En Bogotá se graba la primera serie colombiana de HBO

Con “Mil colmillos” el canal internacional continúa su producción de series en Latinoamérica, un trabajo que comenzó hace 15 años con “Epitafios” y que se consolidó el año pasado cuando “Sr. Ávila” ganó el Emmy Internacional.

Lilian Contreras Fajardo
11 de septiembre de 2018 - 02:00 a. m.
“Mil colmillos” es dirigida por Jaime Osorio, responsable de  las películas “El páramo” y “Siete cabezas”. / Cortesía
“Mil colmillos” es dirigida por Jaime Osorio, responsable de las películas “El páramo” y “Siete cabezas”. / Cortesía
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En Bogotá se realiza el rodaje de Mil colmillos, la primera serie que Colombia produce para el canal internacional. El proyecto es dirigido por Pablo González y Jaime Osorio, quien hace unos años lanzó las películas El páramo y Siete cabezas.

La filmación se realizará en Bogotá, Zipaquirá, Armero, el Amazonas y otros lugares del país, durante 16 semanas, bajo la producción de Rhayuela Films, empresa creada hace dos décadas por los cineastas José Luis Rugeles, Jader Rangel, Jaime Osorio Márquez y Rubén Mendoza, que ha realizado desde el video Bolero falaz de Aterciopelados hasta Alias María, filme presentado en Cannes. En la industria cinematográfica local han sumado esfuerzos con otros realizadores para sacar adelante coproducciones como La historia del baúl rosado, La virgen de los sicarios o Somos calentura, cinta que Jorge Navas estrenará próximamente.

Mil colmillos, escrita por Jaime Osorio y Guillermo Escalona, tiene acción, terror y misterio, géneros que ha trabajado Osorio en sus películas. La serie cuenta la historia de un comando militar de élite que es desplegado en la selva con la misión de acabar con un líder que tiene bajo su mando una gran milicia de origen desconocido. Aparentemente la misión es sencilla, pero hechos misteriosos empiezan a ocurrirle a cada uno de los integrantes.

Esta idea original colombiana fue presentada a HBO, que compró el producto para seguir produciendo series en Latinoamérica; un trabajo que comenzó hace 15 años con la serie argentina Epitafios y que se consolidó el año pasado cuando la mexicana Sr. Ávila ganó el Emmy Internacional al mejor programa en horario estelar en lengua extranjera.

El ideal en ese entonces era seguir los pasos de The Wire o Los Soprano —la serie más vista en la historia de HBO sin contar los espectadores vía streaming de Game of Thrones— y reproducir el mismo principio creativo. Fue así como apostaron por crear una industria de televisión independiente para llevar a la pantalla su propia visión en cada capítulo de cada serie, como si se tratara de una película.

HBO, que en palabras de Roberto Ríos, vicepresidente corporativo de producciones, se caracteriza por “contar historias que no existirían si no fuera por nosotros, historias que la gente quería contar pero que no tenía la oportunidad de contar”, llega a Colombia con un equipo de producción sistemático; es decir, que no necesariamente se tiene que disolver una vez finalice el rodaje, pues la aspiración es tener un proceso continuo. Su primer acercamiento con la industria local la tuvieron hace un par de años, cuando hicieron con el director Carlos Moreno el documental Guerras ajenas, sobre la fumigación con glifosato para erradicar los cultivos ilícitos.

Siempre estamos muy atentos con lo que sucede en Colombia. Vamos al Bogotá Audiovisual Market (BAM), vemos el cine y las otras producciones, hasta que surgió esto que nos gustó. Ya teníamos la idea de hacer algo en Colombia”, dijo Ríos a El Espectador.

En el país encuentran una industria audiovisual fortalecida, gracias a las producciones en conjunto con Hollywood que tuvieron su auge con la Ley de Cine, que además de aportar ganancias económicas deja un bagaje cultural y profesional en los trabajadores. Sin embargo, no fue el motivo principal del desembarco de HBO Latinoamérica en Colombia, ya que la motivación principal fue el guion, la historia, no los estándares de producción.

Mil colmillos es un gran proyecto para realizar. Lo difícil es encontrar una nueva idea y eso encontramos en Colombia ahora. Leer un guion que no tiene actores, no tiene caras y que debes pensar en cómo hacerlo, es algo muy difícil”, sostuvo Ríos.

Como lo han logrado con series latinas como El negocio o Capadocia, el objetivo con Mil colmillos es lograr un producto que le interese a la gente de cada país de la región.

Yo tengo una premisa, que puede ser una falsa indicación, y es que las historias deben ser genuinas, porque lo genuino es universal. Lo que es falso es lo que no viaja. (En una serie) importa el valor local de ver la esquina de tu casa representada, pero no es lo más importante porque si no, no veríamos cine hecho en Italia, Francia o una novela turca”, agregó Ríos.

Con el fin de lograrlo, se unen a cineastas y storytellers para que hagan historias que no se parezcan a nada de lo que se ve en la televisión local, porque saben que sus espectadores están acostumbrados a contenido de calidad, sobre todo en esta época en la que están expuestos a contenido de todo el mundo.

“Hace 15 años empezamos las producciones latinas con Epitafios y eso marcó un antes y un después en la industria, pues no había algo que se le pareciera, ni siquiera cercano a lo que era nuestra serie en esa época. Había novelas, pero no una serie premium de ese estilo. Luego seguimos sumando con Los hijos del carnaval, Mandrake y Prófugos, y la gente se dio cuenta de que en todos los países se puede hacer este tipo de producciones, no solo en Hollywood”, comentó por su parte Paul Drago, director de producciones originales y operaciones de HBO Latinoamérica.

La producción de Mil colmillos cuenta con un equipo local de gran experiencia, que incluye áreas de producción de alta especialización, como efectos visuales y CGI, entre otros. El talento escogido para esta serie también es completamente colombiano, pues el canal apuesta por la diversidad de nacionalidades en el elenco solo si la historia lo permite, no para ganar público.

Ahora que se acerca el final de Sr. Ávila, sin duda la más exitosa de la región, los productores se toman con calma la búsqueda de la mejor historia que puedan contar y se esfuerzan para no caer en el error de trabajar en varios proyectos al mismo tiempo, como si fuera un encargo, o de hacer lo que a todo el mundo le gusta: series de narcos o de drama.

Hace poco estrenaron el documental Destino Rusia, enfocado en el lado humano de los jugadores que fueron al Mundial de Fútbol, y ahora trabajan en un proyecto sobre el viaje que hizo Theodore Roosevelt, presidente de Estados Unidos, a la selva amazónica en 1913.

Por Lilian Contreras Fajardo

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