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Aunque hacía meses que se sabía que el matrimonio de Harvey Weinstein y Georgina Chapman había llegado a su fin, después de que el productor fuera acusado de acoso, abusos e incluso violaciones por decenas de mujeres con las que había trabajado en las últimas décadas, sólo hasta esta semana se filtró la noticia de que la expareja por fin había alcanzado y firmado un acuerdo de divorcio, que aún no habría sido ratificado por un juez. (Leer Harvey Weinstein es abofeteado en un restaurante de Arizona).
De acuerdo a la información que se baraja por ahora, sin confirmaciones oficiales, la fundadora de la casa Marchesa se embolsaría una cifra de ocho cifras por el tiempo que pasó casada con el antes poderoso hombre de Hollywood, que el portal Page Six sitúa entre los 15 y los 20 millones de dólares, en función del acuerdo prenupcial.
Según ese mismo documento, Georgina Chapman recibiría 300.000 dólares en concepto de pensión de manutención por cada año de matrimonio, una suma que aumentaría hasta los 400.000 dólares tras su décimo aniversario. (Leer también Harvey Weinstein responde a Salma Hayek: debería estar agradecida).
La cuestión es que, pese a que ella anunció unilateralmente su separación el pasado octubre, legalmente su unión aún seguía vigente y no fue hasta el 15 de diciembre cuando la expareja cumplía oficialmente diez años casados. Ese detalle podría marcar una gran diferencia a nivel financiero para Georgina dependiendo de en qué fecha se fije el fin de su vida en común.
Al margen de qué decisión hayan tomado al respecto, lo que estaría ya decidido es que Georgina Chapman, madre de dos hijos junto a Weinstein, obtendrá un porcentaje -se cree que más de cuatro millones- de la división de su patrimonio en común, que incluiría un edificio en el West Village de 15 millones y una casa en la playa situada en los Hamptons, además de la custodia principal de sus hijos.