoyos de estos sectores.