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¿Cuál será la misión de la Academia Colombiana de la Música?
Colombia ya tiene cerca de 32 academias vinculadas a las diferentes áreas, como la de historia, la de la lengua, la de medicina y las ciencias exactas, pero en materia de música no había. Pretendemos que las nuevas generaciones no se olviden de quiénes son los que han construido el folclor, queremos destacar los logros de los artistas nacionales tanto en el país como en el exterior y que los artistas puedan acudir a un archivo lógico y ordenado para valerse de los antecedentes que existen frente a la obra que estén desarrollando.
¿Cómo será la sesión inaugural?
Será el 15 de agosto en el Teatro Colón, de Bogotá. Vamos a entregar los diplomas a los miembros de la Academia y haremos un homenaje a uno de los grandes de la música colombiana, el maestro Jaime Llano González, quien tiene una avanzada edad y está muy delicado de salud. Queremos que él y su familia reciban el homenaje y que sepan que Colombia entera le reconoce la labor que desarrolló por el país.
¿Quiénes hacen parte de esta organización?
Está conformada por gestores culturales y artistas, como las maestras Ruth Marulanda y Beatriz Arellano y los maestros Héctor Ochoa, compositor de El camino de la vida, y Luis Fernando León, vinculado a la actividad académica de la Universidad de los Andes.
¿Qué eventos se harán célebres con la creación de esta academia?
Queremos hacer un homenaje a un artista en vida, una vez al año, así como un homenaje póstumo. Pretendemos hacer también una serie de investigaciones sobre personajes poco conocidos, porque Colombia tiene un montón de personas con una obra magnifica y el país no las conoce.
¿Nuestra educación en música es pobre comparada con el resto de América Latina?
Hay países que tienen muy desarrollada esta actividad, como México, Perú y Brasil. Ahora lo que tenemos que hacer es comenzar, para que dentro de un tiempo podamos tener todo el archivo a disposición de los estudiosos y estudiantes en música. Solo Bogotá tiene catorce programas de música como carrera profesional, que antes no existían. La investigación científica ha permitido que la gente entienda la importancia que tiene la música en la vida del ser humano y la vea como un fenómeno transformador que nos coloca en una posición defensiva ante las bajas pasiones y muy cerca de las altas pasiones.
¿Cuál fue su encuentro con la música más memorable?
Yo diría que me marcó el haber conocido el proyecto de la Fundación Tocar y Luchar, del maestro José Antonio Abreu, en Venezuela. Aunque es un programa social, distinto de la actividad académica pura, muestra la trascendencia que tiene la música. Saber que después de 46 años de existencia sigue aglutinando a más de medio millón de personas, hace ver que todo esfuerzo es poco para que se tome una conciencia social y política sobre la importancia de la música en la vida humana.
Uno de sus trabajos más reconocidos ha sido el posicionamiento del Teatro de Bellas Artes. ¿Qué es lo que más recuerda?
Una de las actividades que nos tomaron mucho tiempo y que fueron logradas con éxito es el hecho de haber entendido que las fuentes de nuestra cultura musical no solamente son las indígenas, sino que también los europeos nos trajeron una serie de mensajes que se transformaron en música muy especializada. Y eso logramos ubicarlo en la zarzuela, esa parte de la lírica que tiene su fundamento en España. Posicionamos la temporada anual de zarzuela en el Teatro.
Su instrumento favorito.
El más hermoso está compuesto por las cuerdas vocales, es la voz humana, por todo el fenómeno físico que produce la voz. El más completo es el piano, en el que se experimentan todo tipo de sensaciones.
¿Y usted qué tan bien canta?
A veces en la ducha lo hago con algún éxito, porque nadie me escucha. La música tiene sujetos activos y pasivos, estos últimos somos aquellos que valoramos y creemos en ella y le hemos podido sacar todo el beneficio espiritual que nos da.
Su sitio favorito para escuchar música.
El Teatro Colón. Este seguirá siendo una joya histórica y un recinto que tiene todas las condiciones y calidades para sentir el ambiente que se requiere para disfrutar la música. También están el Teatro Julio Mario Santo Domingo, el Teatro de Bellas Artes de Bogotá, el teatro de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y el de la Universidad Nacional.
¿Y su artista preferido?
En lo clásico es difícil superar a Mozart y en lo colombiano se destaca el maestro Luis A. Calvo, quien hizo composiciones que hasta hoy son piezas de estudio en conservatorios europeos, porque su obra es maravillosa.