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El controvertido Justin Bieber podría haber tomado la drástica decisión de expulsar de su casa de Calabasas (California) y de su vida a dos de los jóvenes raperos con los que se ha dejado ver con más frecuencia en los últimos meses, Lil Twist y Lil Za, ya que está convencido de que ellos son los responsables de la reciente desaparición de joyas y otras posesiones valiosas que estaban en su domicilio.
Mientras el ídolo adolescente se encontraba fuera de su vivienda --supuestamente custodiada por sus dos amigos--, sus compañeros se habrían dedicado a organizar fiestas multitudinarias y a permitir la entrada de numerosos desconocidos en el edificio, una situación que habría desatado la furia del cantante y propiciado su dramática expulsión. Como revela el portal de noticias TMZ, todavía se desconoce si Lil Twist y Lil Za son realmente los autores del hipotético robo, pero en cualquier caso el intérprete canadiense podría haberles vetado la entrada a su casa de por vida por su escaso cuidado a la hora de protegerla.
Quizá la seguridad que habría irradiado Bieber a la hora de deshacerse de ellos tenga algo que ver con los consejos de su mánager Scooter Braun, quien le habría advertido sobre los problemas que podrían acarrearle los dos artistas debido a su naturaleza incontrolable y a su especial gusto por la noche, según indicó una fuente cercana al mismo medio.
Pero la ruptura que Justin Bieber habría protagonizado con dos de sus mejores amigos también es sintomático del cambio de rumbo que está tratando de dar el artista en relación a su imagen pública, ya que parece haberse dado cuenta del efecto tan negativo que están teniendo para su carrera los excesos y los escándalos que han formado parte de su vida en tiempos recientes.
Dispuesto a comenzar una nueva etapa y mejorar su reputación, Justin Bieber se presentó en el último concierto que ofreció en Singapur 15 minutos antes de lo estipulado en el horario, lo que contrasta con las más de dos horas de retraso que solía dejar pasar antes de comenzar sus actuaciones, un bonito gesto que complementó con las 30 entradas gratuitas que repartió en un orfanato de la ciudad para que sus fans menos pudientes pudieran admirar a su ídolo.