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Harvey Weinstein, condenado a 23 años de prisión por violación y agresión sexual, fue trasladado este miércoles a la prisión de máxima seguridad de Wende, en el norte del estado de Nueva York.
El exproductor de cine, identificado como el prisionero número 20B0584, se encontraba hasta el momento en la cárcel de Rikers Island, en la Gran Manzana, a donde fue llevado instantes después de ser declarado culpable el pasado 24 de febrero, aunque también ha pasado varios días en el Hospital de Bellevue tras sufrir dolores en el pecho y palpitaciones cardíacas.
Antes de ser trasladado a Wende, el productor de éxito pasó por otra prisión en la localidad neoyorquina de Elmira, apuntan los medios locales, aunque se desconoce el porqué de esa escala.
En Wende, Weinstein pasará el proceso de recepción del sistema de prisiones en el que los oficiales del centro le asignarán una clasificación de seguridad y determinarán en qué centro pasará sus 23 años de sentencia. (Le puede interesar: Harvey Weinstein: "Tengo remordimientos por esta situación").
Según explicó a Page Six Herbert Morales, de la asociación de centros correccionales de Nueva York, el proceso durará unos 60 días, tras lo que Weinstein probablemente será enviado a otra cárcel para el resto de su condena.
Este procedimiento al que se someterá el cineasta incluye la entrega de sus posesiones antes de recibir una ducha y ser afeitado para evitar el contagio de piojos, apuntó Morales.
"Se le darán unas botas, unas zapatillas, tres pares de pantalones, cuatro camisas, un abrigo y varias piezas de ropa interior y camisetas", enumeró.
Harvey Weinstein, de 67 años, fue hallado culpable por un jurado a finales de febrero de agresión sexual en primer grado, que acarrea entre 5 y 25 años de prisión, por practicar sexo oral a la fuerza a la ayudante de producción Mimi Haley en 2006; y de violación en tercer grado, penada con máximo 4 años, contra la aspirante a actriz Jessica Mann en 2013.
El pasado 11 de marzo, fue condenado a 23 años de prisión después de que la Fiscalía solicitara al juez del caso, James Burke, una sentencia que reflejara "la gravedad de sus acusaciones" y "la falta de remordimiento por el daño que ha causado".
Además, argumentó ante el juez que el productor tenía un historial de agresiones y acoso sexual, mal comportamiento y malas acciones en el ambiente laboral y otras acciones diversas desde 1978.