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¿Cómo ha cambiado la industria del fitness durante la pandemia del COVID-19?
Recién empezó la pandemia, llevaba solo dos semanas con el laboratorio abierto… Para poder emprender este proyecto tuve que dar absolutamente todos mis ahorros, me quedé con lo del mes. Cuando empezaron a decir que nos iban a encerrar y empezó la cuarentena, pasaron dos semanas con las ventas en ceros. Estuve muy deprimido, sin querer hacer nada porque pensé que estaba en la quiebra y había perdido todo el patrimonio familiar. Luego empezó la gente a entrenar en casa, a moverse, a hacer ejercicio por salud… y todo se reactivó.
¿Cuál fue el mayor reto de sacar su emprendimiento Proscience adelante en esta situación?
El desafío fue que por la alta demanda me empecé a quedar sin materias primas, y no estaban entrando al país por el tema del cierre de aeropuertos y demás, el mundo estaba paralizado. Tuve que cambiar de proveedores, hacer otras estrategias, reinventar mi empresa, y considero que la pandemia me hizo crecer y evolucionar en un año, lo que pude haber hecho en cuatro o cinco.
¿Qué tiene que ver la ingeniería corporal con el tema de los suplementos?
La ingeniería corporal fue la que le dio rienda suelta a mi nuevo entorno empresarial. Esta es una empresa en la que tenía como referencia las disqueras, que firman con diferentes artistas… Quería firmar con diferentes atletas, teniendo clara la premisa de no vender solo el físico, sino también conocimiento. Soy ingeniero agroindustrial, y las ingenierías son ciencias exactas, y sentí que a la industria del fitness le hace falta mucho eso.
¿Fue a partir de su conocimiento científico que empezó a conceptualizar sobre el mundo del fitness?
Quería romper ese ciclo de desinformación en la industria, que se da gracias a la ingenuidad de la gente, basándome en mi conocimiento sólido. El fitness está lleno de mitos: que la faja, que las pastillas reductoras, que el aceite, que las rutinas… son cosas que muchas veces son falsas y no funcionan.
¿Qué consecuencias puede traer el fitness mal aplicado basado en mitos?
Un amigo murió por el fitness mal aplicado… Voy a hablar de un tema que es tabú, pero es muy común en el mundo del deporte, y es el abuso de sustancias conocidas como esteroides anabólicos. A él le empezaron a vender la idea de que podía ser grande y musculoso si consumía estas sustancias, y se volvió adicto, hacía competencias de fisicoculturismo cada sábado… Estaba mal porque el cuerpo tiene que descansar. Luego de exigirse tanto y no hidratarse, el intestino le falló, se le dañó por completo, lo intervinieron dos veces, pero no lo pudieron salvar.
Para crear esta atmósfera de “fitness bueno” usted venía del mundo deportivo y musical. ¿Encontró algo en estos campos que le ayudó a fortalecer el conocimiento que ya tenía?
No, todo lo contrario. Salí de la industria musical en una época bastante oscura de mi vida, estaba muy cerca de ser alcohólico, trabajaba gracias a la vida nocturna y no supe controlar eso con lo personal. Las cosas se salieron tanto de control, que tomé la decisión de retirarme de ahí… Un día desperté y dejé todo eso atrás, y fue el mismo día que mi esposa me dijo que estaba embarazada. Mi terapia para desintoxicarme de todo ese alcohol que había consumido fue ir de lunes a domingo al gimnasio.
¿Qué tanto se complementa su rol de influenciador con su marca y su empresa?
Un montón, porque Proscience ganó mucha credibilidad y eso le ayudó mucho a este proyecto. Hay empresas de suplementos que llevan más de 20 años en el mercado, y no han sido capaces de exportar; llevo año y medio en esto, y ya lo estamos haciendo. Eso fue posible porque la gente me creía mucho como influenciador, le doy muchas gracias a esa herramienta, porque es la que me ayuda a impulsar cada vez más este emprendimiento.