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Nacido en Zipaquirá el 3 de marzo de 1940, Germán Castro Caycedo fue un escritor y cronista colombiano. Sus obras sobresalieron alrededor del mundo gracias a los testimonios sobre la realidad de Colombia.
Según informa Noticias Caracol, el periodista falleció en su casa a causa de una lucha contra el cáncer y fue su esposa quien confirmó su muerte en una entrevista concedida a Blu Radio.
Con más de 25 obras escritas, Castro Caycedo logró obtener varios reconocimientos a lo largo de su carrera, como el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar (1976), Premio América Latina SIP Mergenthaler (1974), “Premio a la Vida y Obra de un Periodista” (2015), entre otros.
En el año 1967 empezó a trabajar en el periódico El Tiempo como cronista, lo que le permitió estar más de una década viajando alrededor del país y el mundo, contando esas historias que lo caracterizaron durante toda su carrera.
En una entrevista concedida al El Espectador y escrita por Isabel López Giraldo, el escritor habló sobre su oficio y la manera en la que para él, escribir le daba significado a su vida. “Escribir una crónica es narrar. Narrar la vida, contar historias, pero contarlas bien. Contar bien es avanzar por sobre los picos altos de las historias: ir de un momento intenso a otro: se llaman “clímax”, y si se engarzan uno con otro, aparece algo que se llama “ritmo”, y si se logra el ritmo, ya el lector es tuyo. Y frente al ritmo debe aparecer el contraste. Es que la vida es un contraste permanente: la vida y la muerte, el amor y el odio. Y más allá del contraste está el tiempo ¿Cuánto transcurrió durante aquel atardecer? Ese tiempo hay que paladearlo con detalles: se llama manejo del tiempo dramático”, comentó Castro Caycedo.
Algunas de sus obras más reconocidas fueron Mi alma se la dejó al diablo (1982), El Karina (1985), El Hueco (1988), El Cachalandrán Amarillo, (1989), El Huracán (1992) y La Bruja (1994), entre otras tantas piezas que fueron, son y serán valiosas para el periodismo y la literatura colombiana.
Además de desempeñarse como periodista y escritor, en 1976 se vinculó a la productora RTI Televisión y dirigió durante 20 años el programa semanal “Enviado Especial”, que marcó la diferencia en la televisión colombiana en la década de los 70 y 80 al ser el primer espacio dedicado al periodismo de denuncia. Este programa lo llevó a ganarse el Premio Nacional APE al mejor programa de televisión.