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¿Quién es Juan Pablo Socarrás?
Bueno, Juan Pablo Socarrás es un gestor social. Un diseñador, un hombre que se levanta todos los días con un propósito clarísimo: hacer visible las historias invisibles e invaluables, y este propósito me lo dio mi mamá. Un silencioso soñador, calmado, tranquilo, noble. Tal vez a ese Juan Pablo muy pocas personas lo descubren y muy pocas personas quieren descubrirlo.
Háblenos de su proyecto “Historias Hechas A Mano”, ¿de qué trata?
Historias Hechas A Mano, nace como un eslogan porque en Juan Pablo Socarrás no solo hacemos nuevos productos si no hacemos historias. Historias cada vez que tenemos algo. Mostramos al mundo que hay personas, que generaciones, que hay culturas de mujeres tejiendo la historia de sus países.
¿Qué fue lo que le despertó el interés en trabajar con comunidades?
Ya son 17 años trabajando con las comunidades artesanales indígenas, afrodescendientes, desplazadas, víctimas, y en contextos difíciles en Colombia y ahora en México y Guatemala.
El interés se despertó desde muy joven, mi primer trabajo fue en UNICEF, trabajando por los niños donando mi tiempo. Siempre tuve un interés de tener una fundación para niños con cáncer, pero habiendo afrontado este tema no me sentí tan capaz de saber cómo a través de mi trabajo podía ayudar. Entendí que, a través del diseño, de lo que he estudiado podría impactar a las personas de una forma diferente. Trabajar en artesanías de Colombia fue mi mejor maestría, y hoy me ha dado la posibilidad de trabajar con comunidades, no solamente en Colombia, sino en Latinoamérica, y no solamente poblaciones artesanas, indígenas y afrodescendientes, sino también comunidades en contextos difíciles por todo Colombia. Ahora tengo la oportunidad de transitar por un mundo de la sostenibilidad, que también es gracias a este proyecto.
¿Qué ha sido lo más difícil de sacar adelante el proyecto HHAM?
Lo más difícil de sacar este proyecto adelante es que las empresas privadas crean en él, y paso a paso lo estamos logrando. Lo más difícil es llegar a comunidades nuevas y que entiendan el proceso de capacitación y formación, que lo que buscamos es entregarles habilidades blandas a todas estas comunidades, no nos queremos ni aprovechar ni apropiar, ni robar su conocimiento. Lo que buscamos es la sostenibilidad para ellas, también lo más difícil es que hemos encontrado personas aprovechadas, hay muchas personas que se han querido aprovechar de esto.
¿Qué ha sido lo más gratificante de este proyecto?
Lo más gratificante del proyecto es la dignificación colectiva y la dignificación individual de las mujeres con las que estamos trabajando. Estamos logrando que comprendan y entiendan que sus manos tienen dones, que tienen sabiduría, que son mujeres que tienen un valor increíble, que son mujeres que son la historia de un país, que son el recorrido resultante de generaciones, que tienen un valor, que todo lo que hacen construye su autoestima, construye su dignificación cotidiana. Es lo que más eh ha logrado en este proyecto, y pues obviamente el impacto ambiental y económico, pero no es solo eso, sino también la dignificación de cada una de ellas y la transformación de sus vidas, de mucho o poco, pero el impacto ha sido medible y viable
¿Cuál es la percepción que usted tiene de moda en Colombia con respecto a otras partes del mundo?
Para mí, la moda en Colombia está muy bien estructurada, no solamente como desfiles y colecciones sino también todo el mundo de la moda de las pasarelas y la conceptualización. El maquillaje y la empresa de la comunicación de moda de todo Colombia va un paso adelante frente a muchos países de Latinoamérica. Colombia es un país que está muy bien estructurado, inex moda, el Bogotá Fashion Week, la cámara, todas las organizaciones que apoyan la moda colombiana, los productores, el styling… Todos están un paso adelante con respecto a muchos países.
¿Como HHAM pasó de Colombia a Latinoamérica?
Pasamos de impactar 17 años en Colombia a empezar a impactar ahora en México y Guatemala. Queremos seguir impactando en diferentes países, pues ha sido un proceso lento pero seguro, ha sido un proceso en el que estamos con 3 comunidades artesanales con Historias Hechas A Mano: en Colombia, Sutatausa; una comunidad en Oaxaca, de tejedoras en San antonino; y una comunidad en San Domingo de Xenacoj, en Guatemala.
Donde en cada comunidad estamos formándola, transfiriendo el conocimiento, entregándole habilidades blandas. Desde el mes de marzo hasta diciembre, donde buscamos generar sostenibilidad y viabilidad en diferentes puntos, transitando en esta sostenibilidad desde el punto económico del pago justo, el punto cultural dándole voz a todas estas mujeres, y el punto ambiental transformando materiales. Lo hemos logrado con el apoyo de la empresa privada latinoamericana.