La moda afro, un mensaje político
Telas africanas, turbantes y trenzas son parte de una estética de identidad, con nueva visibilidad por la vicepresidenta Francia Márquez.
Keidy Salas y Sofía Gil-Quintero*
La moda afro está viviendo un auge impulsado por el poder alcanzado por la vicepresidenta de la República, Francia Márquez, quien asume su estética como una forma de expresión política y ancestral.
“Todo lo que tenga que ver con lo negro es político y es una construcción de algo. Tú ves a una mujer con un turbante y ahí te está hablando de doscientos… trescientos años de historia”, dice Shamyr Caicedo Rivas, creador y dueño de BPN (Básico pero Nítido), una de las marcas con reconocimiento en el nicho.
En palabras de Esteban Sinisterra Paz, oriundo de Santa Bárbara de Iscuandé, Nariño, creador de la marca Esteban African y diseñador de la vicepresidenta, “los jóvenes se están empoderando de las prendas representativas y cada vez vemos más personas utilizando prendas étnicas de un pueblo con identidad”.
En Cali y en otras ciudades en ocasiones especiales, como festivales musicales, se ven prendas con mucho color. Las tendencias hoy son naranja, rojo, amarillo, verde y azul en sus tonalidades más vibrantes, con telas en su mayoría traídas de países africanos como Ghana, Senegal y Mozambique, conocidas porque su estampado no tiene revés y están hechas de algodón Kente.
Según Leidy Diana Porras, vendedora de Baobá,”cada tela y cada color tiene su significado para las personas de los diferentes países de África; por eso hay un libro que se llama ‘La lectura de las telas”. Además de prendas textiles, hay emprendimientos como Yorimar crochet, que se dedica a la producción de prendas y accesorios en la técnica de crochet. La propuesta de esta tienda es crear prendas que integren el tejido con telas africanas para darles identidad, afirmó Marly López, vendedora en la capital del Valle.
Aparte de prendas de vestir, se observa gran variedad de accesorios como los turbantes, que tienen valor cultural dentro de las comunidades afro. Según Kelly Canga, modelo profesional y estudiante de sociología, “los turbantes se empezaron a utilizar porque tenían que tapar el cabello de la mujer negra, especialmente de la mujer que era mezcla entre blancos y negros. El turbante tiene un valor simbólico muy importante, porque eso que fue usado como símbolo de vergüenza, se convirtió en un signo de poder”.
También, el lado al que se lleve el moño es importante: se utiliza a la derecha si se es soltera, y a la izquierda si se es casada; y la altura a la que se utilice, depende del rango dentro de la sociedad de cada mujer.
Los peinados, en especial las trenzas, también hacen parte de la historia y de la estética afro. La peinadora de Peinados a son de marimba, Jaqueline Canga, tiene la costumbre de contar lo que significaron las trenzas en la historia afro mientras trenza a sus clientes.
“Las trenzas fueron importantes en el momento en que las personas esclavizadas buscan su libertad, porque en la cabeza de las niñas más pequeñas dibujaban, por medio del trenzado, rutas de escape o mapas de fuga. Por medio de las trenzas se comunicaban. También, sirvieron para la supervivencia porque cuando ellos escapaban, guardaban en las trenzas semillas y oro”. Precisamente, los turbantes y las trenzas están de moda.
La fauna y la flora son protagonistas tanto en las prendas de vestir como en los accesorios, con un recorrido colorido por el Pacífico colombiano. Algunos emprendimientos trabajan sus accesorios con semillas, como la marca Shuska, que trabaja con madres cabeza de hogar que se encargan de transformar semillas de la Amazonía y el Pacífico colombiano, aprovechando este recurso para convertirlo en biojoyas.
Baobá cuenta con collares en tela africana; cinturones, collares y aretes de concha de cauri, tradicional del Pacífico colombiano. Además, en marcas como Esteban African, podemos encontrar pines, aretes y collares con mapas del Pacífico, de Colombia y de África.
Uno de los temas en furor dentro de la academia es el de la apropiación cultural. Shamyr Caicedo Rivas opina que: “la apropiación cultural es cuando una persona adopta todo lo que pertenece a una cultura, lo coge y lo hace como si fuera para sí mismo, sin dejarle nada realmente a esa cultura ni retribuirle nada a la comunidad”. Otro tema relacionado es la apreciación cultural, que para Caicedo es un compromiso con el respeto a todas las culturas y sus tradiciones.
Algunos diseñadores y vendedores de este mercado, expresaron que no les molesta que personas blanco-mestizas utilicen sus prendas y accesorios, siempre y cuando mantengan el respeto hacia ellas y se esfuercen por entender el significado y la historia que estas llevan.
Así lo manifestó Esteban Sinisterra: “el tema de apropiación cultural más que apropiación, yo lo llamo empoderamiento que todos tenemos. Cuando una persona blanco-mestiza se pone mis prendas, si lo hace con respeto y se deja guiar por quien la vista, en este caso yo, no le veo ningún problema. De hecho, podemos hablar de esos tejidos sociales de construir porque no estamos para dividir”.
*De la Fundación Color de Colombia.
La moda afro está viviendo un auge impulsado por el poder alcanzado por la vicepresidenta de la República, Francia Márquez, quien asume su estética como una forma de expresión política y ancestral.
“Todo lo que tenga que ver con lo negro es político y es una construcción de algo. Tú ves a una mujer con un turbante y ahí te está hablando de doscientos… trescientos años de historia”, dice Shamyr Caicedo Rivas, creador y dueño de BPN (Básico pero Nítido), una de las marcas con reconocimiento en el nicho.
En palabras de Esteban Sinisterra Paz, oriundo de Santa Bárbara de Iscuandé, Nariño, creador de la marca Esteban African y diseñador de la vicepresidenta, “los jóvenes se están empoderando de las prendas representativas y cada vez vemos más personas utilizando prendas étnicas de un pueblo con identidad”.
En Cali y en otras ciudades en ocasiones especiales, como festivales musicales, se ven prendas con mucho color. Las tendencias hoy son naranja, rojo, amarillo, verde y azul en sus tonalidades más vibrantes, con telas en su mayoría traídas de países africanos como Ghana, Senegal y Mozambique, conocidas porque su estampado no tiene revés y están hechas de algodón Kente.
Según Leidy Diana Porras, vendedora de Baobá,”cada tela y cada color tiene su significado para las personas de los diferentes países de África; por eso hay un libro que se llama ‘La lectura de las telas”. Además de prendas textiles, hay emprendimientos como Yorimar crochet, que se dedica a la producción de prendas y accesorios en la técnica de crochet. La propuesta de esta tienda es crear prendas que integren el tejido con telas africanas para darles identidad, afirmó Marly López, vendedora en la capital del Valle.
Aparte de prendas de vestir, se observa gran variedad de accesorios como los turbantes, que tienen valor cultural dentro de las comunidades afro. Según Kelly Canga, modelo profesional y estudiante de sociología, “los turbantes se empezaron a utilizar porque tenían que tapar el cabello de la mujer negra, especialmente de la mujer que era mezcla entre blancos y negros. El turbante tiene un valor simbólico muy importante, porque eso que fue usado como símbolo de vergüenza, se convirtió en un signo de poder”.
También, el lado al que se lleve el moño es importante: se utiliza a la derecha si se es soltera, y a la izquierda si se es casada; y la altura a la que se utilice, depende del rango dentro de la sociedad de cada mujer.
Los peinados, en especial las trenzas, también hacen parte de la historia y de la estética afro. La peinadora de Peinados a son de marimba, Jaqueline Canga, tiene la costumbre de contar lo que significaron las trenzas en la historia afro mientras trenza a sus clientes.
“Las trenzas fueron importantes en el momento en que las personas esclavizadas buscan su libertad, porque en la cabeza de las niñas más pequeñas dibujaban, por medio del trenzado, rutas de escape o mapas de fuga. Por medio de las trenzas se comunicaban. También, sirvieron para la supervivencia porque cuando ellos escapaban, guardaban en las trenzas semillas y oro”. Precisamente, los turbantes y las trenzas están de moda.
La fauna y la flora son protagonistas tanto en las prendas de vestir como en los accesorios, con un recorrido colorido por el Pacífico colombiano. Algunos emprendimientos trabajan sus accesorios con semillas, como la marca Shuska, que trabaja con madres cabeza de hogar que se encargan de transformar semillas de la Amazonía y el Pacífico colombiano, aprovechando este recurso para convertirlo en biojoyas.
Baobá cuenta con collares en tela africana; cinturones, collares y aretes de concha de cauri, tradicional del Pacífico colombiano. Además, en marcas como Esteban African, podemos encontrar pines, aretes y collares con mapas del Pacífico, de Colombia y de África.
Uno de los temas en furor dentro de la academia es el de la apropiación cultural. Shamyr Caicedo Rivas opina que: “la apropiación cultural es cuando una persona adopta todo lo que pertenece a una cultura, lo coge y lo hace como si fuera para sí mismo, sin dejarle nada realmente a esa cultura ni retribuirle nada a la comunidad”. Otro tema relacionado es la apreciación cultural, que para Caicedo es un compromiso con el respeto a todas las culturas y sus tradiciones.
Algunos diseñadores y vendedores de este mercado, expresaron que no les molesta que personas blanco-mestizas utilicen sus prendas y accesorios, siempre y cuando mantengan el respeto hacia ellas y se esfuercen por entender el significado y la historia que estas llevan.
Así lo manifestó Esteban Sinisterra: “el tema de apropiación cultural más que apropiación, yo lo llamo empoderamiento que todos tenemos. Cuando una persona blanco-mestiza se pone mis prendas, si lo hace con respeto y se deja guiar por quien la vista, en este caso yo, no le veo ningún problema. De hecho, podemos hablar de esos tejidos sociales de construir porque no estamos para dividir”.
*De la Fundación Color de Colombia.