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¿Cómo fue para usted todo el proceso de internacionalización de su carrera como presentadora?
Estaba trabajando en Colombia e hicieron un casting para trabajar en Telemundo, invitaron a todas las presentadoras menos a mí. Me extrañó que no me hubieran invitado, no entendí por qué. Ocho meses después estaba de vacaciones en Miami, a través de una amiga conocí a la vicepresidenta de talento de Telemundo y quise ir, cuando fui, alguien me preguntó si yo tenía trabajo, le comenté lo que hacía, y me preguntó que por qué no había asistido a la prueba que habían hecho. Me hicieron el casting y quedé.
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¿Cómo ve usted el panorama laboral en los medios de comunicación? ¿Considera que son más incluyentes que antes?
Pienso que hoy en día los medios de comunicación son un poco más abiertos en cuanto a la diversidad, mucho más que antes. Un ejemplo es que en Estados Unidos la comunidad mexicana ha sido la más numerosa, y por muchos años les decían que “neutralizaran el acento”. Hoy en día tenemos personas de todos los países trabajando en televisión, desde españoles hasta colombianos... esto hubiera sido impensable hace algunos años, por eso siento que hemos evolucionado y nos hemos globalizado, aunque todavía falta mucho por recorrer.
¿De qué manera plasma usted el tema del racismo y la xenofobia en su libro “Es mi turno”?
En mi libro van a encontrar la historia de una niña chocoana que no tenía un referente en la televisión colombiana, no soñaba con estar ahí porque no había nadie que se pareciera a ella, una niña tímida que a los diez años tuvo que enfrentar su primera agresión racista y que trató de omitir eso para poder salir adelante. Este es el caso de muchas personas que, por años, deciden callar momentos desagradables o traumáticos que han vivido para poder seguir persiguiendo sus sueños, pero, sobre todo, el relato de una mujer inmigrante que llega a Estados Unidos y se convierte en la primera mujer negra en presentar el noticiero en español más importante del país.
Fue un proceso largo llegar hasta donde está. ¿Cuál ha sido el momento más complicado de todo este camino que recorrió?
Hay muchos momentos y cosas que se viven. Cuando tú llegas a una posición pasan varias cosas difíciles, pero definir un momento específico no podría, porque no puedo menospreciar ninguna de las vivencias que tuve, ni buenas ni malas, porque todo hace parte de lo que me trajo aquí y de lo que hoy me hace ser quien soy.
¿Qué tal fue escribir “Es mi turno”? ¿Disfrutó haciendo el libro?
Siempre tuve claro que quería contar mi vida, mis vivencias contadas por mí misma. En la parte de la estructura siempre se reorganiza la manera en la que van los capítulos, pero nunca lo que yo dije lo tocó alguien. Fue difícil, me demoré casi dos años escribiéndolo y a veces quería contar ciertas cosas, luego me arrepentía... fue todo un proceso.
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¿Qué consejo les daría a los colombianos que quisieran ir a buscar otras oportunidades en otro país?
Es un consejo muy difícil de dar. Estamos en otra época, yo llegué a Estados Unidos hace veinte años y las cosas han cambiado mucho, tuve que vivir unos retos específicos... pero el único consejo que siento que le puedo dar a una persona que quiera perseguir sus sueños es disciplina, prepararse, tocar puertas, no cansarse nunca y luchar siempre, todos tenemos derecho a soñar y a que nos den oportunidades. Las oportunidades que alguna vez me negaron no quiero que se las nieguen a nadie, y las puertas que me abrieron quiero que permanezcan así para otras personas... por eso levanto mi voz, para que estos espacios sigan abiertos a las minorías.
Usted ha cubierto temas importantes como el huracán Katrina, los terremotos de México, las elecciones presidenciales, la pandemia... ¿qué le ha dejado a su vida profesional todos estos momentos?
La oportunidad de poder vivir y reportar esas experiencias es única, porque hay historias que no se pueden contar desde un escritorio. Estando allí es completamente distinto y te da una perspectiva de la realidad completamente distinta. Hacer un noticiero en Colombia y en Estados Unidos es completamente distinto.