Inspiración ranchera

Alicia Juárez conoció la otra cara del ídolo. Ella, la última pareja del compositor mexicano José Alfredo Jiménez, fue el motivo de inspiración de buena parte de sus frases más románticas, pero también la causante de sus más prolongados enfados. A la cantante la mandó, mucho más de lo que se sabe, hasta el otro lado del mundo a raíz de discusiones personales, que después de varios años fueron parte del historial sonoro de su país.

Gracias a esas desavenencias maritales, provocadas muchas veces por la diferencia de edades, pues él tenía más de 40 y ella no cumplía aún los 20, es posible repetir frases como: “Ojalá que te vaya bonito,/ ojalá que se acaben tus penas,/ que te digan que yo ya no existo,/ que conozcas personas más buenas”. Esa canción se la compuso José Alfredo Jiménez a Alicia Juárez después de una pelea que duró varios días.

“José Alfredo cuando te mandaba al diablo decía ‘si es de noche que no salga la luna y si es de día que no salga el sol’. Él tenía una forma muy particular de mandarlo a uno al diablo. Era elegante hasta para eso”, comenta nostálgica la artista mexicana, quien confiesa que su vida nunca fue color de rosa. Ella sufrió como cualquier mujer casada con alguien a quien el vicio lo está dominando. El compositor era un genio y por eso tenía la habilidad para hacer brillantes aquellos momentos lindos, pero también se iba al extremo contrario en un segundo y lo ofensivo que decía, era más que devastador.

Alicia Juárez se volvió a casar. Tiene hijos y una nieta que se le ha convertido en el centro de la existencia. Sin embargo, sigue extrañando a José Alfredo Jiménez y en este momento está escribiendo un libro con todos los detalles de su historia. Ese proceso de revivir el pasado y recordar anécdotas la ha conducido a una conclusión: “Muy pocos hombres son capaces de amar cómo lo hacía él. Era un fuera de serie en todos los sentidos”.

Juárez es hechura total de Jiménez. Ahora siente que analiza todo mucho mejor y trata de proyectar más el significado de la letra. No sólo se preocupa por estar afinada, también siente lo que está cantando y hace lo posible por hablarle al oído a alguien en el público para que entienda lo que quería decir el compositor con sus creaciones.

“Si José Alfredo hubiera visto algunos de los espectáculos que montan hoy los mariachis, se revolcaría. Hay personas vestidas de forma tradicional bailando en el escenario y eso era inconcebible para él, porque tenía un respeto profundo por la tarima. A la gente se le olvida que ese vestido es parte de nuestra historia y merece respeto”, comenta Alicia Juárez, a quien no le gusta ver a las cantantes contemporáneas con falda de charro combinada con tacones puntilla y blusa escotada.

La tonada ranchera tiene su momento y su atuendo, y para confirmarlo llegó a Colombia Alicia Juárez, la musa de José Alfredo Jiménez, quien afirma que a pesar de los años de ausencia jamás soltó la rienda.

Hoy y mañana, 8 p.m. Teatro Colsubsidio, calle 26 Nº 25-40. Información y boletería: 593 6300 y www.tuboleta.com.

Alicia Juárez conoció la otra cara del ídolo. Ella, la última pareja del compositor mexicano José Alfredo Jiménez, fue el motivo de inspiración de buena parte de sus frases más románticas, pero también la causante de sus más prolongados enfados. A la cantante la mandó, mucho más de lo que se sabe, hasta el otro lado del mundo a raíz de discusiones personales, que después de varios años fueron parte del historial sonoro de su país.

Gracias a esas desavenencias maritales, provocadas muchas veces por la diferencia de edades, pues él tenía más de 40 y ella no cumplía aún los 20, es posible repetir frases como: “Ojalá que te vaya bonito,/ ojalá que se acaben tus penas,/ que te digan que yo ya no existo,/ que conozcas personas más buenas”. Esa canción se la compuso José Alfredo Jiménez a Alicia Juárez después de una pelea que duró varios días.

“José Alfredo cuando te mandaba al diablo decía ‘si es de noche que no salga la luna y si es de día que no salga el sol’. Él tenía una forma muy particular de mandarlo a uno al diablo. Era elegante hasta para eso”, comenta nostálgica la artista mexicana, quien confiesa que su vida nunca fue color de rosa. Ella sufrió como cualquier mujer casada con alguien a quien el vicio lo está dominando. El compositor era un genio y por eso tenía la habilidad para hacer brillantes aquellos momentos lindos, pero también se iba al extremo contrario en un segundo y lo ofensivo que decía, era más que devastador.

Alicia Juárez se volvió a casar. Tiene hijos y una nieta que se le ha convertido en el centro de la existencia. Sin embargo, sigue extrañando a José Alfredo Jiménez y en este momento está escribiendo un libro con todos los detalles de su historia. Ese proceso de revivir el pasado y recordar anécdotas la ha conducido a una conclusión: “Muy pocos hombres son capaces de amar cómo lo hacía él. Era un fuera de serie en todos los sentidos”.

Juárez es hechura total de Jiménez. Ahora siente que analiza todo mucho mejor y trata de proyectar más el significado de la letra. No sólo se preocupa por estar afinada, también siente lo que está cantando y hace lo posible por hablarle al oído a alguien en el público para que entienda lo que quería decir el compositor con sus creaciones.

“Si José Alfredo hubiera visto algunos de los espectáculos que montan hoy los mariachis, se revolcaría. Hay personas vestidas de forma tradicional bailando en el escenario y eso era inconcebible para él, porque tenía un respeto profundo por la tarima. A la gente se le olvida que ese vestido es parte de nuestra historia y merece respeto”, comenta Alicia Juárez, a quien no le gusta ver a las cantantes contemporáneas con falda de charro combinada con tacones puntilla y blusa escotada.

La tonada ranchera tiene su momento y su atuendo, y para confirmarlo llegó a Colombia Alicia Juárez, la musa de José Alfredo Jiménez, quien afirma que a pesar de los años de ausencia jamás soltó la rienda.

Hoy y mañana, 8 p.m. Teatro Colsubsidio, calle 26 Nº 25-40. Información y boletería: 593 6300 y www.tuboleta.com.