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Harry Styles es quizás uno de los artistas mejor vestidos del mundo, demostrando así que sabe estar a la altura de su apellido. De hecho, el exintegrante de One Direction siempre ha tenido un estilo único, tanto que Vogue lo eligió para la portada de noviembre de 2020. A la víspera del lanzamiento de su nuevo álbum Harry’s Home (La casa de Harry), al sentarse para una entrevista con el periodista de música Zane Lowe, la estrella pop lució un suéter de mohair bordado con una imagen de una casa y dos corazones, una creación de la modista de prendas de punto Ilana Blumberg. Al teléfono, desde su estudio en Londres, la diseñadora revela cómo nació la colaboración con el artista. Una asistente de Harry Styles ya era su cliente, hasta que un día, sorpresivamente, el estilista del cantante, Harry Lambert, le pidió crear una prenda personalizada. “Prácticamente sabían lo que querían: un suéter esponjoso con el motivo de una casa”, cuenta. Empezó así un intenso proceso de cocreación, con muchas conversaciones sobre el color y el diseño de la casa. “Nunca estudié tejido ni moda, pero fui a la escuela de arquitectura, ¡así que es gracioso que haya terminado aquí dibujando casas!”, dice.
¿Qué es lo que más ha apreciado de colaborar con Harry Styles?
Es divertido saber que tu trabajo será visto de manera tan amplia. Ser diseñadora de prendas de punto es un nicho, por lo que es agradable hacer un trabajo que las personas en mi vida, fuera de las prendas de punto, puedan entender. Finalmente, mis padres creen que tengo un trabajo de verdad. Y la histeria que rodea a Harry no tiene paralelo. Mucha gente tiene mucho que decir sobre él, ha sido muy divertido ser parte de eso.
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¿Cómo surgió en su vida su interés por la moda? ¿Y el punto en particular?
Siempre he tejido desde que mi abuela me enseñó de niña. Cuando conocí la máquina de tejer fue amor a primera vista. No entendía nada de moda hasta que comencé a hacer cosas de una manera seria. Tan pronto como entendí la toma de decisiones detrás de esto, de repente el valor se hizo muy evidente. Estoy convencida de que el género de punto es la disciplina más bella que se pueda imaginar. Cada pieza crece, desde un solo hilo, hasta darle forma: es preciso y matemático, con tanta lógica, que comienza a sentirse casi “natural”, una extensión del diseño natural. La red está construida con cada bucle su propia partícula indispensable. Hay tanta elegancia en su uniformidad. Un suéter es el objeto universalmente más reconfortante que puedes tener, y es increíble trabajar en una disciplina tan tradicional, pero también accesible.
¿Cómo describiría su proceso creativo?
No me formé en moda, por lo que me faltan muchas convenciones de diseño (para bien o para mal): el proceso de investigación puede ser caótico e intuitivo. A veces dejo que los materiales me muevan, o estoy resolviendo problemas prácticos que tengo con el uso de ropa. Me gusta que mi trabajo sea extremadamente sensible a la temperatura y la comodidad. Por lo general, puedo ver el producto terminado en mi mente antes de comenzar a hacerlo. Solo dibujo para poder comunicar ideas con otras personas. Empiezo a hacerlo hasta que he finalizado cada detalle en mi mente. Cuando estoy en un autobús, o no estoy haciendo nada, generalmente estoy pensando en la mejor manera de construir algo, es como un rompecabezas que necesito resolver.
Los géneros de punto se han vuelto populares en la moda desde que fueron presentados primero por Elsa Schiaparelli y luego por Coco Chanel. ¿Quiénes han sido sus influencias?
No puedo afirmar que sepa mucho sobre la historia de las prendas de punto contemporáneas en la moda, y qué o quién las hizo populares. Pienso con la lógica de las prendas de punto, con el objetivo de crear cosas que la gente realmente necesite y disfrute. Me inspiro en mis propias necesidades, el humor y las atracciones estéticas instintivas en el color y el material. Parece obvio, pero mirar al pasado se siente increíblemente importante como una herramienta para traer atemporalidad y longevidad, la práctica “sostenible” más importante, ya sea en estilo o detalles técnicos de tejido. No suelo tomar referencias de la moda en particular, sino de otros medios como el cine, la gente, la arquitectura, las matemáticas. Mi hermano, Daniel Blumberg, y especialmente sus dibujos, siempre serán mi mayor influencia. Mi diseñadora de vestuario favorita es Ada Skolmen (diseñadora de vestuario de Edvard Munch de Peter Watkins). A mi amiga y colaboradora Rachel Fleminger Hudson, por su apasionada investigación y rigor estético. Edificios: arquitectura brutalista, sus fachadas y colocación de ventanas.
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¿Qué cree que la hace única?
Como todos los diseñadores, mis influencias, mi personalidad y mi trayectoria. Pero tengo estándares de calidad y funcionalidad excepcionalmente altos. No estoy necesariamente dispuesto a influir en la cultura. Es más relevante que las cosas se hagan excepcionalmente bien. Mucha moda de lujo ahora se enfoca más en la imagen que en el objeto real.
¿Cuál es su propósito al crear prendas de punto?
Me mueve la obsesión. Siguiendo el deseo estético y el aprendizaje. También me gusta sentirme responsable por las personas que me rodean. Mi papel en la comunidad es brindarles a las personas opciones prácticas y hermosas sobre cómo mantenerse abrigadas y vestirse con orgullo. Soy consciente de que el precio de las prendas de punto hechas a mano puede hacer que esto parezca un poco una fantasía, pero estoy trabajando en ello.
¿Tiene preferencia por tejidos y técnicas específicas?
Me encanta usar las técnicas más simples posibles: tejido sencillo y ribs simples. Con un material y una construcción hermosos, no hay nada más elegante. Utilizo máquinas domésticas manuales y, en ocasiones, máquinas electrónicas programables, pero para mí es importante que el resultado sea siempre algo que puedas hacer a mano. Las técnicas son las mismas, sin embargo, el proceso de fabricación está automatizado, para que sea asequible. Me gusta cuando parece que tu cerebro puede entender el objeto que está mirando y que está diseñado para un propósito. La lana es mi material número uno, y no veo que eso cambie pronto.