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¿Cómo le gusta que le digan: autor, libretista, escritor o maestro?
Me gusta que me digan Héctor, aunque he pasado muchos años de mi vida contando historias, es Héctor Forero el personaje con quien estoy siempre, procuro cuidar todo lo que implica el nombre y lo que hay atrás de él. Trabajar por ser el personaje más importante de la historia de mi vida ha sido una decisión y una constante. Amo cuando me llaman por mi nombre, sin etiquetas.
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Desde su punto de vista de creador de historias, ¿hay una fórmula para hacerlas exitosas?
Sí, quitarle la parte romántica a esto que hago y verlo bajo la luz que exige un negocio cualquiera. Es importante entender términos como producto, cliente, oferta, demanda, responsabilidad, mercado y, por lo tanto, prepararse siempre. La fórmula es entrenarse a diario, conocer el producto (técnica, estructura y nuevas demandas del mercado), y eso requiere disciplina y estudio.
Una de sus creaciones, “Padres e hijos”, fue el semillero de muchos talentos, ¿para Héctor Forero que representó esta producción?
Tengo dos visiones de esos primeros siete años en Padres e hijos. La primera, una bendición, en donde fui muy feliz cuando escribía, fue mágico y me demostró de qué estaba hecho Héctor Forero. La segunda, una pesadilla que al recordar me conecta con momentos muy difíciles. No fue fácil mantenerme tanto tiempo ahí. Fuera del guion, mi vida era una pesadilla porque amé tanto esa serie que permití mucho maltrato de compañeros y jefes.
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Lleva 15 años en México haciendo historias exitosas, ¿qué ha sido lo más difícil de ese proceso?
Quizá vencer el miedo al vacío, a no tener nada, a quedarse sin dinero, me he quedado con cero pesos muchas veces en este proceso y digamos que me ha implicado soltar muchas cosas. Como un jugador que apuesta todo por su sueño. Hoy puedo decir que México es mi gran sueño materializado, aquí sentí lo que era abrazar un sueño, abrazar la felicidad y bailar con la dicha de estar vivo. México es mi amor, mi gran amor.
También es autor de muchos libros. ¿Dónde se siente más cómodo: escribiendo libros, obras de teatro o telenovelas?
Este es un trabajo terriblemente solitario, creo que es la incomodidad más grande con la que he tenido que lidiar, pero un día me enamoré de la insoportable soledad, y creo que la llevamos bien. Sin embargo, amo estar frente al público, conocer a mis lectores, firmar libros y esos espacios en donde pueda contar historias en vivo me hacen sentir muy cómodo.
Dentro de poco va a dictar un taller, cuéntenos esa historia, ¿dónde, cuándo...?
Es el taller que cualquier persona de la industria tendría que tomar, y más actualmente en donde saber guionismo es la herramienta que cualquiera que pertenezca a este negocio debe saber. Será en el teatro La Mama, del 16 al 21 de mayo. Es un viaje por el diseño de la historia, creación de estructura, guion piloto, creación de personajes. Para mí es el taller más honesto y completo que existe en el mercado.
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¿Hay ausencia de buenos guionistas en Colombia, ¿Qué mirada le da a eso?
Siento que tenemos talento, pero también grandes barreras como creadores. Nos cuesta ser universales y en muchos casos falta preparación, mucha gente quiere hacer esta carrera sin estudiar y los que estudian se van a universidades en donde les enseñan cosas que jamás van a usar en su vida profesional. Siento que tenemos una ausencia muy marcada de buenas historias y nos quedamos en un tema muy limitado por lo local. Para mí ha sido un reto vencer mis propios límites de lo local para entrar a algo más universal.
¿Cómo ve el futuro de la televisión con el “boom” de los formatos digitales?
Pues es una realidad que la masa ya no ve televisión, pero es una realidad también que la televisión logra algo que los formatos no tienen, y es que unifica a la familia frente a un contenido. Soy optimista. Creo que las dos pueden coexistir. Siento que hay mucha burocracia en la televisión, lo que impide generar cambios interesantes y rápidos. Pero soy optimista. Siento que es más gratificante trabajar para la tele abierta que para una plataforma. Hoy estamos viendo que muchos contenidos que tuvieron su paso por televisión abierta son bienvenidos en plataformas, y eso despeja un poco la visión sobre el tema.
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Como escritor, ¿hasta dónde quiere llegar?
Al corazón de millones y millones de personas con mis historias, las que de una u otra manera transformen sus vidas. Por eso tengo tantos frentes, teatro, televisión, ahora ando metido con el tema del cine, los libros. Mi lugar está en esos millones de corazones vibrando con las historias que les cuento.
“Cuéntame una historia” es también su más reciente libro, ¿cómo lo describe?
Es una visión honesta, transparente, concreta de una técnica de escritura que a mí me ha permitido construir esta carrera por más de 30 años y que comparto con un solo deseo: que muchas personas que tienen grandes historias para contar y no saben cómo hacerlo encuentren en este texto un camino muy fácil, muy sencillo para hacerlo. Todos necesitamos contarnos historias para vivir y vivir para contar nuestras historias.