A punto de cumplir 41 años el próximo mes de octubre, el Juli asegura que esta es una determinación que tomó hace mucho tiempo, pero que no había querido anunciar hasta que pasaran las grandes ferias de la campaña.
Foto: EFE - Kiko Huesca
Hijo de un novillero, Julián López llevaba el tema del toreo en la sangre. Fue haciendo su primera comunión cuando se encaró frente a frente con una becerra para poner en práctica lo que veía que hacía su padre. Solo tenía ocho años.
El Juli se inició en el toreo a mediados de los años 90, como alumno aventajado de la Escuela Taurina de Madrid, un niño prodigio vestido de luces que asombró desde el primer momento por su amplio conocimiento de la lidia, lo que le llevó a debutar con picadores con apenas trece años de edad.