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¿Cuándo descubrió su vocación de actriz?
Ni en la familia de mi papá ni en la de mi mamá hay una vocación artística marcada. Tengo un primo al que le gusta escribir y desde pequeños jugábamos a que él me hacía guiones y yo los actuaba. Éramos los únicos en la familia que teníamos esas ideas.
¿Cómo empezó su formación?
Cuando comencé el primer año de bachillerato, entré a un colegio que tenía un convenio con el Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali. Durante el día adelantaba la parte académica de mis estudios, mientras por la tarde hacía la parte artística. Viví en Cali hasta los 19 años, cuando llegué a estudiar a Bogotá.
¿Por qué decidió dejar Cali?
Desde los once años estudié con la intención de ser actriz, pero si me hubiera quedado en Cali, únicamente habría hecho teatro. Mi sueño era llegar a ser una actriz completa y por eso decidí venir a Bogotá.
¿Cómo fue la transición entre su ciudad y Bogotá?
Sentí una gran diferencia, porque en Cali la gente es muy calurosa. Allá los vecinos se conocen unos a otros, mientras aquí puede pasar un año sin que uno conozca a la persona que vive al lado del apartamento.
¿Cuál fue su primer proyecto en televisión?
Fue Un ángel llamado azul, en 2003. Era mi primer personaje para televisión y empezaba siendo muda. No tenía ni una sola línea de texto. La producción duró algo más de un año y en algún momento el ángel curó a mi personaje y empecé a tener textos. Fue muy bonito, porque tuve la oportunidad de trabajar con Leonor González y Carlos Benjumea.
¿Fue difícil pasar de “Las hermanitas Calle” a “Cuando vivas conmigo”, en tan poco tiempo?
Al comienzo me costó trabajo, porque cuando terminé de grabar Las hermanitas Calle todavía tenía el personaje de Rosa Calle muy impregnado. Terminamos esa producción el 15 de diciembre y empecé ensayos para Cuando vivas conmigo el 4 de enero. Había pasado muy poco tiempo y tenía muy pegado el acento paisa.
¿Cómo logró desprenderse de Rosa Calle?
Lo que más me ayudó fue el cambio de look para caracterizar al nuevo personaje. Me cortaron el pelo y me lo aclararon. Eso hizo que pudiera llegar al espejo y ver una persona diferente. El cambio de imagen también hizo que cambiara mi relación con la gente. Les empezó a costar más trabajo reconocerme y eso también me ayudó a dejar el papel atrás.
¿Qué ha sido lo más gratificante de trabajar en televisión?
Para mí se trata de algo muy personal. Me volví actriz porque amo lo que hago y no por la farándula. Creo que por eso cada proyecto en el que participo me trae una gran satisfacción y me emociona mucho. Cuando llegaron a entrevistarme en el lanzamiento de Cuando vivas conmigo, casi no podía hablar porque seguía con el ojo aguado.
¿Por qué es especial “Cuando vivas conmigo”?
Es una historia de gente normal a la que le ha tocado trabajar duro para salir adelante, eso hace muy fácil que la gente se conecte con los personajes. Creo que en últimas ese es el objetivo de la televisión; que la gente se sienta identificada con los que ve.
¿Quién es Armida López, su personaje en la novela del Canal Caracol?
Es una mujer soñadora que lo único que tiene en la vida es a su hermana Gertrudis. Ellas se separan y Armida cree que su hermana está muerta. Se aleja de ese pasado tormentoso viniendo a Bogotá y aquí empieza una nueva vida en la que tiene que guerrear. Armida es una luchadora.
¿Qué viene después de esta novela?
Desde que terminé el rodaje he estado dedicada a mi casa y a mis hijos. Mientras hacíamos Las hermanitas calle pasé ocho meses en Marsella, Risaralda. Después, con Cuando vivas conmigo fue como si no estuviera, porque simplemente llegaba a dormir. Ahora me estoy dando un tiempo para esperar el proyecto que viene, mientras aprovecho para estar con mis hijos.