La agenda de Camilo Vega Ochoa

¿Siempre supo que quería ser director televisión?

Mis inicios en la televisión fueron en 2007, cuando participé en el Desafío, del Canal Caracol, donde fui finalista. Ahí empezaron a interesarme las cámaras y las puestas en escena, y nació la pasión por contar historias y llevarlas a los televidentes.

¿Cómo ha sido la transformación de los contenidos de la televisión colombiana en la última década?

Es muy interesante que el país esté contando sus propias historias. Por ejemplo, hubo un momento en el que se contaba la guerra y los personajes que le hicieron daño a Colombia; eso generaba conocimiento en las nuevas generaciones. En este momento se están contando las historias de casos de éxitos, como cantantes, artistas y personas que dan ejemplos de superación.

¿Las narrativas, como la biotelenovela, llegan a agotarse?

Sí, pero siempre encontramos algo diferente que contar. Se experimenta primero con narcotraficantes y luego ese recurso se agota y se abordan los cantantes, después los deportistas, que vuelven y se agotan, y pasamos a contar casos de superaciones de la vida real.

Usted ha dirigido en producciones como “La promesa”, “Bazurto”, “Escobar, el patrón del mal” y “Fugitivos”. ¿Cuál de todas le ha costado más trabajo?

El reto de Fugitivos fue uno de los más complicados, porque era una serie de mucha acción, una persecución permanente en la cual la acción era el personaje principal de la historia, y eso es agotador. Las condiciones cuando uno está fuera de su casa por cinco meses son difíciles. Por otro lado, en Hilo de sangre azul, que se estrena a final de año en RCN y cuenta el caso de Interbolsa, era la primera vez que manejaba suspenso en la televisión, y ese es otro lenguaje. Cada producción llega con un reto, que genera siempre susto.

¿Cuál fue el programa de televisión en la historia de la pantalla colombiana que más cautivó a los televidentes?

Café con aroma de mujer hizo que los colombianos se identificaran con cada uno de sus personajes. Y de las más recientes, La ronca de oro marcó mucha tendencia y por primera vez abrió el espacio para ver un musical de alta calidad.

¿En qué proyecto trabaja ahora?

Me encuentro haciendo un proyecto de CMO Producciones para el Canal Caracol, del cual no puedo hablar mucho, pero tiene que ver con lo que está viviendo el país, el tema de la paz, de la desmovilización. Es un proyecto que va a causar muchas reacciones en el público.

¿Qué opina de la educación en cine y televisión en Colombia?

Cada vez se abren más puertas y escuelas para poder estudiar acá. Sin embargo, sigo considerando que, en cuanto a dirección de actores, Cuba es el mejor destino y, sin duda alguna, Estados Unidos tiene la mejor calidad de producción y actores.

¿Volvería al “Desafío”?

Ahorita precisamente me propusieron volver a India, pero estaba arrancando un proyecto y, por otro lado, nació mi hija y eso me frenó. Pero siempre he sido aventurero y tal vez volvería a experimentar esa sensación.

¿Cómo le ha ido como papá?

Estoy muy feliz. Ser papá es muy emocionante y me ha aportado mucho en mi carrera porque genera mucha sensibilidad y nuevas sensaciones que se empiezan a vivir.

Lo más insólito que ha hecho para grabar una escena.

He tenido muchas escenas arriesgadas de saltos de 20 metros en ríos, escenas de un parapente a otro, una persecución aérea y persecuciones terrestres. Pero valen la pena el esfuerzo y la dedicación para lograr imágenes extraordinarias.

¿Siempre supo que quería ser director televisión?

Mis inicios en la televisión fueron en 2007, cuando participé en el Desafío, del Canal Caracol, donde fui finalista. Ahí empezaron a interesarme las cámaras y las puestas en escena, y nació la pasión por contar historias y llevarlas a los televidentes.

¿Cómo ha sido la transformación de los contenidos de la televisión colombiana en la última década?

Es muy interesante que el país esté contando sus propias historias. Por ejemplo, hubo un momento en el que se contaba la guerra y los personajes que le hicieron daño a Colombia; eso generaba conocimiento en las nuevas generaciones. En este momento se están contando las historias de casos de éxitos, como cantantes, artistas y personas que dan ejemplos de superación.

¿Las narrativas, como la biotelenovela, llegan a agotarse?

Sí, pero siempre encontramos algo diferente que contar. Se experimenta primero con narcotraficantes y luego ese recurso se agota y se abordan los cantantes, después los deportistas, que vuelven y se agotan, y pasamos a contar casos de superaciones de la vida real.

Usted ha dirigido en producciones como “La promesa”, “Bazurto”, “Escobar, el patrón del mal” y “Fugitivos”. ¿Cuál de todas le ha costado más trabajo?

El reto de Fugitivos fue uno de los más complicados, porque era una serie de mucha acción, una persecución permanente en la cual la acción era el personaje principal de la historia, y eso es agotador. Las condiciones cuando uno está fuera de su casa por cinco meses son difíciles. Por otro lado, en Hilo de sangre azul, que se estrena a final de año en RCN y cuenta el caso de Interbolsa, era la primera vez que manejaba suspenso en la televisión, y ese es otro lenguaje. Cada producción llega con un reto, que genera siempre susto.

¿Cuál fue el programa de televisión en la historia de la pantalla colombiana que más cautivó a los televidentes?

Café con aroma de mujer hizo que los colombianos se identificaran con cada uno de sus personajes. Y de las más recientes, La ronca de oro marcó mucha tendencia y por primera vez abrió el espacio para ver un musical de alta calidad.

¿En qué proyecto trabaja ahora?

Me encuentro haciendo un proyecto de CMO Producciones para el Canal Caracol, del cual no puedo hablar mucho, pero tiene que ver con lo que está viviendo el país, el tema de la paz, de la desmovilización. Es un proyecto que va a causar muchas reacciones en el público.

¿Qué opina de la educación en cine y televisión en Colombia?

Cada vez se abren más puertas y escuelas para poder estudiar acá. Sin embargo, sigo considerando que, en cuanto a dirección de actores, Cuba es el mejor destino y, sin duda alguna, Estados Unidos tiene la mejor calidad de producción y actores.

¿Volvería al “Desafío”?

Ahorita precisamente me propusieron volver a India, pero estaba arrancando un proyecto y, por otro lado, nació mi hija y eso me frenó. Pero siempre he sido aventurero y tal vez volvería a experimentar esa sensación.

¿Cómo le ha ido como papá?

Estoy muy feliz. Ser papá es muy emocionante y me ha aportado mucho en mi carrera porque genera mucha sensibilidad y nuevas sensaciones que se empiezan a vivir.

Lo más insólito que ha hecho para grabar una escena.

He tenido muchas escenas arriesgadas de saltos de 20 metros en ríos, escenas de un parapente a otro, una persecución aérea y persecuciones terrestres. Pero valen la pena el esfuerzo y la dedicación para lograr imágenes extraordinarias.