La lírica epistolar
Una de las creaciones más importantes del compositor francés Jules Massenet tendrá al tenor colombiano César Gutiérrez en el rol protagónico. El montaje se exhibirá en el Teatro Cafam de Bellas Artes, en Bogotá.
Juan Carlos Piedrahíta B.
César Gutiérrez nunca ha entendido la expresión “música culta”. No sabe si se refiere a un estilo de sonoridad creado en exclusiva para mentes superiores o si hace referencia a un género destinado a los oídos eruditos. Por eso el tenor colombiano considera que hay la misma dignidad en un bambuco de Pedro Morales Pino (1863-1926) y en una sinfonía de Ludwig van Beethoven (1770-1827). Al fin y al cabo, los grandes compositores clásicos se inspiraron en las músicas tradicionales de sus países para gestar sus obras.
Ese mismo razonamiento lleva al artista, radicado en el exterior desde hace varios lustros, a pensar que los críticos de arte están mandados a recoger, y no justifica su existencia. Ni ellos ni nadie tienen la potestad de definir qué es bueno y qué es malo para el mundo. Todo depende de la subjetividad humana, del momento vivido y del entorno.
El tenor César Gutiérrez, quien tuvo que superar la lupa exigente de varios críticos en América y Europa, está en el país para hacer parte del primer montaje de la temporada de ópera de Colombia, que este año ofrecerá al público los títulos Werther, con música original de Jules Massenet (1842-1912), y Così fan tutte (Así hacen todas), comedia tradicional de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791).
Después de algunas temporadas de ausencia de las tablas en Colombia, el tenor regresa para cantar y demostrar que un artista lírico, además de tener talento, debe ser sensato para conocer sus capacidades interpretativas. Este artista, por ejemplo, nunca se ha subido a un escenario sin tener la plena conciencia de lo que debe hacer y sin establecer que lo que está escrito en la partitura se ajusta a su tono.
“La voz del tenor es la más difícil de cultivar porque uno se tiene que salir de su naturaleza y desarrollar registros que no están dentro de su rango. Yo creo que por eso el tenor provoca una fascinación especial, porque siempre da la sensación de estar en la cuerda floja”, comenta César Gutiérrez, quien reconoce haber tenido muchas presentaciones desafortunadas y por eso sabe que el público le perdona a un cantante sus malas notas y las desafinaciones, o que se le quiebre la voz, pero es implacable con los músicos que no son capaces de dejar el corazón en cada personaje.
Este artista comprende que las urgencias sociales en Colombia no permiten que la música sea una prioridad, pero sí hace una apuesta por que el público masivo tenga un acceso real a manifestaciones como la ópera, con la que se puede acceder a otros mundos vistosos y coloridos. Con una experiencia importante dentro y fuera del país, el tenor ha aprendido a disfrutar de su voz como un tesoro humano al servicio del arte, un privilegio en beneficio de la música, sin pretensiones intelectuales ni aires eruditos.
“Con los años sobre el escenario se pierde el miedo del debutante, pero aumenta la consciencia de la dimensión de lo que se está haciendo. Uno se vuelve más responsable con la música. Recuerdo que cuando estaba comenzando estaba muy preocupado porque las cosas salieran perfectas técnicamente, pero cuando uno adquiere experiencia trata de despojarse de todos esos prejuicios y se compenetra más con la música”, asegura Gutiérrez, quien está preparándose para asumir el rol protagónico en Werther, que se exhibirá en el Teatro Cafam de Bellas Artes, en la capital colombiana, los días 23, 25 y 30 de julio y el 1º de agosto.
Werther es una de las óperas más populares de Jules Massenet, quien se encargó de la musicalización, mientras el libreto es una creación colectiva de Édouard Blau, Paul Millet y Georges Hartmann. Esta pieza está basada en la novela epistolar Las cuitas del joven Werther (Die Leiden des jungen Werthers), una creación de Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), que por la dificultad que supone para el protagonista está considerada como el “Tristán francés”.
A esta ópera, Massenet le dedicó muchos meses de investigación. Comenzó a componerla en 1885 y la terminó en 1887. Se la envió a León Carvalho, el director de la Opéra Comique, con quien tres años antes tuvo un gran éxito con la pieza Manon. Carvalho pensó que se trataba de una creación muy seria para estrenarla en ese momento, teniendo en cuenta el incendio reciente que había destruido por segunda vez la Salle Favart. Por eso el debut mundial se realizó traduciéndola al alemán en la Ópera de Viena, con una impresionante respuesta por parte del público.
Además de la participación de César Gutiérrez, el primer título de la temporada de ópera de Colombia tendrá en el papel de Charlotte a la mezzosoprano canadiense Joulie Boulienne, quien llega al país luego de haber interpretado varios roles en la Metropolitan Opera House de Nueva York, así como en otras grandes casas de ópera de Estados Unidos y Europa.
El personaje de Sophie estará a cargo de la soprano argentina Jaquelina Livieri, reconocida por su éxito en el mismo rol durante la apertura de la temporada 2015 en el Teatro Colón de Buenos Aires. Además estarán el barítono uruguayo Alfonso Mujica, el tenor Andrés Agudelo y los bajos Hyalmar Mitrotti y Marcelo Otegui.
La Orquesta Filarmónica Juvenil estará bajo la batuta de Laurent Campelone, el director francés responsable del Festival Massenet de Saint-Etienne, ciudad natal de Massenet, mientras la puesta en escena será responsabilidad de Alejandro Chacón. Todos ellos están comprometidos con que Werther logre su tono más alto.
Werther, Teatro Cafam de Bellas Artes, julio 23, 25 y 30, y 1º de agosto. Información y boletería en: www.primerafila.com.co.
César Gutiérrez nunca ha entendido la expresión “música culta”. No sabe si se refiere a un estilo de sonoridad creado en exclusiva para mentes superiores o si hace referencia a un género destinado a los oídos eruditos. Por eso el tenor colombiano considera que hay la misma dignidad en un bambuco de Pedro Morales Pino (1863-1926) y en una sinfonía de Ludwig van Beethoven (1770-1827). Al fin y al cabo, los grandes compositores clásicos se inspiraron en las músicas tradicionales de sus países para gestar sus obras.
Ese mismo razonamiento lleva al artista, radicado en el exterior desde hace varios lustros, a pensar que los críticos de arte están mandados a recoger, y no justifica su existencia. Ni ellos ni nadie tienen la potestad de definir qué es bueno y qué es malo para el mundo. Todo depende de la subjetividad humana, del momento vivido y del entorno.
El tenor César Gutiérrez, quien tuvo que superar la lupa exigente de varios críticos en América y Europa, está en el país para hacer parte del primer montaje de la temporada de ópera de Colombia, que este año ofrecerá al público los títulos Werther, con música original de Jules Massenet (1842-1912), y Così fan tutte (Así hacen todas), comedia tradicional de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791).
Después de algunas temporadas de ausencia de las tablas en Colombia, el tenor regresa para cantar y demostrar que un artista lírico, además de tener talento, debe ser sensato para conocer sus capacidades interpretativas. Este artista, por ejemplo, nunca se ha subido a un escenario sin tener la plena conciencia de lo que debe hacer y sin establecer que lo que está escrito en la partitura se ajusta a su tono.
“La voz del tenor es la más difícil de cultivar porque uno se tiene que salir de su naturaleza y desarrollar registros que no están dentro de su rango. Yo creo que por eso el tenor provoca una fascinación especial, porque siempre da la sensación de estar en la cuerda floja”, comenta César Gutiérrez, quien reconoce haber tenido muchas presentaciones desafortunadas y por eso sabe que el público le perdona a un cantante sus malas notas y las desafinaciones, o que se le quiebre la voz, pero es implacable con los músicos que no son capaces de dejar el corazón en cada personaje.
Este artista comprende que las urgencias sociales en Colombia no permiten que la música sea una prioridad, pero sí hace una apuesta por que el público masivo tenga un acceso real a manifestaciones como la ópera, con la que se puede acceder a otros mundos vistosos y coloridos. Con una experiencia importante dentro y fuera del país, el tenor ha aprendido a disfrutar de su voz como un tesoro humano al servicio del arte, un privilegio en beneficio de la música, sin pretensiones intelectuales ni aires eruditos.
“Con los años sobre el escenario se pierde el miedo del debutante, pero aumenta la consciencia de la dimensión de lo que se está haciendo. Uno se vuelve más responsable con la música. Recuerdo que cuando estaba comenzando estaba muy preocupado porque las cosas salieran perfectas técnicamente, pero cuando uno adquiere experiencia trata de despojarse de todos esos prejuicios y se compenetra más con la música”, asegura Gutiérrez, quien está preparándose para asumir el rol protagónico en Werther, que se exhibirá en el Teatro Cafam de Bellas Artes, en la capital colombiana, los días 23, 25 y 30 de julio y el 1º de agosto.
Werther es una de las óperas más populares de Jules Massenet, quien se encargó de la musicalización, mientras el libreto es una creación colectiva de Édouard Blau, Paul Millet y Georges Hartmann. Esta pieza está basada en la novela epistolar Las cuitas del joven Werther (Die Leiden des jungen Werthers), una creación de Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), que por la dificultad que supone para el protagonista está considerada como el “Tristán francés”.
A esta ópera, Massenet le dedicó muchos meses de investigación. Comenzó a componerla en 1885 y la terminó en 1887. Se la envió a León Carvalho, el director de la Opéra Comique, con quien tres años antes tuvo un gran éxito con la pieza Manon. Carvalho pensó que se trataba de una creación muy seria para estrenarla en ese momento, teniendo en cuenta el incendio reciente que había destruido por segunda vez la Salle Favart. Por eso el debut mundial se realizó traduciéndola al alemán en la Ópera de Viena, con una impresionante respuesta por parte del público.
Además de la participación de César Gutiérrez, el primer título de la temporada de ópera de Colombia tendrá en el papel de Charlotte a la mezzosoprano canadiense Joulie Boulienne, quien llega al país luego de haber interpretado varios roles en la Metropolitan Opera House de Nueva York, así como en otras grandes casas de ópera de Estados Unidos y Europa.
El personaje de Sophie estará a cargo de la soprano argentina Jaquelina Livieri, reconocida por su éxito en el mismo rol durante la apertura de la temporada 2015 en el Teatro Colón de Buenos Aires. Además estarán el barítono uruguayo Alfonso Mujica, el tenor Andrés Agudelo y los bajos Hyalmar Mitrotti y Marcelo Otegui.
La Orquesta Filarmónica Juvenil estará bajo la batuta de Laurent Campelone, el director francés responsable del Festival Massenet de Saint-Etienne, ciudad natal de Massenet, mientras la puesta en escena será responsabilidad de Alejandro Chacón. Todos ellos están comprometidos con que Werther logre su tono más alto.
Werther, Teatro Cafam de Bellas Artes, julio 23, 25 y 30, y 1º de agosto. Información y boletería en: www.primerafila.com.co.