"En el disco, el tiple es Colombia": Juanes
El artista confiesa que regresó al rock desde la honestidad y que no le hicieron falta los sonidos latinos característicos de su pasado inmediato.
Juan Carlos Piedrahíta B.
En ‘Loco de amor’ realizó el ejercicio de coautoría invitando a Miguel Bosé, Emmanuel del Real y Raquel Sofía. ¿Cómo se sintió en esa actividad conjunta?
En este caso fue muy productiva. Yo llevaba más de diez años componiendo música solo y en un momento sentí la necesidad de abrir la ventana para que entrara aire fresco y buscar la renovación en el lenguaje. Escribí todos los textos y ahí empecé a compartir el material, algo con Miguel Bosé, otro tanto con Emmanuel del Real y otro con Raquel Sofía. Ellos hicieron el ejercicio de escuchar y propusieron mucho. Fue como regresar a la universidad y cambiar el método.
Este disco tiene una edición de lujo con dos temas más y un detrás de cámara de la grabación. ¿Cómo escogió lo que debía ir al álbum normal y lo que quería destinar a este registro alterno?
Para mí es un momento muy complicado. Durante las sesiones de grabación teníamos un listado de las canciones pegado en la pared para establecer el orden, y en el proceso debía seleccionar dos discos, uno de once y otro de trece. Al final los bonus tracks (Fénix y Balada) tienen un significado especial para mí, pero son para el fanático más fiel.
Jorge Velosa dice que las canciones se parecen porque son de la misma familia. ¿Piensa lo mismo?
Claro que sí. Yo, por ejemplo, realizo la selección de los temas por grupo. En un equipo están las latinas, en otro las baladas, en otro las rockeras, pero al fin de cuentas se parecen porque se trata tan sólo de siete notas.
En el álbum experimenta con el tiple y el ukelele. ¿Cómo surgió esta idea?
La experimentación con el tiple llegó gracias al MTV Unplugged. Cuando estábamos grabando ese disco, Fernando Toby Tobón tenía un set completo de instrumentos de cuerdas, y fue el productor Steve Lillywhite quien dijo que debíamos incluir este sonido. Yo quedé feliz porque, en el disco, el tiple es Colombia, está relacionado con nuestro folclor. Por fortuna, él se enamoró del instrumento y lo tomamos como una extensión de la guitarra.
El álbum arranca rockero, luego se va a la balada y finaliza con un tema como ‘Radio Elvis’, que parece no pertenecer a este disco. ¿Por qué?
Esa canción es muy extraña. Es un experimento y ni siquiera estaba dentro del repertorio oficial. Sin embargo, el productor me dijo un día que quería repasar la canción número 8, que en ese entonces no tenía nombre ni nada, y le dimos la vuelta y nos encantó. La letra la escribí dos semanas antes de grabar.
¿Cuál es la razón por la que se decidió a mostrar primero ‘La luz’, que apareció en diciembre?
Quería romper con el esquema establecido con mi música. Quería algo distinto, y me pareció muy enérgica gracias a su conexión con el Caribe.
Nos tenía acostumbrados a la presencia de los ritmos latinos en sus discos y en este álbum son bien escasos. ¿Extrañó ese sonido?
Para nada. Tenía muchas ganas de regresar al sonido del rock y quería recuperarlo desde la honestidad. No fue imposición sino puro sentimiento.
¿Cuál es el aporte fundamental de su productor, Steve Lillywhite?
Creo que lo más importante fue su insistencia en grabar sólo con guitarras acústicas. Eso tiene una explicación y es que, según él, las frecuencias de las guitarras eléctricas ocupan mucho la frecuencia media, al igual que mi voz, así que me sugirió otorgarle más espacio a mi canto.
¿Por qué insistir en hacer álbumes en un tipo de industria comandada por los sencillos?
No sé, pero vamos en contra de lo que está pasando. Creo mucho en los discos y quiero seguir haciéndolo. La música se está volviendo muy efímera, pero mi enseñanza ha sido distinta. Me gusta abrir los discos nuevos, mirarlos, olerlos y ver cómo se grabaron.
¿Qué le decía el rock en los momento de Ekhymosis y qué le dice en la actualidad?
En los momentos de Ekhymosis, el rock me hacía sentir miedo porque era una búsqueda. En la actualidad está relacionado con la libertad y con hacer lo que quiero. Por ejemplo, el rock me dejó traer el tiple y en un disco eléctrico no hay casi guitarras eléctricas. Para mí, Joe Arroyo, Jorge Velosa y Diomedes Díaz son nuestros rockeros.
jpiedrahita@elespectador.com
En ‘Loco de amor’ realizó el ejercicio de coautoría invitando a Miguel Bosé, Emmanuel del Real y Raquel Sofía. ¿Cómo se sintió en esa actividad conjunta?
En este caso fue muy productiva. Yo llevaba más de diez años componiendo música solo y en un momento sentí la necesidad de abrir la ventana para que entrara aire fresco y buscar la renovación en el lenguaje. Escribí todos los textos y ahí empecé a compartir el material, algo con Miguel Bosé, otro tanto con Emmanuel del Real y otro con Raquel Sofía. Ellos hicieron el ejercicio de escuchar y propusieron mucho. Fue como regresar a la universidad y cambiar el método.
Este disco tiene una edición de lujo con dos temas más y un detrás de cámara de la grabación. ¿Cómo escogió lo que debía ir al álbum normal y lo que quería destinar a este registro alterno?
Para mí es un momento muy complicado. Durante las sesiones de grabación teníamos un listado de las canciones pegado en la pared para establecer el orden, y en el proceso debía seleccionar dos discos, uno de once y otro de trece. Al final los bonus tracks (Fénix y Balada) tienen un significado especial para mí, pero son para el fanático más fiel.
Jorge Velosa dice que las canciones se parecen porque son de la misma familia. ¿Piensa lo mismo?
Claro que sí. Yo, por ejemplo, realizo la selección de los temas por grupo. En un equipo están las latinas, en otro las baladas, en otro las rockeras, pero al fin de cuentas se parecen porque se trata tan sólo de siete notas.
En el álbum experimenta con el tiple y el ukelele. ¿Cómo surgió esta idea?
La experimentación con el tiple llegó gracias al MTV Unplugged. Cuando estábamos grabando ese disco, Fernando Toby Tobón tenía un set completo de instrumentos de cuerdas, y fue el productor Steve Lillywhite quien dijo que debíamos incluir este sonido. Yo quedé feliz porque, en el disco, el tiple es Colombia, está relacionado con nuestro folclor. Por fortuna, él se enamoró del instrumento y lo tomamos como una extensión de la guitarra.
El álbum arranca rockero, luego se va a la balada y finaliza con un tema como ‘Radio Elvis’, que parece no pertenecer a este disco. ¿Por qué?
Esa canción es muy extraña. Es un experimento y ni siquiera estaba dentro del repertorio oficial. Sin embargo, el productor me dijo un día que quería repasar la canción número 8, que en ese entonces no tenía nombre ni nada, y le dimos la vuelta y nos encantó. La letra la escribí dos semanas antes de grabar.
¿Cuál es la razón por la que se decidió a mostrar primero ‘La luz’, que apareció en diciembre?
Quería romper con el esquema establecido con mi música. Quería algo distinto, y me pareció muy enérgica gracias a su conexión con el Caribe.
Nos tenía acostumbrados a la presencia de los ritmos latinos en sus discos y en este álbum son bien escasos. ¿Extrañó ese sonido?
Para nada. Tenía muchas ganas de regresar al sonido del rock y quería recuperarlo desde la honestidad. No fue imposición sino puro sentimiento.
¿Cuál es el aporte fundamental de su productor, Steve Lillywhite?
Creo que lo más importante fue su insistencia en grabar sólo con guitarras acústicas. Eso tiene una explicación y es que, según él, las frecuencias de las guitarras eléctricas ocupan mucho la frecuencia media, al igual que mi voz, así que me sugirió otorgarle más espacio a mi canto.
¿Por qué insistir en hacer álbumes en un tipo de industria comandada por los sencillos?
No sé, pero vamos en contra de lo que está pasando. Creo mucho en los discos y quiero seguir haciéndolo. La música se está volviendo muy efímera, pero mi enseñanza ha sido distinta. Me gusta abrir los discos nuevos, mirarlos, olerlos y ver cómo se grabaron.
¿Qué le decía el rock en los momento de Ekhymosis y qué le dice en la actualidad?
En los momentos de Ekhymosis, el rock me hacía sentir miedo porque era una búsqueda. En la actualidad está relacionado con la libertad y con hacer lo que quiero. Por ejemplo, el rock me dejó traer el tiple y en un disco eléctrico no hay casi guitarras eléctricas. Para mí, Joe Arroyo, Jorge Velosa y Diomedes Díaz son nuestros rockeros.
jpiedrahita@elespectador.com