Kevin Spacey acude a clases de yoga y lectura en tratamiento contra adicción al sexo
Según el medio Us Weekly, el programa de la clínica The Meadows incluye paseos al amanecer con un 'círculo de la serenidad' y llevar animales de peluche a todas partes como parte del tratamiento.
Con información de Bang Showbiz y AFP
Kevin Spacey fue fotografiado en el centro de rehabilitación The Meadows, ubicado en Arizona (Estados Unidos), lugar donde han buscado tratamiento muchas otras celebridades por problemas de adicción al sexo y del que actualmente también sería paciente el productor Harvey Weinstein.
En las fotografías publicadas en la prensa estadounidense se puede ver al actor vestido con ropa deportiva, camuflado bajo unas gafas de sol y una gorra, mientras recorre las instalaciones de la clínica con un libro en la mano y, en otro momento, cargando con una esterilla de yoga.
Según informa Us Weekly, entre las actividades de las que pueden disfrutar los inquilinos de la clínica se cuentan clases de montar a caballo, sesiones de piscina y cursos de yoga. En el caso de Spacey, el programa de adicción al sexo incluye paseos al amanecer con un 'círculo de la serenidad' y llevar animales de peluche a todas partes como parte del tratamiento.
Tras perder el Emmy honorífico y su contrato con Netflix, lo que automáticamente lo deja por fuera de la serie "House of Cards", Spacey optó por tomarse un tiempo "para someterse a evaluación y tratamiento", aunque en aquel momento no precisó si lo haría para lidiar con la presión y el estrés derivados del escándalo o para luchar contra algún tipo de adicción o problema que arrastraría desde hace años. (Ver La historia de Kevin Spacey y la escena más turbia de House of Cards).
Terapia para adictos al sexo
Al centro The Meadows también ha acudido el humorista Russell Brand, el golfista Tiger Woods, el cantante Ozzy Osbourne y el actor Michael Douglas, quienes admitieron en su momento su lucha contra la adicción al sexo, siempre luego de que sus aventuras se hicieran públicas.
Aunque los psicólogos suelen evitar hacer diagnósticos sin tratar directamente a los pacientes, algunos afirman que Weinstein, acusado de agresiones sexuales contra varias actrices a lo largo de muchos años, encaja en el perfil de un depredador sexual, no en el de un adicto.
"Yo creo que tú puedes controlar tus impulsos. Él simplemente decidió no hacerlo", dijo Holly Richmond, una certificada terapeuta sexual de Los Ángeles.
Los terapeutas se dividen entre quienes creen que la adicción sexual existe y quienes afirman que no.
El texto psiquiátrico de referencia en este asunto, conocido como el Manual de diagnóstico y estadística de desórdenes mentales, en su quinta edición de 2013, no habla de la adicción sexual. Sus autores decidieron que ésta no encaja en la definición de un desorden psicológico.
Según Richmond, ni siquiera existe tal cosa como un adicto sexual. "Debemos hablar más bien de alguien que tiene una sexualidad compulsiva, o una conducta sexual fuera de control", dijo. "Es un tema de conducta, el sexo no es el problema".
Terapia equina
El portal de celebridades TMZ informó que Weinstein ingresó en el centro The Meadows, en Arizona, donde se aplica el que se jacta de ser el mejor tratamiento para la adicción sexual: un programa de 45 días conocido como "El dulce camino", que fue ya transitado por Tiger Woods tras el escándalo que se desató por su infidelidad. (Contexto Espías, dólares y amenazas: Así fue como Weinstein calló durante años su actividad sexual).
Incluye sesiones grupales, interacción con caballos (la "psicoterapia asistida con equinos"), yoga, arte, meditación y asistencia personalizada.
Varias celebridades han buscado ayuda por su adicción a las drogas o al alcohol en The Meadows, pero cuando se trata de la adicción sexual, programas ofrecidos por cientos de clínicas a lo largo y ancho de Estados Unidos con precios que oscilan entre 10.000 y 30.000 dólares, muchos expertos se muestran dudosos.
"No existe evidencia de que un tratamiento para la adicción sexual funcione", dice David Ley, psicólogo de Nuevo México y autor del libro "El mito de la adicción sexual". "Después de 40 años no existe un solo estudio que demuestre que el tratamiento para la adicción sexual tenga un efecto positivo o que ayude a que las personas cambien su conducta sexual", dijo a la AFP.
Según el experto, muchas veces la adicción sexual no es más que una excusa para evadir la responsabilidad personal: "La adicción sexual es un concepto que ha sido utilizado para explicar cómo hombres poderosos y egoístas muestran una conducta sexual irresponsable".
Un estudio realizado recientemente en Europa sobre personas que se encuentran bajo algún tipo de tratamiento para la adicción sexual demostró que "90% tiene algún tipo de problema mental", y que su conducta sexual no es más que un síntoma de algo mayor.
También parece haber un aspecto cultural, en un país que eligió a Donald Trump como presidente a pesar de que todos los votantes escucharon una grabación en la que se jactaba de agarrar a mujeres de forma inapropiada.
"Estos problemas ocurren en una sociedad que tolera, permite y hasta alienta a que los hombres poderosos hagan cosas de ese tipo sin ninguna consecuencia", indica David Ley.
Kevin Spacey fue fotografiado en el centro de rehabilitación The Meadows, ubicado en Arizona (Estados Unidos), lugar donde han buscado tratamiento muchas otras celebridades por problemas de adicción al sexo y del que actualmente también sería paciente el productor Harvey Weinstein.
En las fotografías publicadas en la prensa estadounidense se puede ver al actor vestido con ropa deportiva, camuflado bajo unas gafas de sol y una gorra, mientras recorre las instalaciones de la clínica con un libro en la mano y, en otro momento, cargando con una esterilla de yoga.
Según informa Us Weekly, entre las actividades de las que pueden disfrutar los inquilinos de la clínica se cuentan clases de montar a caballo, sesiones de piscina y cursos de yoga. En el caso de Spacey, el programa de adicción al sexo incluye paseos al amanecer con un 'círculo de la serenidad' y llevar animales de peluche a todas partes como parte del tratamiento.
Tras perder el Emmy honorífico y su contrato con Netflix, lo que automáticamente lo deja por fuera de la serie "House of Cards", Spacey optó por tomarse un tiempo "para someterse a evaluación y tratamiento", aunque en aquel momento no precisó si lo haría para lidiar con la presión y el estrés derivados del escándalo o para luchar contra algún tipo de adicción o problema que arrastraría desde hace años. (Ver La historia de Kevin Spacey y la escena más turbia de House of Cards).
Terapia para adictos al sexo
Al centro The Meadows también ha acudido el humorista Russell Brand, el golfista Tiger Woods, el cantante Ozzy Osbourne y el actor Michael Douglas, quienes admitieron en su momento su lucha contra la adicción al sexo, siempre luego de que sus aventuras se hicieran públicas.
Aunque los psicólogos suelen evitar hacer diagnósticos sin tratar directamente a los pacientes, algunos afirman que Weinstein, acusado de agresiones sexuales contra varias actrices a lo largo de muchos años, encaja en el perfil de un depredador sexual, no en el de un adicto.
"Yo creo que tú puedes controlar tus impulsos. Él simplemente decidió no hacerlo", dijo Holly Richmond, una certificada terapeuta sexual de Los Ángeles.
Los terapeutas se dividen entre quienes creen que la adicción sexual existe y quienes afirman que no.
El texto psiquiátrico de referencia en este asunto, conocido como el Manual de diagnóstico y estadística de desórdenes mentales, en su quinta edición de 2013, no habla de la adicción sexual. Sus autores decidieron que ésta no encaja en la definición de un desorden psicológico.
Según Richmond, ni siquiera existe tal cosa como un adicto sexual. "Debemos hablar más bien de alguien que tiene una sexualidad compulsiva, o una conducta sexual fuera de control", dijo. "Es un tema de conducta, el sexo no es el problema".
Terapia equina
El portal de celebridades TMZ informó que Weinstein ingresó en el centro The Meadows, en Arizona, donde se aplica el que se jacta de ser el mejor tratamiento para la adicción sexual: un programa de 45 días conocido como "El dulce camino", que fue ya transitado por Tiger Woods tras el escándalo que se desató por su infidelidad. (Contexto Espías, dólares y amenazas: Así fue como Weinstein calló durante años su actividad sexual).
Incluye sesiones grupales, interacción con caballos (la "psicoterapia asistida con equinos"), yoga, arte, meditación y asistencia personalizada.
Varias celebridades han buscado ayuda por su adicción a las drogas o al alcohol en The Meadows, pero cuando se trata de la adicción sexual, programas ofrecidos por cientos de clínicas a lo largo y ancho de Estados Unidos con precios que oscilan entre 10.000 y 30.000 dólares, muchos expertos se muestran dudosos.
"No existe evidencia de que un tratamiento para la adicción sexual funcione", dice David Ley, psicólogo de Nuevo México y autor del libro "El mito de la adicción sexual". "Después de 40 años no existe un solo estudio que demuestre que el tratamiento para la adicción sexual tenga un efecto positivo o que ayude a que las personas cambien su conducta sexual", dijo a la AFP.
Según el experto, muchas veces la adicción sexual no es más que una excusa para evadir la responsabilidad personal: "La adicción sexual es un concepto que ha sido utilizado para explicar cómo hombres poderosos y egoístas muestran una conducta sexual irresponsable".
Un estudio realizado recientemente en Europa sobre personas que se encuentran bajo algún tipo de tratamiento para la adicción sexual demostró que "90% tiene algún tipo de problema mental", y que su conducta sexual no es más que un síntoma de algo mayor.
También parece haber un aspecto cultural, en un país que eligió a Donald Trump como presidente a pesar de que todos los votantes escucharon una grabación en la que se jactaba de agarrar a mujeres de forma inapropiada.
"Estos problemas ocurren en una sociedad que tolera, permite y hasta alienta a que los hombres poderosos hagan cosas de ese tipo sin ninguna consecuencia", indica David Ley.