Kate del Castillo: “Siento que soy yo otra vez”
La artista vivió momentos difíciles tras el mencionado escándalo con el narcotraficante Joaquín “Chapo” Guzmán. Ahora, libre de todo proceso judicial, vuelve a interpretar a la primera dama de México en “Ingobernable”.
Lilian Contreras Fajardo
Kate del Castillo disfruta tranquilamente de su trabajo y el éxito logrado con la serie Ingobernable tras superar definitivamente el tema relacionado con Joaquín Chapo Guzmán. “Estuve hecha pedazos; tuve que pegar cada uno de esos pedacitos. Me costó mucho trabajo, dolor, lágrimas y mucha lucha. Ahorita ya me siento completamente fuerte y siento que soy yo otra vez”, dice la actriz mexicana, quien nuevamente encarna a Emilia Urquiza, la esposa del presidente de México que fue asesinado en la ficción.
En 2016, justo cuando iba a firmar el contrato con la productora Argos, estalló el escándalo por la publicación de una entrevista firmada por el actor de Hollywood Sean Penn con Guzmán, líder del cartel de Sinaloa, quien en ese entonces estaba prófugo de la justicia. Esa conversación se dio gracias a la intervención de Kate del Castillo, por lo que la justicia de México la investigó. Este capítulo duró meses y finalmente se cerró a favor de la artista que, aunque protagonizó la primera temporada de Ingobernable, le tocó apoyarse en una doble para las escenas que necesariamente debían ser grabadas en Ciudad de México, donde se desarrolla la trama.
Las otras las filmó en San Diego, California (EE. UU.), pero al estar como “adormecida”, no recuerda casi nada. “Ni me acuerdo cómo la hice. Todo estaba tan a flor de piel, tan fresco, que no captaba un montón de cosas porque no estaba bien emocionalmente”, asegura.
Pero este 2018 todo es diferente y la Kate del Castillo que el espectador ve interpretando personajes fuertes en la pantalla es la misma que promociona la segunda temporada de la serie de Netflix que se grabó en parte en Bogotá, con la producción de la empresa colombiana AG Studios. “Me siento entera, feliz y encantada de haber hecho esta temporada porque creo que hay un cambio grande en mí como mujer y como actriz”.
En los nuevos capítulos, Emilia Urquiza sigue buscando el camino que la acerque a sus hijos. Según Del Castillo, su personaje sólo encontrará la tranquilidad cuando sepa qué ha pasado con ellos y con el país. “Creo que en esa temporada hay todavía más intensidad en todos los sentidos y mucha más acción”, enfatiza.
El personaje ha cambiado, pues según la artista ya no es de nadie, ni siquiera de los escritores, por lo que Emilia Urquiza encarna a la “mujer mexicana en el poder que le tocó vivir una realidad que no quiso y que fue todo un montaje para incriminarla… y muy fácil pudo haberse quedado allí en esa primera escena… y dejar que la culpen, pero no, prefirió ir por los culpables”.
En 2017, cuando la serie fue anunciada, los avances dieron a entender que se trataría una historia de amor inspirada en la relación del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y la primera dama, la exactriz Angélica Rivera. Pero cuando la producción se estrenó, la percepción sobre Ingobernable cambió, pues el público no vio una novela rosa, sino una denuncia sobre la corrupción de la política mexicana, un argumento que, a pesar de estar construido en el género de la ficción, sirve para mostrar lo que la televisión local no permite.
“Hablamos de temas que incumben a México, como los 43 estudiantes asesinados de Ayotzinapa, y en esta temporada esos acontecimientos están más generalizados. Los más graves sí hacen referencia a México, pero creo que todas las naciones latinoamericanas están gobernadas por gente corrupta”, enfatiza Del Castillo.
En la primera temporada de Ingobernable se privilegió el presente a partir de la muerte del presidente, y la nueva entrega dará respuesta a algunas historias del pasado. Los capítulos comienzan con Tepito tomado, primero por el ejército y luego por un cartel que está enquistado en el ejército (X8), que se mostraron vagamente pero que ahora el espectador podrá ver operando con descaro y tranquilidad pasmosa.
Según Epigmenio Ibarra, productor mexicano de la serie, el gran descubrimiento de la segunda temporada es que “Emilia se dará cuenta de que también es parte del mal que pretende combatir”. Puede quedarse en el poder, pero entiende que para cambiar la sociedad hay que hacerlo desde el tejido social, modificar la estructura mental y luego sí el sistema de gobierno.
Para él, el discurso de Ingobernable es que “el mal de la sociedad es sistémico, todos hacemos parte por machos, por dejados, por gobernables, y la única manera de resolver el problema del narcotráfico y la violencia es el fortalecimiento del tejido social, y eso no se hace desde arriba, se hace en medio de la gente”.
Por su interpretación de Emilia Urquiza, Kate del Castillo fue nominada al Premio Platino del Cine Iberoamericano como mejor actriz, un reconocimiento que sirve para el ego. Tal vez lo más satisfactorio que le ha dejado el personaje es el haber podido interpretarlo, pues tanto Netflix como la productora Argos decidieron apostar por ella a pesar del escándalo con Guzmán.
“Para mí esa es ya una satisfacción muy grande, sobre todo por el momento en el que me encontraba, sola en todos los sentidos. Todo lo que yo tenía se me fue. Esta serie fue como una salvación, fue de lo único de lo que me agarré”, dice.
La relación laboral entre la actriz mexicana y la plataforma digital se fortaleció aún más con la producción de Cuando conocí al Chapo, un documental que le permitió redimir su nombre y volver al estudio de grabación y darle continuidad a esta serie que, en palabras del productor, tiene la humilde pretensión de transformar el mundo.
Kate del Castillo disfruta tranquilamente de su trabajo y el éxito logrado con la serie Ingobernable tras superar definitivamente el tema relacionado con Joaquín Chapo Guzmán. “Estuve hecha pedazos; tuve que pegar cada uno de esos pedacitos. Me costó mucho trabajo, dolor, lágrimas y mucha lucha. Ahorita ya me siento completamente fuerte y siento que soy yo otra vez”, dice la actriz mexicana, quien nuevamente encarna a Emilia Urquiza, la esposa del presidente de México que fue asesinado en la ficción.
En 2016, justo cuando iba a firmar el contrato con la productora Argos, estalló el escándalo por la publicación de una entrevista firmada por el actor de Hollywood Sean Penn con Guzmán, líder del cartel de Sinaloa, quien en ese entonces estaba prófugo de la justicia. Esa conversación se dio gracias a la intervención de Kate del Castillo, por lo que la justicia de México la investigó. Este capítulo duró meses y finalmente se cerró a favor de la artista que, aunque protagonizó la primera temporada de Ingobernable, le tocó apoyarse en una doble para las escenas que necesariamente debían ser grabadas en Ciudad de México, donde se desarrolla la trama.
Las otras las filmó en San Diego, California (EE. UU.), pero al estar como “adormecida”, no recuerda casi nada. “Ni me acuerdo cómo la hice. Todo estaba tan a flor de piel, tan fresco, que no captaba un montón de cosas porque no estaba bien emocionalmente”, asegura.
Pero este 2018 todo es diferente y la Kate del Castillo que el espectador ve interpretando personajes fuertes en la pantalla es la misma que promociona la segunda temporada de la serie de Netflix que se grabó en parte en Bogotá, con la producción de la empresa colombiana AG Studios. “Me siento entera, feliz y encantada de haber hecho esta temporada porque creo que hay un cambio grande en mí como mujer y como actriz”.
En los nuevos capítulos, Emilia Urquiza sigue buscando el camino que la acerque a sus hijos. Según Del Castillo, su personaje sólo encontrará la tranquilidad cuando sepa qué ha pasado con ellos y con el país. “Creo que en esa temporada hay todavía más intensidad en todos los sentidos y mucha más acción”, enfatiza.
El personaje ha cambiado, pues según la artista ya no es de nadie, ni siquiera de los escritores, por lo que Emilia Urquiza encarna a la “mujer mexicana en el poder que le tocó vivir una realidad que no quiso y que fue todo un montaje para incriminarla… y muy fácil pudo haberse quedado allí en esa primera escena… y dejar que la culpen, pero no, prefirió ir por los culpables”.
En 2017, cuando la serie fue anunciada, los avances dieron a entender que se trataría una historia de amor inspirada en la relación del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y la primera dama, la exactriz Angélica Rivera. Pero cuando la producción se estrenó, la percepción sobre Ingobernable cambió, pues el público no vio una novela rosa, sino una denuncia sobre la corrupción de la política mexicana, un argumento que, a pesar de estar construido en el género de la ficción, sirve para mostrar lo que la televisión local no permite.
“Hablamos de temas que incumben a México, como los 43 estudiantes asesinados de Ayotzinapa, y en esta temporada esos acontecimientos están más generalizados. Los más graves sí hacen referencia a México, pero creo que todas las naciones latinoamericanas están gobernadas por gente corrupta”, enfatiza Del Castillo.
En la primera temporada de Ingobernable se privilegió el presente a partir de la muerte del presidente, y la nueva entrega dará respuesta a algunas historias del pasado. Los capítulos comienzan con Tepito tomado, primero por el ejército y luego por un cartel que está enquistado en el ejército (X8), que se mostraron vagamente pero que ahora el espectador podrá ver operando con descaro y tranquilidad pasmosa.
Según Epigmenio Ibarra, productor mexicano de la serie, el gran descubrimiento de la segunda temporada es que “Emilia se dará cuenta de que también es parte del mal que pretende combatir”. Puede quedarse en el poder, pero entiende que para cambiar la sociedad hay que hacerlo desde el tejido social, modificar la estructura mental y luego sí el sistema de gobierno.
Para él, el discurso de Ingobernable es que “el mal de la sociedad es sistémico, todos hacemos parte por machos, por dejados, por gobernables, y la única manera de resolver el problema del narcotráfico y la violencia es el fortalecimiento del tejido social, y eso no se hace desde arriba, se hace en medio de la gente”.
Por su interpretación de Emilia Urquiza, Kate del Castillo fue nominada al Premio Platino del Cine Iberoamericano como mejor actriz, un reconocimiento que sirve para el ego. Tal vez lo más satisfactorio que le ha dejado el personaje es el haber podido interpretarlo, pues tanto Netflix como la productora Argos decidieron apostar por ella a pesar del escándalo con Guzmán.
“Para mí esa es ya una satisfacción muy grande, sobre todo por el momento en el que me encontraba, sola en todos los sentidos. Todo lo que yo tenía se me fue. Esta serie fue como una salvación, fue de lo único de lo que me agarré”, dice.
La relación laboral entre la actriz mexicana y la plataforma digital se fortaleció aún más con la producción de Cuando conocí al Chapo, un documental que le permitió redimir su nombre y volver al estudio de grabación y darle continuidad a esta serie que, en palabras del productor, tiene la humilde pretensión de transformar el mundo.