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Diversidad, justicia, equidad, inclusión, respeto por la vida, empatía, la diáspora africana y un llamado a volver a las raíces fueron los temas en común que expresaron los más de 400 artistas que participaron en la 5ta Bienal Internacional de Danza de Cali, la cual ofreció un alto porcentaje de programación gratuita, virtual y presencial. Senegal, Francia, España, Uruguay, Suiza, India, Reino Unido, Alemania, Japón y Colombia fueron los 10 países protagonistas de esta edición.
“El balance es maravilloso por todos los aspectos, por el hecho de que es algo nuevo y novedoso el solo hecho de regalarle a Colombia entera este espacio. Y, aparte de eso, la calidad de los grupos que, a pesar de la situación tan difícil, los países se pusieron en las mismas circunstancias que estábamos nosotros y empezó a actuar lo que se llama la solidaridad. La esperanza es la virtud de los momentos difíciles, y los hemos tenido, no ha sido fácil, han sido momentos muy difíciles para la ciudad, pero hay que salir adelante, no dejar morir a nuestra ciudad”, manifestó Amparo Sinisterra de Carvajal, presidente de la Bienal Internacional de Danza.
Esta Bienal, organizada por la Asociación para la Promoción de las Artes - Proartes - del 9 al 15 de noviembre, se caracterizó por poner el foco hacia los jóvenes de Colombia, quienes demostraron que el talento nacional tiene un gran potencial y nivel para escenarios internacionales. Una apuesta del comité organizador por descubrir de manera temprana nuevos talentos y aportar a la construcción y fortalecimiento del sector.
Los jóvenes no solo tuvieron la oportunidad de tener espacios para mostrar su trabajo, sino también espacios de formación, intercambio a través de residencias artísticas, becas y estímulos económicos para la creación, conversatorios de reflexión sobre diversos temas en torno a la danza y su industria, diálogos con otro tipo de lenguajes como la fotografía, el performance y la videodanza, entre otros.
Después de Cartagena, Quibdó y Medellín, en 2021 tuvo a Bogotá como ciudad invitada de honor. En alianza con el Idartes, ‘Foco Bogotá’ llevó a Cali el talento de Colectivo Enjambre, Cochaviva, Alivetap, Proyecto Orbitante, la Compañía de Danza del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y, además, se realizó una residencia con la bailarina ‘Nach’ de Francia, un proyecto con bailarines de Bogotá y Cali en el que los resultados de este intercambio fueron presentados durante la Bienal.
“Haberle apostado a que los grupos nacionales sean el foco principal de la Bienal y la ciudad invitada Bogotá, creo que es otra de las cosas a resaltar. El público asistió masivamente a los espectáculos, diría que un promedio la ocupación fue más del 80% o por encima. Fue una apuesta arriesgada, cuando se inicia la programación de la Bienal, se planea con dos años de anticipación, pues estábamos en pandemia, y de ahí que decidimos que parte de la programación fuera virtual. Hicimos un esfuerzo enorme por pagar derechos exclusivos para Colombia y para América Latina de grandes producciones internacionales. Hay una temática en las obras recurrente, es un tema de inclusión, de no al racismo, de hacer evidentes los momentos que el mundo vivió y esa es la función del arte. En esta Bienal vimos que la gente estaba ávida de volverse a reunir, para volver a compartir y disfrutar de los eventos en vivo”, afirmó Mariana Garcés, presidente de la Junta Directiva de Proartes.
“El balance general de esta Bienal es muy positivo, esta edición ha marcado historia pues ha mostrado la realidad del país diversa, profunda, la realidad también de las diversas miradas al cuerpo y al movimiento en Colombia. También nos ha reunido como país, después por todo lo que hemos pasado como nación, por eso creo que la Bienal ha sido un punto de reunión, conexión y de reflexión. Este tipo de espacios son muy necesarios en Colombia. La Bienal lo que hace es aportar para que se den diálogos, se piense la danza futura y se apoye a las generaciones futuras de bailarines; en ese sentido la Bienal marcó historia porque logró ese cometido y porque logró también que la realidad que estamos viviendo se representará en escena”, aseguró Juan Pablo López, director artístico de la Bienal.
Por otro lado, esta 5ta Bienal se destacó por su conexión con África y la relación con la diáspora africana con invitados senegaleses como Babacar Cisse, bailarín de Accrorap quien hizo una pre residencia de danza urbana; el coreógrafo Amala Dianor, Clarisse Sagna quien realizó el proyecto ‘Ella Poema’, y Germaine Acogny, madre de la danza afro contemporánea.
A nivel nacional, la mirada afro contó con la participación de los grupos y compañías Wangari, Jóvenes Creadores del Chocó, Henry Ibarguen Murillo y, como evento de cierre de la Bienal, Sankofa con un homenaje que realizó a Manuel Zapata Olivella.
Otros artistas y compañías que estuvieron presentes fueron la bailarina francesa ‘Nach’ y la compañía 7273 de Suiza. Y desde lo virtual contó con la compañía Pina Bausch de Alemania, Hofesh Shechter de Reino Unido, Hiroaki Umeda de Japón, Batsheva de Israel y un país que estuvo por primera vez en la Bienal, Uruguay.
“Agradecer por este esfuerzo de traernos tan maravilloso espectáculo, fue sensacional, la puesta en escena, la señora, la música, la emoción que produce, las sensaciones, los sentimientos, no hay palabras. Justo hace un par de años en la Bienal, era la última vez que había podido venir a un teatro y regresar de esta manera es fantástico. Los felicito y por favor continúen con esto, todos necesitamos del arte”, expresó uno de los espectadores de la Bienal, Luis Alfonso Charria.
“Valió la pena la entrada, son presentaciones bien creativas, son cosas que sientes, que vives, que no tienes que pensar qué significa, sino que sientes el movimiento, la música totalmente; me encantó la expresión de los artistas, es increíble. Sale uno con todo el sentimiento fortalecido”, manifestó Carmen Lucia Montaño, espectadora de la Bienal.
Así mismo, este año la Bienal decidió realizar un homenaje a Tino Fernández (1962-2021), uno de los coreógrafos más prolíficos de la danza contemporánea colombiana, creador de la compañía L’Explose. Se presentaron obras que llegaron por primera vez a Cali: ‘La Mirada del Avestruz’ y ‘Tiresias’ o la razón del ser’.
Se exhibió la exposición de esta compañía, realizada por Michel Cavalca, uno de los fotógrafos de danza más importantes del mundo, y también una proyección de la película ‘El Encuentro’.
El Centro de Danza y Coreografía ‘La Licorera’ fue el escenario protagonista de la Bienal por convertirse en un sitio de encuentro de la danza que, además de espectáculos, exposiciones y performances, contó con un espacio de esparcimiento en donde el público disfrutó de comida típica, bebidas, shows de djs, conciertos, entre otras actividades complementarias a la programación.
Aparte de la presentación de obras, la Bienal tuvo otra cara en la que ofreció diferentes actividades virtuales y presenciales como talleres y clases magistrales dictadas por artistas como Marina Sánchez del Ballet Nacional de Sodre de Uruguay, ‘Nach’, Germaine Acogny, Amala Dianor, entre otros; y conversatorios y diálogos en torno a la danza con invitados del sector nacional y una plataforma de videodanza on demand con obras de México, España, Ecuador y Alemania.
De igual forma, se llevó a cabo PALCO, la Plataforma de Artes Escénicas de Colombia, realizada junto al Ministerio de Cultura y Procolombia con el propósito de generar un espacio para que programadores y directores de instituciones culturales, teatros y festivales de España, Francia, México, Argentina, Alemania y Colombia pudieran explorar posibilidades de intercambio y circulación en sus escenarios.
Un recorrido por la diversidad del país a través de 12 compañías que representan el potencial y la fuerza de la danza nacional:
“Este fue un encuentro de danza y comunidad, danza y sociedad, danza y barrios, danza y ciudad. Movimientos de la danza urbana, del hip hop han encontrado una cantidad de canales de expresividad de los jóvenes que no cuentan con el espacio para poder hablar y contar sus propias historias. Creo que Cali tiene mucho para enseñarnos al resto de países en torno a cómo conjugar y cómo hacer convivir este enorme talento artístico y expresivo con esa necesidad social que también enormes sectores de la comunidad tienen”, aseguró Federico Arizabal, director artístico del Festival Internacional de Buenos Aires, invitado a PALCO 2021.
También, el público visitó, de manera virtual y presencial, cuatro exposiciones fotográficas que estuvieron dedicadas a: homenaje a Tino Fernández con la compañía L’Explose de Michel Cavalca, fotografías de las bailarinas africanas del proyecto ‘Ella Poema’; la exposición ‘Vaivén’ del fotógrafo Juan Arias sobre la imagen oficial de la Bienal; y ‘Cuando me muevo’, de la fotógrafa Carolina Navas de bailarines de la residencia de ‘Nach’.