La época de oro desde el espectáculo
‘Si nos dejan’, un musical de Ocesa México producido por Morris Gilbert, llega a Colombia para escenificar más de 50 canciones del repertorio clásico ranchero.
Juan Carlos Piedrahíta B.
La idiosincrasia es el elemento que diferencia los montajes realizados en Broadway y aquellas propuestas desarrolladas en países como México y Colombia. El idioma es una circunstancia, la infraestructura técnica está casi homogeneizada en América, al igual que el talento de actores y cantantes que deciden escenificar, darle contexto, lugar y rostro a un relato pensado para ser imaginado a través de la letra de una canción. Lo que cambia, según Morris Gilbert, el director de la división teatral de Ocesa México, es la forma en la que cada nación asimila la historia y crea las estrategias para sacarla adelante.
A pesar de que mucha gente piensa que los musicales elaborados fuera de las fronteras de Estados Unidos son copias al carbón de las iniciativas de Broadway, algunas con mayores repercusiones que otras, para Gilbert no hay tal similitud y por eso ha tratado de darle a la compañía que lidera un derrotero especial que refleje la cotidianidad de América Latina, parte del sentimiento de lucha de este sector del mundo y detalles específicos de la historia mexicana, que pueden ser compatibles con el resto de pueblos en vía de desarrollo.
Como consecuencia de esa reflexión y del proceso de mirar hacia adentro surgió la idea de realizar un montaje que reflejara la época de oro del cine mexicano, cuando las películas de ese país se presentaban en los mejores teatros de las ciudades y se respetaba el trabajo actoral de la misma manera en que se valoraba el talento foráneo. Así nació Si nos dejan, un montaje al que después se fueron incorporando historias, canciones y personajes relevantes para la evolución de la ranchera y de la canción popular en México.
“Toda actividad humana es cultura. El entretenimiento también lo es. Es obvio que existen distintos niveles culturales en la vida y en el teatro. Como empresa nos hemos distinguido por ser sumamente eclécticos en cuanto a nuestro repertorio y hemos hecho, y seguiremos haciendo, teatro de todo nivel, desde el más ligero y comercial hasta el más profundo y comprometido. Creo que lo ideal es un sano balance, que es a lo que siempre hemos aspirado llegar, y creo que por lo menos estuvimos cerca en Si nos dejan”, comenta Morris Gilbert, quien comenzó su vida en el teatro como actor y por motivos personales inclinó sus intereses hacia la producción de espectáculos.
En este musical, exitoso en su país, se producen más de 85 cambios de escenografía y más de 200 imágenes que van desde haciendas y cantinas hasta recreaciones completas de ciudades como Guadalajara y Acapulco. El efecto se logra gracias a la proyección de videos sobre pantallas de diversos tamaños y texturas, tanto en perspectiva frontal como en dimensiones alternas.
“Si nos dejan es la suma del talento de nuestro autor y director, José Manuel López Velarde, y nuestro escenógrafo, Jorge Ballina, encabezando un enorme y muy talentoso equipo de creativos y técnicos y grandes artistas en todas sus especialidades. Antes de proceder al montaje profesional hicimos un taller de creación para aterrizar todas las ideas, y desde ahí llevarlas a la realidad”, cuenta Gilbert.
Para el productor mexicano cada montaje es un milagro cotidiano y siempre le implica un enorme reto logístico a la compañía. El equipo creativo piensa que haber realizado Si nos dejan fue como estructurar un circo de diez pistas, cada una con un show diferente aunque todos ellos presentados al público de manera simultánea. Sin embargo, al funcionar todo con coordinación y orden se pudieron conjugar con éxito música, actuación, baile y ayudas tecnológicas.
“El montaje es sumamente preciso y profesional. Se respeta el trazo en todos los sentidos. Son los actores, con su talento y emotividad, quienes, junto con el público, convierten cada función en una experiencia única e irrepetible en su comunión”, concluye Morris Gilbert, cabeza de la delegación de una propuesta cuya primera parte cuenta con un diseño basado en la época del cine posrevolucionario, para lo que se imitaron los ambientes de películas en blanco y negro, mientras que el segmento final transcurre a todo color.
Amanecí en tus brazos, Vámonos, Cuando vivas conmigo, Serenata huasteca, Cuando sale la luna, Camino de Guanajuato, Cuando tenía tu edad, No volveré, El rey y La media vuelta, entre casi medio centenar de las canciones más tradicionales de la música mexicana, se escucharán en Si nos dejan. Por eso, hay que dejarlos.
En temporada del 4 al 28 de julio en el Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez, calle 26 Nº 25-40. Información y boletería: 593 6300 y www.tuboleta.com.
La idiosincrasia es el elemento que diferencia los montajes realizados en Broadway y aquellas propuestas desarrolladas en países como México y Colombia. El idioma es una circunstancia, la infraestructura técnica está casi homogeneizada en América, al igual que el talento de actores y cantantes que deciden escenificar, darle contexto, lugar y rostro a un relato pensado para ser imaginado a través de la letra de una canción. Lo que cambia, según Morris Gilbert, el director de la división teatral de Ocesa México, es la forma en la que cada nación asimila la historia y crea las estrategias para sacarla adelante.
A pesar de que mucha gente piensa que los musicales elaborados fuera de las fronteras de Estados Unidos son copias al carbón de las iniciativas de Broadway, algunas con mayores repercusiones que otras, para Gilbert no hay tal similitud y por eso ha tratado de darle a la compañía que lidera un derrotero especial que refleje la cotidianidad de América Latina, parte del sentimiento de lucha de este sector del mundo y detalles específicos de la historia mexicana, que pueden ser compatibles con el resto de pueblos en vía de desarrollo.
Como consecuencia de esa reflexión y del proceso de mirar hacia adentro surgió la idea de realizar un montaje que reflejara la época de oro del cine mexicano, cuando las películas de ese país se presentaban en los mejores teatros de las ciudades y se respetaba el trabajo actoral de la misma manera en que se valoraba el talento foráneo. Así nació Si nos dejan, un montaje al que después se fueron incorporando historias, canciones y personajes relevantes para la evolución de la ranchera y de la canción popular en México.
“Toda actividad humana es cultura. El entretenimiento también lo es. Es obvio que existen distintos niveles culturales en la vida y en el teatro. Como empresa nos hemos distinguido por ser sumamente eclécticos en cuanto a nuestro repertorio y hemos hecho, y seguiremos haciendo, teatro de todo nivel, desde el más ligero y comercial hasta el más profundo y comprometido. Creo que lo ideal es un sano balance, que es a lo que siempre hemos aspirado llegar, y creo que por lo menos estuvimos cerca en Si nos dejan”, comenta Morris Gilbert, quien comenzó su vida en el teatro como actor y por motivos personales inclinó sus intereses hacia la producción de espectáculos.
En este musical, exitoso en su país, se producen más de 85 cambios de escenografía y más de 200 imágenes que van desde haciendas y cantinas hasta recreaciones completas de ciudades como Guadalajara y Acapulco. El efecto se logra gracias a la proyección de videos sobre pantallas de diversos tamaños y texturas, tanto en perspectiva frontal como en dimensiones alternas.
“Si nos dejan es la suma del talento de nuestro autor y director, José Manuel López Velarde, y nuestro escenógrafo, Jorge Ballina, encabezando un enorme y muy talentoso equipo de creativos y técnicos y grandes artistas en todas sus especialidades. Antes de proceder al montaje profesional hicimos un taller de creación para aterrizar todas las ideas, y desde ahí llevarlas a la realidad”, cuenta Gilbert.
Para el productor mexicano cada montaje es un milagro cotidiano y siempre le implica un enorme reto logístico a la compañía. El equipo creativo piensa que haber realizado Si nos dejan fue como estructurar un circo de diez pistas, cada una con un show diferente aunque todos ellos presentados al público de manera simultánea. Sin embargo, al funcionar todo con coordinación y orden se pudieron conjugar con éxito música, actuación, baile y ayudas tecnológicas.
“El montaje es sumamente preciso y profesional. Se respeta el trazo en todos los sentidos. Son los actores, con su talento y emotividad, quienes, junto con el público, convierten cada función en una experiencia única e irrepetible en su comunión”, concluye Morris Gilbert, cabeza de la delegación de una propuesta cuya primera parte cuenta con un diseño basado en la época del cine posrevolucionario, para lo que se imitaron los ambientes de películas en blanco y negro, mientras que el segmento final transcurre a todo color.
Amanecí en tus brazos, Vámonos, Cuando vivas conmigo, Serenata huasteca, Cuando sale la luna, Camino de Guanajuato, Cuando tenía tu edad, No volveré, El rey y La media vuelta, entre casi medio centenar de las canciones más tradicionales de la música mexicana, se escucharán en Si nos dejan. Por eso, hay que dejarlos.
En temporada del 4 al 28 de julio en el Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez, calle 26 Nº 25-40. Información y boletería: 593 6300 y www.tuboleta.com.